Euskadi es la comunidad donde más caro sale para las familias comer en casa

Euskadi es la comunidad autónoma donde más caro sale comer en casa. Los ciudadanos vascos destinaron el año pasado una media de 1.944 euros a llenar su frigorífico y despensa. Es decir, cerca de 8.000 euros para una familia de cuatro miembros. Es un 20% más que la media española (1.610) y hasta un 50% más que el esfuerzo que se realiza en Extremadura (1.298), la región donde menos gasto por habitante se produce en términos monetarios.

Este exceso no se debe a que los vascos compremos más cantidad de alimentos que el resto. Muy al contrario, Euskadi cae hasta la novena posición en la clasificación de kilogramos y litros de comida y bebida consumida. En 2021 fueron 652 por persona, apenas un 2% más que la media (639), y un 15% menos que lo adquirido por los baleares, los líderes con 770 kilos/litros por habitante.

Son datos obtenidos del Informe del Consumo Alimentario en España 2021, elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Un completo dosier que desglosa cuántos alimentos y bebidas consumieron los hogares el año pasado en el país, diseccionando los resultados por productos, comunidades autónomas, meses, tipos de familia, canales de venta, etc.

Según este estudio, los ciudadanos vascos consumimos en conjunto un total de 1.392 millones de kilos/litros de comida y bebida, que supusieron un gasto de 4.150 millones de euros.

Sabido es que un tomate no cuesta lo mismo en San Sebastián que en Alicante, ni el pescado en Hondarribia que en Conil de la Frontera (Cádiz). Esa disparidad de precios, unida a que en cada zona los gustos varían y existen pequeñas diferencias en los hábitos de consumo, explican que la cesta de la compra en Euskadi sea sustancialmente más cara que en el resto de comunidades. Muestra de lo segundo es que, por ejemplo, el consumo de pescado es en el País Vasco un 26% superior a la media (28,7 kilos por persona y año frente a 22,7), mientras que el de arroz es un 12% inferior (3,54 y 4,01 kilos respectivamente).

El trabajo no es, por tanto, una comparativa de precios, sino un análisis más profundo sobre las preferencias de consumo de los ciudadanos, sus hábitos de compra y alimentación, y el coste que les supone.

A este respecto, conviene considerar que igual que los precios pueden ser un 20% más elevados que la media estatal, también los salarios son más altos. Un informe de Adecco publicado recientemente cifra en 2.051 euros brutos (antes de descontar lo que corresponde a Hacienda y la Seguridad Social) el sueldo mensual medio en Euskadi, un 17% superior a los 1.751 de media en España.

No extraña comprobar que el año pasado el consumo de alimentos en el hogar fuera inferior al de 2020, cuando el confinamiento obligó a pasar mucho más tiempo en casa del habitual y las posteriores restricciones redujeron las posibilidades de acudir a bares y restaurantes. Durante el histórico año Covid, en los hogares vascos se consumieron 1.471 millones de kilos/litros, a razón de 690 por persona. En consecuencia, el gasto también trepó hasta 1.998 euros por habitante, sumando un total de 4.257 millones de euros. Todas ellas cifras que suponen máximos históricos.

Exceptuando la singularidad de 2020, y un pequeño descenso que se produjo en 2019, tanto las cantidades consumido como el dinero utilizado mantienen una senda alcista en los últimos años. Así, respecto a 2019, en 2021 -cuando aún había restricciones aunque menos intensas que el año precedente- los vascos consumimos de media un 6,5% más de productos, que costaron un 12,6% más. Un decalaje que muestra que los precios alimenticios empezaron a dispararse ya durante la pandemia y continúan haciéndolo con la crisis energética.

Además de la evolución y la comparación con las comunidades vecinas, el informe permite conocer en qué gastan los vascos el dinero destinado a alimentarse. Por orden, el mayor desembolso es para la carne, con 403 euros al año. Le siguen el pescado (287), la fruta fresca (203) y las hortalizas (143). Sin tener en cuenta el precio, en cantidad lo más consumido es fruta (109 kilos), leche (83 litros), hortalizas (67) y carne (50).

Como curiosidades, en los hogares vascos se consume más del doble de cerveza que de vino (20 litros por 8,69), pero la diferencia de precio entre ambas bebidas hace que el segundo se lleve más recursos que la primera (32,9 euros por persona y año frente a 31,7). Y frente a lo que pudiera parecer, el consumo de platos preparados no es elevado, con apenas 14 kilos por persona y año.

Además de qué y cuánto comemos, ¿cómo lo hacemos? El informe también desgrana los hábitos de las familias a la hora de preparar los alimentos. El ritmo actual de vida ha dejado para la historia los tiempos en los que el puchero y la cocción lenta eran lo habitual en las casas. Con la excepción de 2020, cuando la disponibilidad horaria permitió recuperar tiempo para la cocina y para los menús tradicionales con primero, segundo y postre, la vuelta progresiva a la normalidad supuso el año pasado el retorno a unos menús más simplificados que requieren menos tiempo y esfuerzo de preparación.

En el conjunto de España -en este caso la estadística no está desagregada por comunidades- en una de cada tres comidas o cenas está presente un plato a la plancha (35,5%) y uno frío (30,8%). Ensalada y pechuga a la plancha se convierten así en el menú prototipo.

Le siguen de cerca los platos al vapor o hervidos (29,8%) y ya a distancia los guisados (19,3%), fritos (17%), al horno (11,1%), al microondas (4,8%), calentados (2,8%) y rebozados (2,4%).

Así, los platos más consumidos son la ensalada verde (en el 9,2% de las ocasiones), pizzas (5,4%), pasta (macarrones o espaguetis, 5,4%), ensalada de tomate (4,5%), y pechuga de pollo (4%). A continuación aparece el primer plato de legumbre, las lentejas, que están presentes en el 3,8% de las comidas o cenas a lo largo del año. La merluza es el pescado más consumido. Es el noveno plato más habitual, al ser ingerido en el 3,1% de las comidas o cenas.

Respecto a 2019 se observa como norma general bastante estabilidad en los menús, aunque entre los platos más habituales sí se percibe una tendencia descendente en el consumo de ensalada verde y pechuga de pollo, y un incremento en el de pizzas y tortilla de patatas. Los platos más sanos, como lentejas, pasta, merluza o ensalada de tomate se mantienen en los niveles de dos años antes.

Durante el año 2021 se realizaron como media 23,4 ingestas por persona y semana en el hogar. Es decir, algo más de tres ingestas por día, menos que durante el año 2020. Esto se debe a que aquel año fue muy intenso en términos de consumo doméstico, debido a una mayor permanencia en el hogar por el Covid. No obstante, se producen más ocasiones de consumo casero que en 2019 (un 4% más), explicable en principio porque en 2021 la vuelta a la normalidad no era aún plena, con muchas personas aún teletrabajando, por ejemplo.

Comidas y cenas representan siete de cada diez ocasiones de ingesta. El desayuno supone por su parte el 27,3%, y su evolución es favorable con respecto a 2019 (2,3%). Sin embargo, se reduce respecto a 2020 (-2,7%).

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