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Atotxa se imaginaba, ahora se ve

El proyecto 'Revive Ipuskoa/Ipuskoa Bizi' arranca con la recreación del mito de Atotxa, la semana en la que el Real Madrid visita San Sebastián

'Revive Ipuskoa/Ipuskoa Bizi' · 2 min.

Iñaki Izquierdo e Iñigo Puerta

San Sebastián

Lunes, 8 de septiembre 2025, 12:51

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Cuando la leyenda se convierte en realidad, imprime la leyenda». La frase de 'El hombre que mató a Liberty Valance' explica a la perfección lo que es hoy el campo de Atotxa. Que se derribase hace un cuarto de siglo no significa que no exista. Al contrario: no solo existe, mejora cada día. De todos los mitos de la historia del deporte, los que resisten el paso del tiempo son los que fueron levantados por la imaginación de los cronistas y convertidos en verdades incuestionables por el aficionado, cada uno a su manera. Una foto en blanco y negro bastaba para saber a ciencia cierta cómo había sido el partido, cómo había jugado tal o cual futbolista. El recuerdo de Atotxa es una historia a medio camino entre el mito y la realidad. Cada vez son más los que no estuvieron allí y los que sí se apretujaron en sus gradas hace tiempo que se entregaron a la épica, una verdad mucho mayor que los hechos. Pero, ¿y si ahora fuera posible ver todo aquello? ¿Si se pudieran contemplar los movimientos de Ontoria, Epi o Igoa, los goles de Bienzobas?

Se puede.

DV pone en marcha 'Revive Ipuskoa/Ipuskoa Bizi', un proyecto en el que las fotografías cobran vida mediante inteligencia artificial, una apuesta audiovisual del periódico en colaboración con la Diputación para conmemorar el milenio de la primera mención escrita de Gipuzkoa. La serie, que puede verse en la web de diariovasco.com y en redes sociales (Instagram, Tik Tok, X y Youtube), comienza con Atotxa, no por casualidad. La memoria de un equipo no está completa sin sus rivales eternos. Y en el caso de la Real, uno de los mayores ha sido siempre el Real Madrid. La visita del equipo blanco a Anoeta esta semana sirve de banderín de enganche para el lanzamiento de un proyecto único que permite redescubrir el pasado y conectar con la memoria de Gipuzkoa. Todos los vídeos y el contenido especial están disponibles en el enlace: www.diariovasco.com/gipuzkoa/revive-ipuskoa.

El resultado es asombroso. Aficionados que aplauden y agitan sus sombreros, jugadores que sonríen, fotos que toman vida... Un once titular de los años 30 o 40 que sale al centro del campo corriendo... El resultado es asombroso, ¿pero amenaza al mito? ¿Deja en fuera de juego a la imaginación, el punto fuerte de Atotxa?

Sin duda, se trata de todo un desafío para el romanticismo, que ha realizado una tarea impecable para dulcificar el recuerdo de aquel campo, deteriorado de forma insostenible al final. Pero el relato siempre se impuso porque la grandeza de Atotxa, casa de la mejor Real que ha habido y habrá nunca, era incuestionable. Ver un partido en Atotxa era activismo. El concepto espectador no existía, había que actuar. Moverse, empujar, ponerse de puntillas, ganar posiciones en el escalón... Allí, el fútbol no se veía, se jugaba. Algo difícil de entender para un nativo digital de Anoeta. ¿Podrá reproducir la IA en toda su dimensión aquel ambiente único? Porque, sí, Atotxa evoca un sentimiento de ternura, pero era un campo salvaje, durísimo. Pequeño, con la gente encima, siempre lleno, ruidoso, muy intransigente con los árbitros, intimidatorio para los rivales, muchos de los cuales, como Cruyff, se borraban y otros, como Di Stéfano, se despedían de la familia antes de viajar como si fueran a la guerra de Corea.

La IA hará descubrimientos. Porque, como todo el que estuvo allí sabe, en Atotxa no se veía el fútbol. Al margen de que todos los goles se producían justo detrás de la columna de turno, la perspectiva era pésima y si se veía un córner no se alcanzaba el otro. Todo era así. Quizá, quién sabe, ahora podrá mirarse en esos ángulos ciegos, saber cómo demonios hizo López Ufarte aquel regate que tan bien inventamos. Quizá pueda verse como se introdujo en el campo desde la calle la ikurriña el 5 de diciembre de 1976 en las narices de cientos de 'grises' para que Inaxio Kortabarria y José Ángel Iribar la 'legalizaran'.

Con Atotxa, arranca la serie 'Revive Ipuskoa'. La IA pone en movimiento la memoria sentimental, un nuevo mundo en que el futuro competirá con algo mucho más grande que la verdad, con algo que construyó un mundo entero. Competirá con la imaginación, en una carrera que se anuncia apasionante.

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