Doctora Iñarra: «Un diagnóstico completo de fertilidad es imprescindible para conocer la situación real y las opciones disponibles»
Miércoles, 15 de octubre 2025, 06:00
La doctora Mª José Iñarra es especialista en Ginecología, Obstetricia y Reproducción Asistida, y cuenta con una amplia experiencia en el ámbito de la ginecología y la reproducción asistida de alta complejidad. Es licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Navarra, está especializada tanto en Ginecología y Obstetricia como en MFYC, y posee un máster en Reproducción Humana Asistida.
Durante su carrera profesional ha trabajado en diferentes hospitales públicos y privados. Desde hace años, se ha centrado principalmente en el área de la reproducción humana asistida, desarrollando su labor en centros privados de Donostia-S S y en la Unidad de Reproducción del H. Universitario Donostia. Ahora, se ha incorporado al equipo de Instituto Vasco de Fertilidad, consolidando así a la clínica como un centro de referencia en tratamientos de fertilidad.
P. ¿Qué puede aportar a los pacientes que buscan en IVF-Life Donostia una oportunidad para conseguir su embarazo?
R. Creo que lo que puedo aportar a los pacientes es una atención que va más allá del aspecto estrictamente médico. Para mí es fundamental combinar el rigor científico y la experiencia clínica con la cercanía y la empatía. Cada persona que llega a una clínica de fertilidad necesita sentirse acompañada y comprendida en un proceso que puede ser complejo y emocionalmente duro.
Mi vocación es, precisamente, ofrecer un cuidado integral, en el que la profesionalidad y la humanidad vayan juntas para que cada paciente viva este camino con la mayor tranquilidad posible.
P. Tras su incorporación a IVF-Life Donostia, ¿qué es lo que más le ha sorprendido de este centro?
R. Todos conocemos a Instituto Vasco de Fertilidad como centro de referencia, pero lo que me ha sorprendido al llegar aquí es la combinación de tecnología avanzada, atención personalizada y experiencia en casos complejos. Contamos con un laboratorio de fecundación in vitro y de andrología propios, además de quirófano e incubadores de última generación, lo que nos permite realizar todo el proceso en la clínica, sin derivaciones.
Pero la tecnología por sí sola no basta. Cada paciente recibe un tratamiento adaptado a su situación, porque no hay dos casos iguales. Y algo que también nos caracteriza es que asumimos casos difíciles, incluso de pacientes que han tenido fallos en otros centros, siempre con un compromiso de rigor científico y de acompañamiento humano.
P. ¿Por qué cree que ha ganado tanta relevancia la reproducción asistida en los últimos años?
R. La reproducción asistida se ha convertido en un aliado muy necesario para muchas parejas que, por diferentes motivos, no pueden conseguir un embarazo de forma natural. Yo creo que ya no hay dudas de que la realidad social y demográfica ha cambiado por completo. La maternidad se retrasa cada vez más y, por tanto, se diagnostican más problemas de fertilidad. La parte positiva es que, al mismo tiempo, la tecnología médica avanza de forma espectacular, permitiendo tratamientos más seguros y efectivos.
P. ¿Cuáles son los avances tecnológicos recientes más importantes en el campo de la medicina reproductiva?
R. Sin duda los nuevos sistemas de incubación embrionaria, que permiten controlar al detalle las condiciones de desarrollo. También los avances en diagnóstico genético, como el PGT-M, y la mejora de las técnicas de vitrificación, que hacen que la preservación de óvulos y embriones sea mucho más eficaz. Además, la digitalización y la inteligencia artificial empiezan a tener un papel relevante en la selección embrionaria, lo que puede suponer una auténtica revolución en los próximos años.
Todo esto se ha traducido en unos beneficios increíbles para nuestros pacientes. Nuestras tasas de éxito cada vez son más altas, y en estos momentos, se sitúan por encima de la media europea.
