Ángel Etxeberria (91 años) y Milagros Agiriano (89) con una representación familiar tras recibir la txapela y la pañoleta de honor del homenaje a los mayores de manos de la alcaldesa Elortza y la edil Altube. FOTOS MARIAN

Oñati

Ángel y Mila jubilados honoríficos

El anual homenaje a los mayores dio mayor protagonismo a los jubilados con dantzaris y txistularis 'séniors'

Lunes, 17 de junio 2024, 20:44

«Saber envejecer es la mayor de las sabidurías y uno de los más difíciles capítulos del gran arte de vivir» decía el escritor y ... filósofo suizo Henri Amiel. Exige serenidad, sabiduría y humildad, cualidades de los que están sobrados Ángel Etxeberria y Milagros Agiriano, distinguidos el domingo como 'amama' y 'aitaita' de honor del 2024 durante el 'Día del Jubilado'.

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64 años de vida en común, siete hijos y siete nietos dan para mucho. Más si nunca has perdido la curiosidad, las ganas de aprender y de sumar a la sociedad. Siempre han sido un equipo bien avenido, se sacaron juntos el carnet de conducir para poder organizarse con su numerosa familia, colaboraban ayudando a los mayores en Nagusilan, cantaban en el coro, disfrutaban de los viajes y la montaña, así que el homenaje conjunto en el 'Día del Jubilado', era más que justificado, y la emoción de sentir la gratitud del pueblo arropados por su familia también.

Ángel, de 91 años de edad, y Milagros, de 89 años, ya no son lo que eran, pero siguen disfrutando de los pequeños placeres de la vida, de su paseito callejero casi diario, del carteo, de la conversación, o los partidos de pelota televisivos en casa.

Los actos protocolarios del anual homenaje tuvieron una novedad y es que tanto las dantzaris, como los txistularis, fueron personas jubiladas. Beatriz Igartua y Txaro Uribetxeberria ejecutaron el aurresku de honor, y Gotzon Osinaga, Miguel Ángel Zarketa y Santi Lizarra pusieron la música a la ceremonia que se celebró en el claustro de la parroquia.

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El resto de guion sí se mantuvo. La alcaldesa Izaro Elorza, les impuso la txapela y la pañoleta de honor a los homenajeados y la concejal Lierni Altube les entregó un gran ramo de flores. No fue el único obsequio de la jornada de gratitud a los mayores oñatiarras, porque Oñati es hoy en parte lo que es gracias a ellos.

Animado lunch

Tras las felicitaciones y fotos de rigor, los homenajeados y alrededor de 140 personas disfrutaron de un animado lunch que permitió conocer más detalles de la vida de los protagonistas

Ángel fue el segundo de diez hermanos y apuntaba maneras como estudiante, pero a los 13 años dejó los maristas para trabajar y ayudar a la economía familiar. Pese a ello siguió estudiando por libre y se hizo perito mercantil, convirtiéndose en uno de los primeros trabajadores de Caja Laboral (el decimocuarto socio cooperativista), y es que la sucursal oñatiarra fue la quinta en abrirse. Miembro de la la Cofradía del Apostolado y la adoración nocturna del Corpus, y fino cantor, dejó su impronta también en Kurtzebaltz, la Ikastola, Eteo, la cooperativa San Miguel, la sección de fútbol del Aloña, el Instituto, Pake Leku o Nagusilan entre otras entidades.

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Milagros fue la menor de 9 hermanos y también le gustaba estudiar, pero eran otros tiempos y le tocó arrimar el hombro en el cuidado familiar. Estuvo aprendiendo a coser y a cocinar y luego empezó a trabajar en la fábrica 'Palillos El Avión'. Tras casarse se dedicó a la crianza y las labores del hogar. Aficionada a la lectura, fue muchos años narradora en la parroquia, además de catequista y colaboradora de Nagusilan acompañando mayores. Ahora es ella la que está al otro lado, excelentemente atendida por su gran familia, los 'Etxebe' que el domingo hicieron piña con ellos. Ángel y Mila son por méritos propios jubilados honoríficos. Dos oñatiarras con mucha vida que pese a las circunstancias de la edad siguen sonriéndole a la vida día a día.

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