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La importancia de la educación. Jóvenes de Mbam con los ordenadores enviados desde Aretxabaleta. YAAKAR
Yaakar sigue sembrando futuro en Senegal

Aretxabaleta

Yaakar sigue sembrando futuro en Senegal

Educación y salud. Tras construir una unidad de maternidad en Mbam, la ONG aretxabaletarra está trabajando para acondicionar un aula de informática para formar y conectar a las nuevas generaciones, que son el futuro de África

Viernes, 10 de enero 2025, 20:33

Una unidad de maternidad con sala de postparto para mejorar la atención obstétrica y neonatal, un aula de informática para impartir cursos, material y mobiliario escolar, sillas de ruedas eléctricas para adolescentes con discapacidad...

Un reguero de solidaridad ha hecho que en la comunidad senegalesa de Mbam conozca bien el nombre de Aretxabaleta y de la asociación Yaakar, y no es para menos. En los últimos cuatro años gracias a la complicidad e implicación del hospital de Debagoiena, Arizmendi Ikastola, Kurtzeberri Eskola, ALE, las subvenciones concedidas por los consistorios de Aretxabaleta, Bergara y Eskoriatza, y la solidaridad y apoyo de la gente, la educación y la sanidad de Mbam han dado un importante salto adelante, y los lazos de amistad entre Aretxabaleta y Senegal se han estrechado.

Pero ¿cómo se tejió la relación entre ambos pueblos? «Es una iniciativa que surgió por la amistad que durante años se fue forjando entre una familia senegalesa que vino a vivir a Aretxabaleta de Aminata Sene, Souleiman Sar y Yande Sar, y los miembros de la asociación», explica la presidenta de Yaakar, Amalia Ormaetxea.

El proyecto sanitario fue todo un reto, pero muy gratificante, y alimentó las ganas de seguir ayudando en ÁfricaEste año alumnado de Aretxabaleta y Senegal se comunicará a través de videoconferencias, compartiendo inquietudes

«Conociendo las dificultades que tenían y tienen en su pueblo natal Mbam, en la región de Fatick del departamento de Foundiougne, en 2020 decidimos registrarnos como ONG y comenzar a trabajar para brindarles oportunidades de desarrollo. Las carencias más importantes se centran en infraestructuras, educación y sanidad, ya que tienen muy poca capacidad recaudatoria, y decidimos poner nuestro granito de arena», relata.

El primer proyecto, la construcción de una unidad maternidad y posteriormente una sala postparto en el centro de salud de Mbam, fue todo un reto, pero muy gratificante, así que decidieron seguir sembrando futuro en ese rinconcito de África.

La implicación de distintos agentes fue fundamental, por lo que supuso y por el valor del trabajo en equipo. «Contamos con la colaboración del Hospital de Debagoiena, que donó un ecógrafo y mobiliario hospitalario. Además de la ayuda que recibimos de Kurtzeberri, Aretxabaletako Lanbide eskola, Arizmendi y particulares para poder pagar el contenedor y llevar todo el material hospitalario hasta allí», explica Amalia.

Reducir la mortalidad materna (más de 1.500 mujeres mueren cada día en estos países en desarrollo); garantizar el acceso a la atención médica en poblaciones más vulnerables y rurales y conseguir que el servicio de salud pública ganara calidad, alimentaron las ganas de seguir ayudando, dando el salto de la sanidad a la educación.

Obras en marcha

Así, el último proyecto que está impulsando la ONG aretxabaletarra Yaakar es la construcción de un aula de informática.

Los trabajos han arrancado hace unos días con la celebración de la ceremonia que oficialmente daba inicio a las obras. Una actuación que será financiada con las ayudas recibidas de los ayuntamientos de Aretxabaleta y Eskoriatza dentro de la convocatoria de subvenciones a la cooperación al desarrollo.

«Tenemos la intención de impartir distintos cursos de formación que serán el punto de partida de otros proyectos relacionados con el ámbito educativo como la implantación de la formación profesional. Además, con la colaboración de dos estudiantes de Mondragon Unibertsitatea pondremos en contacto al alumnado de Mbam con el del instituto Aretxabaleta Lanbide Eskola (ALE) y Arizmendi ikastola a través de videoconferencias», cuenta Ormaetxea. «Ambos centros tienen proyectos de colaboración con nosotros. Arizmendi, con 'Birziklanet', que recicla y acondiciona ordenadores para enviar al colegio de Mbam. Aretxabaletako Lanbide Eskola, a su vez, preparó unas sillas de ruedas para adolescentes con minusvalías, y este año tienen la intención de que alumnos vayan de prácticas al Hospital de Foundiougne», explica.

El objetivo es que «los jóvenes puedan compartir inquietudes y necesidades, así como abrir un canal de intercomunicación a dos comunidades muy diferentes», concluye la presidenta de Yaakar. No sin antes agradecer a todos los agentes, instituciones y particulares que, con su colaboración y aportaciones, ayudan a fortalecer los lazos de solidaridad que han unido a Aretxabaleta y a Senegal, a Euskal Herria y a África.

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