Eibar
«El riesgo arquitectónico de BH es único»Reconocimiento. La Fundación Docomomo Ibérico y el Colegio de Arquitectos de Gipuzkoa colocaron una placa en la fachada del edificio de Beistegui Hermanos (BH), en Arragüeta-Urkizu, construido por Ramón Martiarena en el que muestran sus valores arquitectónicos
El Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarros (COAVN) de Gipuzkoa y la Fundación Docomomo Ibérico, en colaboración con el Ayuntamiento, llevaron a cabo ayer un acto de reconocimiento al edificio residencial de la fábrica de Beistegui Hermanos (BH) y después Leonardo Azpiri. Familiares del arquitecto Ramón Martiarena Lascurain, que llevó a cabo la construcción en 1951, junto a descendientes de los empresarios Beistegui asistieron al acto celebrado frente al singular bloque que ahora cuenta con una placa y un código QR para conocer la historia del edificio. Estanis Fernández Narbaiza de la delegación de Gipuzkoa del COAVN, el arquitecto eibarrés Joseba Aranzabal y el concejal Patxi Lejardi dirigieron el acto.
El reconocimiento se llevó a cabo por el Docomomo Ibérico, defensor de los edificios del movimiento moderno dentro de la arquitectura y del patrimonio arquitectónico, conjuntamente con el Colegio de Arquitectos Vasco Navarro (COAVN Gipuzkoa), «aunque también intervino Patrimonio del Gobierno Vasco para decidir en última instancia los edificios a reconocer. Se cuenta con un registro de los construidos desde 1925 a 1965 que se trata de poner en valor». Con ello se trataba de lograr el reconocimiento y no una catalogación, dado que ello conlleva otro proceso.
Docomomo corresponde a las siglas de la Fundación Internacional para la documentación, valoración, difusión y conservación del patrimonio histórico de la arquitectura y el urbanismo del Movimiento Moderno, y que sus placas acreditan internacionalmente el valor patrimonial del edificio donde son colocadas.
«Gracias a que el edificio se convirtió en residencial, con gran acierto, ha podido sobrevivir»
Por su parte, Joseba Aranzabal destacó que «el valor del edificio radica en que se construye encima del río, a través de la calificación de Regiones Devastadas, pero en el que se puede ver que se arriesgaba mucho en el ámbito arquitectónico. Gracias a que se rehabilitó para viviendas se ha conseguido su perpetuación porque en caso contrario hubiera desaparecido».
Aranzabal destacó cómo el edificio BH, vinculado a la fabricación de bicicletas, se levantó en 1951 en la bifurcación de las calles Arragueta y Bidebarrieta, en el nº 20, próximo al parque de Urkizu «no siguiendo la alineación curva de Arragüeta y sí el segundo edificio que levantó BH en Eibar, cercano al primer edificio de BH, que hoy aún sigue en pie (donde se alojan Kutxabank, Eroski, FIAT... y antiguamente Amaiur, el Batzoki, etc.).
Aranzabal destacó la personalidad de José Ramón Martiarena Laskurain; arquitecto autor del edificio, nacido en Zumaia, en 1898. Martiarena se tituló como arquitecto en Madrid en 1924 y en 1925 ya estaba en Soria (Castilla y León) ejerciendo como arquitecto municipal y, al mismo «tiempo, como arquitecto con encargos particulares, como era normal en aquellos años, cargo en el que estuvo hasta 1942, cuando es nombrado arquitecto asesor de la Obra Sindical del Hogar en la provincia de Gipuzkoa. «He podido conocer por medio de contactos mantenidos en Soria que Martiarena, arquitecto de esta ciudad desde 1927 a 1942, fue considerado como el profesional que mejores obras había llevado a cabo en esta ciudad, además de ser reconocido como el mejor de todos los que había en la ciudad».
Ente otros edificios que construyó Martiarena estuvo las gasolinera de Azitain o el edificio de Arane, número 15, hoy Industrias Pampo y mucho antes Ojmar.
En el edificio de BH reconocido se produjeron bicicletas hasta 1960 aproximadamente. Por falta de suelo y por operatividad BH se trasladó a Vitoria-Gasteiz a la calle Arkatza. Es en 1963 cuando Leonardo Azpiri adquirió el edificio como almacén de materiales de construcción y fontanería. Tras ejercer su actividad hasta los años 90 se trasladó a Matsaria. En 2003/2005 el edificio se convirtió en residencial, «con gran acierto» llegando así a nuestros días.
El acto de ayer se cerró con la actuación de los dantzaris de Kezka Dantza Taldea.