1979. La bendición del árbol la víspera de San Juan
Bailó Goizaldi bajo la dirección de Juanma Oronoz Goikoetxea, que con verdadero tesón y admirable entusiasmo mantiene la ortodoxia de la fiesta
JAVIER SADA
Miércoles, 24 de junio 2009, 10:24
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No es pródiga la ciudad de San Sebastián en la celebración de tradiciones, pero la de San Juan, adaptación por el cristianismo de las antiguas fiestas paganas del solsticio del verano, es una de las más antiguas.
Nada queda de las costumbres de origen rural que, entre otras cosas, auguraban buena descendencia a las mujeres que esta noche se pasearan desnudas por los campos de maíz, ni de las fiestas de la calle San Juan, ni siquiera de las ferias de Amara pero... seguimos teniendo hogueras y a trancas y barrancas se sigue manteniendo la bendición del árbol en la plaza de la Constitución.
Lo leemos en EL DIARIO VASCO de hoy hace treinta años, y lo podemos leer en periódico de hoy hace cualquier cantidad de años, porque desde 1948 viene repitiéndose el mismo ritual: «Goizaldi bailó ayer el tradicional Gizon dantza».
«La intervención de Juanma Oronoz Goikoetxea, que con verdadero tesón y admirable entusiasmo mantiene la ortodoxia»...
Porque mire usted que el acto ha tenido altibajos, decadencia en los mil ochocientos sesenta y pico... restablecimiento en 1880, prohibición en 1912, autorización en 1916...
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Que si el peligro del fuego, que si la Iglesia, que si el paganismo... total: acuerdo. En lugar de quemar el árbol, prendimiento de unas virutas en su base, bendición y gizon-dantza. Y allá que se iba el clero de San Vicente, que a la sazón eran muchos curas y monaguillos, y la Banda de Música y los niños de las escuelas, hasta que el citado 1948 fueron sustituidos por Goizaldi.
Y después de bendecido el árbol, cucaña para conseguir las cerezas que se colocaban en su parte más alta, aunque hubo un año que no pudo ser así, no ya el subir al árbol, que hacía tiempo no se hacía, sino que ni siquiera hubo árbol. Años ochenta. Hace muy poquito. Cambio de responsable en el Ayuntamiento. El nuevo, que acababa de hacerse cargo del tema, que no se acuerda que ha llegado el día de San Juan y ¡olvido que te crió!
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A la plaza que llega el clero, y la música y los dantzaris... y todos en círculo se dan cuenta de que falta algo: el árbol. ¡No hay árbol! ¡Hay que bendecir el árbol! Y de un bar cercano a alguien se le ocurre sacar un tiesto. Un tiesto con alguna planta ¿un geranio, una hortensia...? ¡que más daba! Hubo bendición, hubo marcha de San Juan y hubo gizon dantza... ¡misión cumplida!
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