Gipuzkoa se vuelca en recoger ropa, comida, agua y material sanitario para los municipios devastados

Eli es Elisabeth Castro, promotora de la primera campaña organizada en Gipuzkoa de recogida de alimentos, ropa, enseres y material higiénico y sanitario para los damnificados por la DANA que esta semana ha asolado el Levante, especialmente la provincia de Valencia. A esta le seguirán otras desde este sábado mismo en diferentes puntos del territorio. La sociedad civil guipuzcoana vuelve a movilizarse y a responder cuando se le pide ayuda ante una catástrofe humanitaria.

Eli sigue sin dar crédito. Está siendo una mañana de viernes festivo frenética. Desde las 10 de la mañana no para de llegar gente al local habilitado por la Asociación de Vecinos de Anaka-Puiana de Irun respondiendo al llamamiento. El local rebosa de alimentos no perecederos, garrafas de agua, mantas, zapatos, útiles para bebés y ancianos, productos higiénicos y sanitarios, comida para animales y, sobre todo, ropa. Mucha ropa. La respuesta desborda las previsiones y Eli lleva «toda la mañana con los pelos de punta».

Mientras explica a DV cómo se organiza la recogida y los siguientes pasos que prevén dar, se acerca Aurelio, el camionero. Brasileño de nacimiento e irunés de adopción, se ha acercado al punto de recogida «a ofrecer mi ayuda». «Es lo menos que puedo hacer habida cuenta de la magnitud de la tragedia», proclama. La oferta hace que Eli se conmueva aún más. Sus ojos vidriosos revelan la emoción que la embarga. «¡Qué grande es la gente!», exclama sin parar de recibir llamadas y mensajes de personas, conocidas y desconocidas, que desde la víspera contactan con ella sin parar tras haber abierto la cuenta en Instagram 'Ayuda para Valencia desde Bidasoa'.

El presidente de la asociación vecinal, Txomin Gutiérrez, también admite sentirse «gratamente sorprendido» por la respuesta recibida. «Desde primera hora está viniendo un montón de gente», subraya satisfecho mientras da indicaciones a varios voluntarios que están cargando bolsas y cajas en una furgoneta aparcada en la puerta. Son las 14.00 horas y el local ya se ha quedado pequeño. Hay que hacer sitio al goteo constante de donantes que van llegando cargados de bolsas, cajas y maletas.

«Un particular que ha visto el ritmo de recogida que llevamos y la necesidad de ampliar el espacio disponible nos deja otro local en el barrio de San Miguel, adonde vamos a llevar lo que podamos», explica. Uno de los voluntarios que porta las cajas es Iñaki Beloki. «Mi hermano y yo teníamos pensado ir estos días a Valencia a echar una mano en lo que fuera, pero hemos oído que incluso las instituciones están pidiendo que no vaya la gente por su cuenta para no colapsar aún más la situación y que se espere a que esté todo organizado. Así que en cuanto hemos sabido de esta iniciativa, aquí estamos. Y en cuanto desde Valencia pidan colaboración, allí iremos».

Gutiérrez confirma que «estamos en contacto con el Ayuntamiento de Valencia y con la Generalitat, que ha mandado un correo pidiendo que no vaya gente por ahora, así que estamos a la expectativa». «Acabamos de empezar la recogida y estaremos hasta el domingo a las 20.00 horas. Visto el ritmo que llevamos, buscamos a alguien que nos ceda un almacén o nave donde poder guardar y clasificar las donaciones. También empresas o voluntarios que se ofrezcan a llevar lo recogido a Valencia. Por ahora tenemos tres camioneros», apuntaba antes de la aparición de Aurelio, que sería el cuarto. «Esto ha sido una iniciativa espontánea de urgencia que ahora tenemos que coordinar y organizar».

Mientras da las explicaciones y organiza a los voluntarios, entran Álex y Erik, dos hermanos de Hendaia de 11 y 8 años que acarrean bolsas con ropa. «Nuestros padres han aprovechado para hacer el cambio de armario de verano a invierno y traemos todo lo que ya nos quedaba justo o pequeño y está en buenas condiciones», explica el mayor. «Nos han tenido toda la mañana probándonos toda la ropa», añade el pequeño.

Cada donante que va apareciendo es una historia individual de solidaridad. Como Amaia Irundegui, irunesa que colabora con estas iniciativas siempre que puede. «Colaboro con Zaporeak y en las recogidas del Banco de Alimentos. En esta ocasión traigo vaqueros, toallas y leche, lo primero que he visto que podía aportar. Luego seguiré mirando en casa y mañana y pasado (por el sábado y el domingo) seguro que volveré con más cosas».

La solidaridad no se acaba en las personas. Ainara Ruiz forma parte de la Asociación Amar a los Animales (Asama) y llega con una caja cargada de comida para perros. Explica que «hacemos una recogida de alimentos una vez al año en un supermercado de Irun y casualmente la hicimos la semana pasada, antes de la DANA. En esta ocasión lo recogido va para Valencia». Informa que tenía pensado llevar lo recolectado a Madrid este fin de semana porque allí se han establecido puntos de recogida específica de alimentos para animales organizados por colectivos animalistas. «Pero pronto me di cuenta de que con lo de las zonas de bajas emisiones no puedo entrar en Madrid con mi coche, así que entre eso y al enterarme ayer de que había recogida en Irun, he optado por traerlo aquí».

Otras que también han pensado en las mascotas son Alaine García y Paula Sánchez, de Hondarribia. Como los padres de Álex y Erik, han aprovechado para «hacer limpieza de armario» y portan ropa, comida para animales, y útiles de higiene.