Un mes para acabar la Liga y ocho frentes abiertos por resolver

Solo falta un mes para que termine la Liga y en los despachos de Zubieta ya está encima de la mesa la planificación de la plantilla para la próxima temporada. Los cinco partidos que restan por delante no aclararán muchas cosas, porque la mayoría de las decisiones que debe tomar el club parecen claras, aunque hay que respetar los tiempos marcados en el fútbol. Luego hay otras que no están en su mano y que dependen de posibles ofertas de terceros clubes sobre sus jugadores que tendrá que gestionar sobre la marcha en el momento en el que se produzcan. Si es que se producen. Hace tiempo que Olabe definió al mercado como «un ser vivo», algo que se comprobó hace dos años con el traspaso de Isak al Newcastle a finales de agosto.

En la portería es donde menos movimientos se prevén, ya que todo apunta a la continuidad de Remiro y Marrero, ambos con contrato hasta 2027. El navarro, que lleva cinco años en Donostia y ha debutado recientemente en la selección, seguirá siendo el primer espada aunque hay confianza en que el azpeitiarra vaya asumiendo cada vez más responsabilidad para superar los cinco partidos que ha disputado esta temporada.

En la línea defensiva el foco está puesto en el futuro del central francés, por el que han preguntado varios clubes. A sus 27 años se ha convertido en un hombre de confianza del seleccionador Luis de la Fuente y su cotización se ha elevado, sin contar con que pueda hacer una buena Eurocopa este verano.

El Atlético es el club con el que más se le ha relacionado, pero tiene contrato hasta 2026 y una cláusula de 60 millones. La Real ha demostrado a lo largo del tiempo que no es un club que corte las alas a sus jugadores de mayor proyección, como pasó con Isak, pero siempre que llegue una oferta que se ajuste al valor de mercado. El de Le Normand rondaría los 40 millones, según expertos en la tasación de futbolistas, y parece una cifra alta para los colchoneros, ya que se convertiría en el cuarto fichaje más caro de su historia por detrás de los de Joao Félix, Lemar y Diego Costa. Como referencia, el defensa por el que más ha pagado fue Mario Hermoso en 2020, con 25 millones. Así las cosas, solo en la Premier parece haber dinero para afrontar su fichaje.

Su nombre ha aparecido ligado al de Javi Galán, que está cedido por el Atlético, como posible moneda de cambio para abaratar la operación, pero hay que recordar que el club colchonero lo compró al Celta por 15 millones hace un año, los cinco que pagó más Manu Sánchez, que fue valorado en diez. En la Real están contentos con el rendimiento que está dando pero no le han trasladado al jugador ninguna decisión sobre su futuro. Y es que 15 millones es mucho dinero por un lateral, que sería lo mismo que ceder a Le Normand por 25 si se le incluye en la operación.

El que no seguirá es Kieran Tierney, que regresará al Arsenal después de cumplir su cesión el 30 de junio. Dos lesiones le han tenido tres meses parado y ahora ha vuelto a romperse, lo que ha impedido que mostrara su verdadera valía. Lleva varias semanas a la sombra de Galán, lo que confirma que no entra en los planes de futuro del club.

En el centro del campo hay más estabilidad de la que parece porque los cinco jugadores con los que más está contando Imanol tienen contrato en vigor: Zubimendi, Merino, Brais, Turrientes y Zakharyan. Cinco piezas que pueden conformar una línea fuerte y con alternativas para el curso que viene. A Olasagasti le queda un año y hay que ver qué se decide con Urko, que no puede pasarse otro año en blanco y necesita jugar. Por abajo Pablo Marín y Goti apuntan a realizar la pretemporada con los mayores.

Las dudas residen en los cantos de sirena que se ciernen sobre los internacionales Zubimendi y Merino, aunque son dos casos muy diferentes. El navarro lleva seis temporadas en la Real y tiene firmada una más por delante. En junio cumple 28 años y se encuentra en una edad en la que debe decidir qué rumbo da a su carrera. En Donostia se siente reconocido y valorado. Está en un club con el que ha ganado la Copa, ha jugado la Champions y le ha llevado a la selección. Otra cosa es que se le pueda presentar un proyecto que le permita aspirar a mayores cotas deportivas y económicas. Para ello será importante su rendimiento en la próxima Eurocopa, el escaparate internacional del año.

Con un valor de mercado de 50 millones y una cláusula de 60, todo indica que en caso de terminar renovando lo haría tras la Eurocopa, nunca antes. Pero antes de tomar una decisión quiere tener todas las cartas sobre la mesa y ahora está centrado en meter a la Real en Europa por quinto año consecutivo.

La situación de Zubimendi es distinta. Renovó la pasada temporada hasta 2027 manteniendo la cláusula en 60 millones, por lo que cualquiera que le pretenda ya sabe cuál es su precio. Ni un euro más ni uno menos. Incluido el Barcelona, que no parece que ande en una situación económica muy boyante. El donostiarra no quiso escuchar ofertas el verano pasado para cumplir su sueño de jugar la Champions con la Real y ahora, con 25 años, nadie sabe cuál es su intención. En sus escasas comparecencias de prensa ha eludido la cuestión y ha decidido no dar entrevistas hasta final de temporada para no hablar de su futuro.

La línea que más cambios experimentará será la ofensiva, que sufrirá una profunda transformación que comienza con el paso de Oyarzabal a delantero centro, posición en la que más ha jugado en la presente temporada. Ese tapón que hay formado en la punta del ataque se deshará con varias salidas.

La más evidente es la de André Silva, que concluye una cesión decepcionante por su rendimiento y regresará al Leipzig. Llegó lesionado y hasta enero no pudo jugar con continuidad. Y cuando lo hizo, volvió Kubo de la Copa de Asia y reaparecieron de sus lesiones Oyarzabal y Barrenetxea dejándole sin sitio.

Carlos Fernández, con contrato hasta 2027, ha vuelto a cerrar otro curso por debajo de las expectativas y se le intentará encontrar acomodo fuera. El principal obstáculo para colocarle es que cobra una ficha alta pero a estas alturas ya se tiene asumido que fue una operación nada rentable por el cúmulo de lesiones que ha sufrido y no se quiere persistir en el error.

Sadiq Umar también está en el alero. Su caso es diferente porque hace dos años fue el fichaje más caro de la historia del club, 20,5 millones, y hay que tratar de recuperar parte de la inversión. A sus 27 años y sin recorrido apenas en la Liga, aún es un delantero con cartel después del gran rendimiento que ofreció en su época tanto en el Almería, con el que marcó 43 goles, como en el Partizán, con el que hizo 23. Su valor de mercado es de 14 millones, ya que en estos dos años en la Real apenas se ha depreciado 4 millones. En caso de que no pudiera fructificar un traspaso interesante, no se descarta una cesión que le permita recuperar la confianza y el juego, primero, y revalorizarse después.

En la delantera son fijos los tres hombres exteriores: Kubo, Barrenetxea y Becker. En este esquema entraría Robert Navarro como la cuarta pieza por fuera, pero acaba contrato en 2025 y no parece que vaya a renovar después de lo poco que jugó en la segunda vuelta de la pasada temporada.