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Miércoles, 7 de febrero 2018
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Barritas de grillos, gusanos fritos, pan con harina de saltamontes... estos 'manjares' ya se consideran alimentos en la Unión Europea y poco a poco quieren abrirse paso en la dieta occidental.
Los insectos son una fuente de nutrición y forman parte de la gastronomía de otras culturas desde hace mucho tiempo, pero todavía es difícil verlos en nuestros platos, ya que causan rechazo en los comensales y, por el momento, solo son aptos para los más valientes.
A partir del mes de enero, la Unión Europea considera a los insectos alimentos y por tanto ha elaborado una nueva normativa para que las empresas puedan solicitar la autorización para comercializar estos animales destinados al consumo humano. Estos permisos se calcula que pueden tardar de media unos 15 meses en hacerse efectivos, pero lo cierto es que la nueva norma abre la puerta a un cambio en la alimentación. Se espera que con esta reforma, la entrada de estos nuevos alimentos al mercado sea más rápida y simple.
Hasta este momento, las empresas que se dedican a la producción de insectos para el consumo humano dependían de la normativa vigente en cada país, donde en muchos casos existía un vacío legal. Con la nueva normativa en la mano se espera que haya un repunte de las empresas que se dedican a la producción de insectos para consumo humano.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, insiste en la importancia de introducir los insectos en la alimentación humana. Considera que estos animales tienen un alto contenido nutricional y son una alternativa sostenible para el medio ambiente ante el aumento de la población.
La FAO identifica más de 1.600 especies de insectos comestibles y señala que en 112 países de Asia, Europa, África, América y Oceanía se practica la 'entomofagia' o consumo de insectos. El Programa de Insectos Comestibles de la FAO también analiza las posibilidades que brindan los arácnidos (arañas y escorpiones, por ejemplo) en relación con los alimentos y piensos, si bien, por definición, en este caso ya no hablamos de insectos.
Ambientales Los insectos son muy eficientes en la conversión de alimentos por ser especies de sangre fría. Las tasas de conversión alimento-carne (la cantidad de alimento que se necesita para producir un incremento de 1 kg en el peso) pueden oscilar ampliamente en función de la clase de animal y las prácticas de producción utilizadas pero, en cualquier caso, los insectos son extremadamente eficientes. Por término medio los insectos pueden convertir 2 kg de alimento en 1 kg de masa de insecto, mientras que el ganado requiere 8 kg de alimento para producir 1 kg aumento de peso corporal. Los insectos utilizan mucha menos agua que el ganado tradicional. Los gusanos de la harina, por ejemplo, son más resistentes a las sequías que el ganado.
Salud Los insectos proporcionan proteínas y nutrientes de alta calidad en comparación con la carne y el pescado. Son especialmente importantes como complemento alimenticio para los niños desnutridos porque la mayor parte de las especies de insectos contienen niveles elevados de ácidos grasos (comparables con el pescado). También son ricos en fibra y micronutrientes como cobre, hierro, magnesio, fósforo, manganeso, selenio y cinc.
Sociedad La cría y la recolección de insectos pueden ofrecer importantes estrategias de diversificación de los medios de vida. Los insectos pueden recogerse directamente del medio de manera sencilla. Apenas se necesitan medios técnicos o inversiones importantes para adquirir equipos básicos de cría y recolección.
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