Borrar
Koldo Díaz frente a la pastelería, en la víspera de su cierre definitivo. ARISTIZABAL

Hondarribia

El último día de la pastelería Kai-Alde

Abierta en 1898, en su ubicación actual desde 1964, la pastelería-cafetería de la calle San Pedro echa la persiana

Iñigo Aristizabal

Hondarribia

Miércoles, 10 de septiembre 2025

Comenta

«Mi abuelo Manuel abrió la primera pastelería en 1898, en la calle Mayor, 21, frente al Ayuntamiento. Nosotros somos ya la tercera generación», cuenta Koldo Díaz, en la víspera del cierre definitivo de la pastelería Kai-Alde, lugar emblemático de encuentro en la calle San Pedro.

Recuerda cómo en 1964 «mi padre Cándido y su hermano Manuel bajaron a La Marina y montaron lo que es hoy en día Kai-Alde, donde estaba el bar restaurante Nautilus. Y desde entonces, un par de reformas, en el 76 se tiró la casa y se hizo nueva, en el 77 volvimos a abrir, y en el 91 hicimos la última reforma». Así, hasta este jueves 11 mde septiembre, que será el último día en el que abrirá sus puertas. «Mi padre murió en el 86 y ese mismo año ya cogimos los hijos la pastelería».

Cuenta Díaz que «quisimos poner una fecha significativa para el cierre. Podía haber sido el 20 de septiembre, el 30 de octubre... pero decidimos acabar con el último día de fiestas, que además es el día en el que nació mi padre.

«Estos últimos días nos han querido encargar seis frantxipanes o diez para congelar»

Un cierre que es definitivo porque «hemos intentado que alguien siguiera con la pastelería, pero no hemos conseguido. Y llega un momento en el que dices que nosotros también queremos disfrutar un poquito la vida y desconectar del trabajo y empezar a disfrutar». Llega la jubilación.

Trabajadores y clientes

Actualmente hay nueve personas trabajando en Kai-Alde y sería muy complicado sacar la cuenta de cuántas personas han trabajado allí en todos estos años, ni siquiera en la época moderna. «Además de los que estábamos fijos, por aquí han pasado muchas chicas los veranos, estudiantes que querían sacarse un dinero. Y alguna estaba un verano, otras varios... No lo sé, ha pasado muchísima gente por aquí».

¿Y los clientes? «Por suerte o porque lo hemos hecho bien, hemos tenido muchos clientes fijos. Tanto de aquí, como de Irun, como de fuera... Estamos muy agradecidos a nuestra clientela y en las últimas semanas, desde que dijimos que íbamos a cerrar, mucha gente nos ha transmitido su cariño».

¿Y famosos? «También muchos, pero no te voy a decir nombres, porque si te digo algunos, puede que otros se enfaden. Independientemente de que sean ilustres, no ilustres, conocidos, no conocidos, famosos, no famosos... al final, para nosotros los clientes todos se han sido iguales y estamos agradecidos a todos».

Frantxipan, opilla, rosco de reyes... Varios de las elaboraciones de Kai-Alde tienen mucha aceptación. «Algunos nos dicen: '¿y dónde vamos a comprar ahora la opilla?' O nos han querido encargar seis frantxipanes o diez para congelar, pero no hemos querido cargarnos de trabajo en los últimos días». Entiende Díaz que, «igual que ha pasado con otros comercios que han cerrado, la gente buscará alternativas y las encontrará».

Eso sí, son notables las cifras de ciertos postres que han salido desde el obrador de la calle San Pedro. «Vendíamos alrededor de 2.000 opillas al año. Y roscos de Reyes no se puede decir una cifra, porque empezábamos justo después de Todos los Santos y hacíamos hasta últimos de marzo, cuando empezábamos con el tema de las opillas. Es muy difícil calcular porque estábamos cuatro meses haciendo roscos de Reyes».

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco El último día de la pastelería Kai-Alde

El último día de la pastelería Kai-Alde