Unidos para que Rusia pare la guerra

La guerra de Ucrania ha provocado una inusual reacción de unanimidad entre las fuerzas políticas vascas que ayer pudo visualizarse en el minuto de silencio en el Parlamento y en la lectura de una declaración por parte de la presidenta de la Cámara, Bakartxo Tejeria, de claro rechazo a la invasión y de solidaridad con el pueblo ucraniano. Una resolución que ha sido presentada en todas las cámaras legislativas regionales de Europa y que pone de relieve la poderosa movilización de las conciencias que ha precipitado la entrada de las tropas rusas en Ucrania.

Líderes y dirigentes políticos del País Vasco, encabezados por el lehendakari Iñigo Urkullu, comparten, consultados por este periódico, un amplio territorio de rechazo a la agresión bélica de Rusia, de exigencia del final de las hostilidades y de solidaridad con Ucrania. Pero los matices afloran al referirse al papel de la OTAN y a las posibilidades de la vía diplomática para reconducir este conflicto. Con un sentimiento enorme de preocupación por el porvenir más inmediato, y sus consecuencias, todos quieren, eso sí, que se pare cuanto antes la maquinaria bélica de hechos consumados que Putin ha iniciado en Europa y que ha dado una tremenda sacudida al tablero mundial de consecuencias todavía imprevisibles.

El lehendakari Iñigo Urkullu expresa su desolación tras la invasión. Reconoce «un sentimiento descorazonador porque esta invasión unilateral se produce en Europa en pleno siglo XXI, es un escenario de retroceso inmenso ante situaciones de violación flagrante de la legalidad internacional, de la Carta de las Naciones Unidas y un atentado contra los derechos humanos que en Europa creíamos ya superados».

Para el lehendakari, que expresa su solidaridad «con la representación institucional amenazada de Ucrania», resulta «adecuado» que la Unión Europea, en coordinación con las Naciones Unidas, establezca una política de defensa común. «Las instituciones europeas han primado el compromiso con la distensión, el diálogo y la negociación. En ello han de seguir», sostiene.

Urkullu cree que, a partir de ahí, a partir de una vocación y de un compromiso con la no violencia, «es comprensible que el Gobierno legítimo de Ucrania solicite ayuda a la comunidad internacional ante tal violación flagrante». Por ejemplo, se pone en el papel de quienes tuvieron que recurrir al uso de la fuerza tras el alzamiento franquista en la «Guerra incivil» española, aun siendo contrarios a la contienda bélica, precisamente. «La prioridad sigue siendo una actuación conjunta de la comunidad internacional, que proteja a la población civil ante la escalada militar y fuerce el cese de la agresión unilateral de Rusia», sostiene convencido.

Urkullu valora positivamente la respuesta de la UE. «Ha sido inmediata, firme y solidaria, incluyendo sanciones», recuerda el lehendakari. «La reacción ha sido modélica», afirma. Y las sanciones «están consiguiendo su objetivo» porque logran mermar, cree, la «pretendida unanimidad en torno a las decisiones unilaterales de Putin».

En su opinión, ha sido el presidente ruso el responsable del fracaso de la vía diplomática «porque ha hecho oídos sordos a todas las consideraciones previas y ha tomado decisiones unilaterales contrarias a toda la legalidad internacional con una política vulneradora de las libertades civiles y los derechos fundamentales en la propia Rusia». Para ello, Urkullu reclama una vía de «firmeza disuasoria, aislamiento internacional y sanciones efectivas» que «han de dar su fruto teniendo que pensar en ofrecer una salida al propio Putin».

En todo caso, Urkullu resalta que la OTAN no puede intervenir en Ucrania, que no forma parte de la Alianza Atlántica. «Espero que las medidas adoptadas tengan efecto y se logre el cese de la agresión militar rusa», recalca. Si la escalada se mantiene, el lehendakari espera también que se mantenga la unidad de acción de la Unión Europea con las Naciones Unidas y la participación de otras instituciones así «como un posicionamiento claro por parte de países todavía renuentes a una condena a Rusia».

