Eibar

El verano sigue llenando Eibar de visitantes y turistas

Pocos se resisten a los encantos de la costa vasca y su gastronomía, la belleza de sus bosques y riqueza cultural. Lo saben bien en el hotel Unzaga, que un año más ha mantenido una buena acogida durante estos meses de verano. Para el complejo hostelero regentado por Unai Ochandiano y Leire Uribeetxeberria, la ocupación media tan solo en julio y agosto ha sido del 85%, con turistas nacionales y extranjeros.

Del Estado, la mayoría han sido valencianos, seguidos por andaluces y aquellos llegados desde Castilla-La Mancha, Cataluña y Madrid. En cuanto a los extranjeros, sobre todo destacan los franceses, belgas y neerlandeses de origen magrebí, que hacen un alto en su viaje hacia Marruecos u otros países del norte de África, a veces incluso pernoctando de nuevo a la vuelta. Después estarían italianos y portugueses encabezando la lista por nacionalidad.

La demanda en verano en este alojamiento –de tres estrellas y que cuenta con 88 habitaciones en el centro de Eibar– es alta y la estación está marchando bien. Así lo constata Unai Ochandiano, dueño del hotel Unzaga junto a su mujer, señalando que todas las habitaciones han sido ocupada durante varios días. «No en todos, pero en la gran mayoría», aclara. Una vez transcurrido junio, la gerencia aparta los grupos venidos por acuerdos con empresa de autobuses –aunque pueden llegar a tener uno o dos de los tres que suelen acoger– y se centra en las reservas individuales. «Normalmente en julio y agosto solemos tener uno, dos como mucho, y el resto de las habitaciones se venden. Y los fines de semana llenamos el hotel solo con reservas individuales».

Estos turistas son «gente que está de paso por Eibar o que viene a hacer turismo y se aloja en la ciudad, y luego se va moviendo por los diferentes sitios de Euskadi», explica Ochandiano. La localidad funciona como un dormitorio para estas personas, que se benefician del punto geográfico en el que se encuentra, cerca de las tres capitales vascas, San Sebastián, Vitoria-Gasteiz y Bilbao. Además, y como indica, hospedarse en alguna de estas ciudades es «muchísimo más caro». Son, por lo general, reservas cortas, de una noche o dos como mucho.

Eibar cuenta con una buena conexión tanto de transporte público como de carreteras, lo que sumado a los diferentes eventos deportivos que se celebran en ella, permite que el turismo en la ciudad y la ocupación en el hotel Unzaga sean una constante. Este complejo hostelero es el único ubicado en el centro con estas dimensiones. Por ello, son muchos turistas los que se interesan por conocer mejor el municipio. Sin embargo, esto no resulta del todo sencillo: «Sí que nos preguntan qué se puede ver, pero dadas las circunstancias, pues nosotros les decimos lo que pueden ver, otras cosa diferente es que coincidan en tema de horarios o de disponibilidad de esos sitios para poder visitarlos».

Por otro lado, al preguntarles por productos típicos, desde la recepción siempre les mandan al comercio local. Si quieren alguna bebida o queso, a la carnicería de barrio; si es algo más eibarrés, recomiendan los sanblases de la panadería Zubizarreta.

Por la puerta del hotel Unzaga ingresan unas 10.000 personas diferentes al año, según estima Ochandiano. De noviembre a marzo-abril acogen sobre todo a grupos del Imserso, y el resto del año los conjuntos suelen ser más jóvenes. Es el principal sustento para la pareja, que tomó las riendas del negocio «en un momento muy difícil». Era noviembre de 2020, en plena pandemia y «con las circunstancias que se tenían entonces». Por lo pronto el negocio va por buen camino, remontando aquellos números y respondiendo a la demanda. Asimismo, el presente año está teniendo buenas cifras y espera que así se mantenga hasta diciembre.

Para atraer a más clientela y dar un mejor servicio, poco a poco se están realizando mejoras en las habitaciones, lo que siempre repercute en la satisfacción de los inquilinos. «Se han hecho algunos trabajos. Igual no visibles desde la calle, pero sí desde dentro. Le hacía falta y todavía hacen muchísima falta. Quedan muchas cosas por mejorar, pero vamos poco a poco afrontándolas», asegura.

Unai Ochandiano y Leire Uribeetxeberria tienen como objetivo que el negocio hotelero les dure hasta la edad de retirarse. «Nosotros somos de Eibar y queremos jubilarnos con el hotel. Y en esas estamos», comenta el responsable del hotel. Con los números de verano y los grupos llegados con los acuerdos con las compañías de transporte, será una posibilidad cada vez más real.