P. ¿Qué es el PGT-M y en qué casos se recomienda?
R. El PGT-M es un test genético que se realiza en los embriones obtenidos mediante fecundación in vitro para detectar si portan una enfermedad genética concreta. Se utiliza cuando en la familia hay antecedentes conocidos o cuando uno de los miembros de la pareja es portador de una mutación. De esta manera podemos seleccionar embriones libres de esa enfermedad y reducir el riesgo de transmitirla a la descendencia. Es una herramienta muy valiosa, porque no solo evita la incertidumbre de la familia, también previene la necesidad de tratamientos posteriores.
P. Otra técnica cada vez más popular es la criopreservación de óvulos. ¿Cómo ha evolucionado su uso y qué ventajas ofrece?
R. La preservación de óvulos ha experimentado un crecimiento espectacular. En España, en la última década, se ha multiplicado por quince el número de mujeres que optan por vitrificar sus óvulos. Esta técnica ofrece la posibilidad de conservar gametos en el momento en que tienen mejor calidad, generalmente a edades más tempranas, para utilizarlos más adelante. De esta forma, permite a muchas mujeres decidir el momento de ser madres en función de sus circunstancias personales o profesionales, y también es fundamental en situaciones médicas como tratamientos oncológicos.
Sin embargo, a mí siempre me gusta aclarar que la congelación de óvulos no garantiza el embarazo, que dependerá de otros muchos factores, pero sí mejora notablemente las probabilidades si se realiza en el momento adecuado.
P. La clínica recibe a muchas personas que llegan con historias difíciles. ¿Qué diferencia la manera en que IVF-Life Donostia acompaña a los pacientes en su proceso?
R. En IVF-Life Donostia somos muy conscientes de que detrás de cada paciente hay una historia llena de esperanza, pero también, en muchos casos, de dolor y de intentos previos que no han dado el resultado esperado. Nuestra manera de trabajar se basa en la cercanía y en la escucha. No solo nos centramos en la parte médica, a la que por cierto damos mucha importancia, como no podía ser de otra manera, sino también en el acompañamiento emocional.
Creo que es imprescindible para mejorar los resultados. Si los pacientes se sienten seguros, influye sin duda de forma positiva en que se consiga el esperado embarazo. Por eso, nos esforzamos en que los pacientes sientan que aquí no son un número, sino que tienen un equipo comprometido en ayudarles a cumplir su sueño.
P. ¿Qué consejo daría a las personas que están pensando en iniciar un tratamiento de reproducción asistida?
R. Les animaría a dar el primer paso acudiendo a una consulta especializada. Un estudio diagnóstico completo es imprescindible para conocer la situación real y las opciones disponibles. También es importante informarse bien, exponer todas las dudas y tener expectativas realistas. La reproducción asistida puede dar grandes alegrías, pero requiere paciencia y apoyo emocional.
P. ¿Y cómo imagina el futuro de la reproducción asistida?
R. Creo que veremos una medicina cada vez más personalizada, con tratamientos adaptados al perfil genético y biológico de cada paciente. También espero que la preservación de la fertilidad se consolide como una opción accesible y conocida para más mujeres.
De lo que sí que estoy segura es de que los avances en investigación sobre regeneración ovárica y endometrial abrirán nuevas vías para mejorar la fertilidad en edades más avanzadas. El futuro pasa por unir ciencia, innovación y humanidad para seguir ofreciendo esperanza a quienes desean formar una familia.
P. ¿Qué es lo que más satisfacción le aporta de su trabajo en este campo?
R.- Sin duda, lo más satisfactorio para mí es poder acompañar a las personas y parejas en un momento tan delicado y trascendental de sus vidas. Cada historia es única, y ver cómo detrás de cada tratamiento hay ilusión, esfuerzo y esperanza es muy enriquecedor.
Cuando uno empieza a estudiar la carrera de medicina se imagina a sí mismo ayudando a la gente, bien salvando su vida, curando una enfermedad o, como en este caso, contribuir a que un deseo tan profundo como tener un hijo se haga realidad. Es algo que da un sentido muy especial a mi trabajo y me motiva cada día a seguir dando lo mejor de mí.