Urkullu se muestra comprometido con la causa solidaria con Ucrania. «Seguiremos los criterios acordados en el seno de la UE, con los que estamos absolutamente comprometidos como europeos que somos». «Hemos acordado la gestión coordinada de las labores de acogida y también de integración con todos los servicios públicos: salud, educación, vivienda y políticas sociales».

Maddalen Iriarte, portavoz de EH Bildu, también siente un profundo desasosiego ante el súbito deterioro de la actualidad internacional en los últimos días. «Cuando parecía que la pandemia nos daba una tregua, esta guerra nos toca a todos por sus terribles implicaciones humanas, que no pueden dejar indiferente a nadie». La dirigente de la formación independentista no comparte la estrategia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de enviar ayuda militar a Ucrania aunque sostiene que «Putin ha tomado decisiones que ponen en peligro cientos de miles de vidas ucranianas y desestabilizan a toda Europa». Pero, aclara la dirigente soberanista, «la respuesta no puede ser únicamente tomar medidas que azucen el conflicto y que no ayuden a buscar una salida negociada» a este enfrentamiento. «Enviar armas solo ayudará a recrudecer el conflicto», sostiene la portavoz parlamentaria de EH Bildu en la Cámara vasca.

En su opinión, la Unión Europea ha conseguido grandes acuerdos en política exterior que, por desgracia, no buscan reforzar una política propia ante Rusia, sino que «aumentan la confrontación». Además, según EH Bildu, «los más dañados por las sanciones» económicas no son los oligarcas ni los mandatarios rusos «sino su población».

Confía, en todo caso, en que la vía diplomática «dé sus frutos lo antes posible» ante el fracaso de los ensayos realizados hasta ahora y ante la incapacidad de buscar una solución que concilie los diferentes intereses geoestratégicos que están liza. También alerta del enorme riesgo que implicaría una confrontación entre la OTAN y Rusia, «una confrontación directa entre potencias nucleares».

El secretario general del PSE y portavoz socialista en el Parlamento Vasco, Eneko Andueza, reconoce una «enorme tristeza» por el giro inesperado que han dado los acontecimientos después de la invasión rusa. En su opinión, detrás de esta «agresión» anida «el ultranacionalismo fanático de Putin», una mentalidad «egocéntrica» que, en su opinión, pone en peligro la estabilidad en la región y la paz en el continente con una escalada militar que ha roto todos los esquemas y ha dinamitado muchos puentes.

De hecho, para el líder del PSE, está en riesgo el proyecto europeo, anclado en la defensa de los derechos humanos y en el sistema democrático frente a las inercias extremistas y populistas que, a su juicio, asolan el continente. Un ultranacionalismo, recuerda, que estuvo en el germen de las grandes guerras del siglo XX en Europa y frente al que surgió la unidad europea como un proyecto superador de las tragedias contemporáneas «y lo que suponían como fracaso de la civilización». «Esa esencia sobre la que germinó la Unión Europea frente a los viejos odios etnicistas e identitarios es la que realmente está en juego», afirma el secretario general de los socialistas vascos.

Andueza echa la culpa del fracaso de la vía diplomática a Rusia «que no le ha interesado» encontrar un arreglo político al contencioso. Espera que las sanciones económicas contra la Federación Rusa surtan efecto, aunque teme que, a la larga, las consecuencias económicas también lleguen a la vida cotidiana vasca. «Tenemos que asumir que con esta guerra vamos a pagar un precio y esto se va a notar en nuestra economía doméstica con el tiempo. Creo que tenemos que pensar en una estrategia sólida para calibrar los efectos que va a tener todo esto en la vida de la gente», sostiene con un punto de inquietud que no oculta.

El líder del socialismo vasco comparte lógicamente la posición del Gobierno español y da plena cobertura a la defensa realizada por el presidente Sánchez, a favor del envío de material militar a «la resistencia de Ucrania», como señaló expresamente en su última intervención en el Congreso. Encuadra esta decisión en el marco de la apuesta «coherente y sólida» de la Unión Europea y en su necesaria respuesta «de firmeza democrática» frente a la agresión. «Europa está a altura de las circunstancias en esta encrucijada», asegura.

