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Transición energética

La Última Copa: la energía emergente que conquistó Endesa Play y brilló en el Jardín de las Delicias

La Última Copa pasó de los ensayos en Carabanchel a conquistar el escenario del Festival Jardín de las Delicias tras ganar Endesa Play. Una experiencia inolvidable que marcó el inicio de un nuevo impulso en su carrera.

Laura Guillén

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La Última Copa pasó de los ensayos en Carabanchel a conquistar el escenario del Festival Jardín de las Delicias tras ganar Endesa Play. Una experiencia inolvidable que marcó el inicio de un nuevo impulso en su carrera.

Laura Guillén

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Blanca y Guille todavía sonríen cuando recuerdan aquel momento. El día en que anunciaron que “La Última Copa” había ganado, de entre 441 artistas, el primer premio de Endesa Play, el certamen de música emergente impulsado por Endesa y la Liga acb, no terminaban de creérselo. “Era como estar dentro de un sueño”, confiesan.

El premio era mucho más que un reconocimiento: suponía actuar en uno de los grandes escenarios de Madrid, el Festival Jardín de las Delicias, y compartir cartel con algunos de los artistas más punteros del panorama musical actual.

La víspera: entre nervios y ensayos

La tarde anterior a su gran cita, acompañamos a Blanca y Guille en un local de ensayo del barrio de Carabanchel. Rodeados de guitarras, teclados y amigos músicos, repasaban cada acorde de “No es tarde”, la canción con la que conquistaron al jurado de Endesa Play.

“Queremos dejar el listón alto y para eso hemos alquilado esta sala y contamos con algunos músicos más que nos van a acompañar mañana”, explicaban Guille y Blanca entre risas, mientras el grupo se tomaba un descanso de una tarde intensa de ensayos.

Al volver a casa, tras el ensayo, los recuerdos se mezclaban con los nervios. Hablaron de sus inicios en un chiringuito de playa, la primera vez que tocaron en público y de cómo sus padres —melómanos aunque no músicos— les transmitieron desde pequeños el amor por la música. “En realidad, somos cuatro hermanos, y empezamos tocando los cuatro juntos”, cuenta Blanca.

La jornada terminaba tarde, entre abrazos y la promesa de dormir “aunque sea un poco” antes del gran día.

El gran día: del camerino al escenario

Por la mañana, el entusiasmo se dejaba sentir con más fuerza: café apresurado, mochilas llenas de cables y partituras, instrumentos a la espalda y camino al Recinto Cantarranas, en la Complutense. El ambiente del festival vibraba desde la entrada: escenarios listos, barras preparadas, pulseras en la mano y una efervescencia que contagiaba el ambiente.

Tras la prueba de sonido, la sensación era muy positiva: “Suena brutal, esto es real”, nos decían los miembros de la banda, con una seguridad reforzada al bajarse del escenario.

Llegó entonces el momento de los camerinos. “¡La vida que nos merecemos!”, bromeaba Lucía, guitarra y coros, mientras enseñaba las bandejas de fruta y refrescos que les habían preparado. Entre risas, maquillaje, cambios de ropa y nervios contenidos, el grupo se preparaba para lo que estaba a punto de suceder.

Y entonces, la salida al escenario. Palmas entrelazadas, respiración profunda, abrazos y la certeza de que ese era el momento que habían estado esperando. Las voces de Blanca y Guille, el ritmo de la música, y la complicidad de un público que, poco a poco, se fue acercando, cartel en mano, y acabó coreando las canciones a voz en grito.  

El aplauso final fue una ovación que les hizo temblar de emoción.

Ha sido un subidón. Algo que nunca olvidaremos”, reconocieron todos al bajar, todavía cargados de adrenalina.

El apoyo de Endesa

Endesa apoya la música desde 2022, año en el que entramos en el Jardín de las Delicias con nuestra propia gira, explica Ignacio Asensi, responsable de Patrocinios de Endesa Play. “Lo hicimos como patrocinadores sostenibles del festival, porque veíamos que en el sector existía una demanda clara: hacer los grandes eventos más responsables y sostenibles”.

Ese compromiso se traduce en tres líneas de actuación muy concretas: por un lado, el suministro energético de los festivales, haciéndolos más eficientes, conectados a la red y, siempre que es posible, procedentes de energías renovables. Por otro, el transporte, facilitando lanzaderas eléctricas y premiando a quienes acuden en vehículos de bajas emisiones. Y, finalmente, el propio funcionamiento del festival: desde el montaje y desmontaje con materiales reaprovechados, hasta el reciclaje de vasos, plásticos y todo tipo de elementos que se generan en un evento de estas dimensiones.

Los momentos de disfrute con familia y amigos son algo que comparten tanto el deporte como la música”, añade Asensi. De ahí que, tras una larga trayectoria de patrocinios deportivos, la entrada de Endesa en el mundo de la música tuviera un sentido claro: acercarse a la gente joven en los espacios donde vive sus experiencias más intensas.

Endesa Play nace de algo aprendido en el baloncesto: el patrocinio con propósito”, afirma con rotundidad. “Queremos ayudar a que los territorios sean mejores y apoyar el talento emergente, que en nuestro país es mucho y muy bueno. Se trata de darles visibilidad, de crear oportunidades más grandes de las que tienen ahora, y de acompañarles en su crecimiento”.

Un impulso para seguir soñando

La noche se cerraba con luces, selfies y promesas de futuro. Blanca y Guille lo resumen con una frase que ya forma parte de su historia: “Este día no se nos va a olvidar nunca. Ha sido una experiencia increíble, un impulso que nos anima a seguir creciendo y luchando por llegar más lejos con nuestra música”.

Y así, entre guitarras y sueños cumplidos, “La Última Copa” levantó la suya. Un brindis por la música, por las oportunidades y por todo lo que está por venir.