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Desde la sede-museo. El voluntario en la recuperación de elementos donados Juanjo Cancio y el presidente de Burdina Taldea, Xabier Arruti 'Txanka'. UNANUE
Andoain

Dos décadas recobrando historias por amor al valle

La asociación por la recuperación del patrimonio, Burdina Taldea, repasa y reflexiona sobre los proyectos de este año y adelanta los planes de cara a 2023

Jueves, 29 de diciembre 2022, 19:13

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Desde que hace veinte años cuatro amigos se juntaron, por amor al valle Leitzaran y sin apenas experiencia, para definir el proyecto ante quien por entonces era el arqueólogo de la Diputación Foral de Gipuzkoa, Manu Izaguirre, Burdina Taldea ha hecho una labor desinteresada por la recuperación del patrimonio histórico. Con las enseñanzas del técnico «en muchas horas de monte», han conseguido recuperar o consolidar 55 elementos que abarcan minas, ferrerías, molinos, caleros y lavaderos, entre otros. Un trabajo que no sería posible sin las 150 personas que han sido parte de la asociación a lo largo de los años, con la inestimable colaboración de la Sociedad de Ciencias Aranzadi en la arqueología –en especial de Alfredo Moraza– y de Felix Ugarte Elkartea en la espeleología.

Pero a quienes más tienen que agradecer por «aprender mucho de lo poco que sabemos», según apunta su presidente, Xabier Arruti 'Txanka', es a tantos y tantos vecinos de los municipios que conforman el valle por transmitir las historias que han pasado de padres a hijos.

Ese relato generacional e inmaterial que acerca la historia y acota el estudio para conocer antiguas civilizaciones o, sin viajar milenios –caso de la vasija de la Edad de Hierro encontrada en la cueva de Ulizar de Areso–, cómo era la sociedad hace solo 150 años. Asimismo, poner en valor aquellos oficios tradicionales «que acabaron en 1920 pero no sabemos cuándo han empezado», como el de carbonero o calero. Una forma diferente de aprender de la naturaleza y ver el bosque que los árboles no dejan ver, recobrar las historias ocultas por el paso del tiempo.

Con esas memorias costumbristas e información sobre sus antepasados, dan el salto «del trabajo de campo y al campo de trabajo». Ahora, en invierno, están inmersos en investigar, catalogar y documentar, para después en las tres estaciones siguientes presentarse con el pico y la azada en la zona a actuar. Es en estas semanas cuando los voluntarios que menos aparecen en las fotos toman protagonismo, parte imprescindible y silenciosa de Burdina Taldea.

Cocina restaurada, con muchos de los utensilios que se usaban antaño. Unanue

Por tanto, durante este año, además de celebrar el veinte aniversario de su fundación, han continuado con las labores de recuperación del valle de Ubaran, cercano a Andoain. Comenzaron en 2021 y en él encontraron «un montón de elementos» que revelan el peso que tuvo el río Leitzaran y el bosque en la cantidad de oficios que dio a los «cientos» de lugareños. Han recuperado tres caleros en esta zona, que se suman a los otros tres y la mina que restauraron el año anterior. «Estamos desnudando el valle para que la gente lo pueda conocer más en profundidad. Lo que queremos hacer con este tema es que pueda visitarse, que se conozca la historia de sus abuelos y lo que nos legaron en su día», explica Txanka. Para 2023 quieren iniciar la colocación de señalética –carteles y paneles indicativos– para que se desvincule del boca a boca y pueda disfrutarse en su plenitud. «Esa es nuestra labor: recuperar y divulgar. Recuperamos con 'atxurra' y carretilla, y divulgamos con paneles o visitas guiadas», indica el presidente de Burdina Taldea.

Por otro lado, este año han logrado un local donde guardar sus herramientas y reunirse, gracias al Ayuntamiento, además de recopilar los objetos hallados o donados y los documentos para su visita. En definitiva, un museo. Pero todavía tienen que dilucidar cómo abrir las puertas al público –y adecuarlo a sus necesidades–, por lo que será una de las tareas a llevar a cabo en 2023.

Otro de los planes para el próximo año será recuperar el txoko de la churrería, junto al túnel cercano a Beheko plaza, para colocar un par de bancos y una fotografía en forma de mural en la zona, y editar un libreto acerca de lo que supuso. «No podemos dejar que se pierda la historia de un elemento que dio mucha alegría al pueblo», asegura Txanka orgulloso.

Bajar el reloj campanero de la iglesia de Sorabilla para arreglarlo y enseñar su funcionamiento también está dentro de los objetivos de Burdina Taldea, así como recuperar un horno que todavía desconocen sus características y dos elementos más en el valle de Ubaran, para incluirlos en la señalética futura.

Llamada a futuros voluntarios

Pero estos veinte años de recuperación del patrimonio histórico no existirían sin la ayuda de los voluntarios de la asociación. Por ello, su presidente quiere lanzar una llamada a los habitantes de los alrededores del Leitzaran para que colaboren. «Se nos han acercado muchos con el miedo a la labor que hacemos y solo les hace falta el empujón. Por nuestra parte serán bien recibidos», menciona, recordando que contarán con un seguro. Para participar en las recuperaciones, visitar el local o hacer una donación de algún elemento, pueden contactar con Xabier Arruti 'Txanka' al teléfono 699 487 683. «Hay trabajo para todas y todos».

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