La portavoz de Elkarrekin Podemos en el Parlamento Vasco, Miren Gorrotxategi, siente «rabia y tristeza» y ve «intolerable que toda una potencia militar invada brutalmente un país soberano, arrasando con todo, y matando civiles inocentes, destruyendo vidas enteras». Pero se desmarca de Sánchez, se alinea con la posición expresada por algunos dirigentes de Unidas Podemos y no se muestra a favor del envío de material militar a Ucrania, «que no va a ser eficaz y puede prolongar el conflicto». Y es que Gorrotxategi no considera factible que «armando a las milicias civiles pueda derrotarse a una potencia militar como Rusia». «No necesitamos ni héroes ni mártires, sino paz y diplomacia, todo el empeño debe ir encaminado a acabar con la guerra ya, de forma dialogada y pacífica», señala la portavoz de esta formación en la Cámara vasca.

Gorrotxategi es una ferviente partidaria de explorar la vía diplomática para buscar una salida al conflicto, aunque reconoce que «no es fácil en una situación de violencia generalizada» y cuando las posiciones de los dos países «están muy alejadas». Precisamente, cree que «cuanto más alejadas estén las partes implicadas, más razones hay para hablar, para generar espacios de diálogo. La UE debería poner todo su empeño en propiciar una salida diplomática».

La vía de las sanciones económicas emprendida para presionar a Putin tras el estallido de la guerra de Ucrania «puede ser una manera efectiva para persuadir al Gobierno de Rusia», pero es necesario «y es importante», a su juicio, «que estén orientadas correctamente», porque se corre un serio peligro: que en lugar de castigar a las élites y a las oligarquías que sostienen a Vladimir Putin y a su modelo, la más perjudicado sea, precisamente, la población civil, incluso la que protesta contra Putin y la agresión que ha impulsado, y sufre además la represión del régimen.

El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, reconoce sentir «miedo» tras las amenazas de Putin, «un ataque al mundo occidental», que alienta «con el dedo preparado para apretar el botón nuclear». El dirigente popular sostiene que Pedro Sánchez ahora sí mantiene una posición adecuada cuando defiende el envío de armas a Ucrania, «no al principio cuando nos dejó sin credibilidad internacional y se puso de perfil porque tenía como socio a Podemos, que está en contra de la OTAN». En su opinión, el viraje en la posición se ha producido «porque ha recibido un tirón de orejas desde todas las cancillerías del mundo occidental».

Iturgaiz cree que las sanciones no pueden quedar en «cuestiones anecdóticas pero han ido de menos a más» y defiende «ir a donde les duele: el dinero, las divisas, los oligarcas y las empresas rusas con intereses en todo el mundo. «Hay que ahogarles económicamente». En 2014, cuando Iturgaiz era parlamentario europeo ya advirtió que la entrada rusa en la Península de Crimea «era el inicio de la invasión de Europa».

El líder del PP vasco se muestra muy firme para que «los mismos rusos intervengan» y lleven a Vladimir Putin cuanto antes delante del Tribunal de La Haya por «crímenes de guerra contra la Humanidad» antes de que tenga que intervenir la OTAN. Iturgaiz denuncia que a Putin «le están ayudando los piratas del Caribe», en alusión a Cuba, Nicaragua y Venezuela, así como China e Irán, «los mismos que financian a Podemos». A su juicio, en el Parlamento Europeo Bildu y Podemos han apoyado a Putin. «Cuando dicen 'no a la guerra', ¿qué significa? ¿Que Ucrania se tiene que rendir para que luego caigan Polonia, Hungría, Alemania, Francia y España?», se pregunta.

Si hay un nexo común en los dirigentes vascos consultados es la apuesta explícita por la solidaridad con los refugiados que provoca esta catástrofe. Todos coinciden en defenderla, con puertas abiertas frente a los desplazamientos masivos de población. Y todos llaman a implicarse en la donación de material de ayuda para Ucrania. El temor a esta invasión ha disparado todas las alarmas y ha llegado a Euskadi. Está en juego el futuro de Europa. Y se nota.

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