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Pasando por Aralar, en una anterior edición de la Marcha de las XIV Horas.

Tolosa

«Las XIV Horas enganchan, es la gran fiesta de la montaña»

Casi 1.600 mendizales tomarán parte este domingo en esta gran marcha no competitiva. Algunos de ellos cuentan por qué les atrae tanto, justo además en pleno auge de las carreras de monte

Viernes, 17 de mayo 2024

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Llega la cita montañera más popular, la más esperada por muchos mendizales. Tras ocho años de ausencia, regresa la Marcha de las XIV Horas. ¿Cómo definir esta gran travesía por Aralar que se celebra este domingo? Parece claro que conjuga la superación de un reto personal, el amor al montañismo y el sentimiento de compartir un esfuerzo colectivo atravesando un bello entorno natural. Pero... ¿qué es lo que empuja a tantas personas –cerca de 1.600 están inscritas-, a marchar durante horas y horas, de Tolosa a Tolosa, subiendo y bajando cuestas, caminando sobre la hierba y el asfalto hasta completar 68 kilómetros y 529 metros?

La respuesta no es fácil, pero una de las claves del éxito es su celebración cada cuatro años, coincidiendo con los Juegos Olímpicos. «Si tuviera una periodicidad anual, bajaría la participación, no resultaría tan popular; quedaría más restringida a montañeros expertos», opinan los organizadores de Aralarko Adiskideak. En 2020 no pudo celebrarse debido a la pandemia, así que este año hay más expectación. Y eso que parece que el tiempo no va a acompañar demasiado.

La 'filosofía' de la marcha

«Su gran encanto es que no es competitiva. Hay que marchar en buena compañía y disfrutando de la naturaleza»

El viajero tolosarra Josu Iztueta conoce a la perfección la 'filosofía' de las XIV Horas y este año también ayudará a la organización en diferentes puntos de la travesía. Cree que es una prueba para disfrutar sin prisas, sin marcarse tiempo, sintiendo el placer de caminar por la naturaleza. «No estoy en contra de las carreras de montaña, pero esto es otra cosa. No entiendo a la gente que quiere retarse para completar la marcha en el menor tiempo posible». Josu piensa que la idiosincrasia de las XIV Horas obliga a respetarlas y a saber cuáles son sus fundamentos. «No entiendo a la gente que se apunta y luego protesta porque hay mucha gente 'bajando' Minas, o porque esta circunstancia altera su ritmo. ¡Si tiene 200 fines de semana de aquí en adelante para ir a la velocidad que quiera!».

La periodista y presentadora Irene Larraza, directora del Instituto Vasco Etxepare, guarda un recuerdo imborrable de su última participación, en 2016. Mañana espera repetir. Dice que se lo planteó como un reto personal pero, sobre todo, con un afán no competitivo, yendo a su ritmo, en buena compañía. «Quiero participar por el puro disfrute de hacerlo. Para mí es una celebración, una fiesta tradicional que hay que completar sin agobios».

Un veterano montañero a punto de cumplir 79 años, que prefiere no dar su nombre, completará mañana su séptima marcha. La afronta con una «ilusión enorme». Cada edición es diferente, influyen muchos factores, expone, y dice que hay que prepararla bien, «afrontarla con normalidad», también con autocontrol. Para él, las XIV Horas son el «motor de la ilusión del deporte y del bienestar físico». Confiesa que la clave para llegar a su edad en tan buena forma es hacer un poco de 'tongo', es decir, «no exprimirse nunca al máximo». Y defiende con vehemencia la filosofía de esta marcha en contraposición a la de las carreras de montaña. «No me gustan. Mucha gente joven lo va a pagar en el futuro y tendría que pensar lo que costaría su recuperación de no tener sanidad pública».

El alcalde, Andu Martínez de Rituerto, participará en compañía de su familia. Su dilatada agenda le está impidiendo prepararse como él quisiera. «Saco tiempo de donde puedo. Subo a Izaskun en algunos ratos, el fin de semana intento exigirme un poco más, pero no estoy entrenando bien», admite. El alcalde es un entusiasta de esta prueba. «Me gusta mucho el medio donde discurre, su filosofía, el ambiente, el esfuerzo que supone hacerla». Y, en relación a su comparación con las carreras de montaña, opina que «hay sitio para todo tipo de pruebas», y que las marchas montañeras reguladas no competitivas «siguen teniendo mucha aceptación entre gente de todas las edades».

El montañero Mikel Garaikoetxea defiende la filosofía de las marchas reguladas no competitivas como la de las XIV Horas, ante el auge que están adquiriendo las 'mendi lasterketak'. «Sería interesante preguntarse –comenta– si estamos orientando un deporte sano o, por el contrario, estamos creando una generación de lisiados. Una mesa redonda donde todos y todas podamos aprender puede ser un avance», opina.

La excaldesa y actual parlamentaria Olatz Peon es otra entusiasta de la prueba. «El monte es una de mis grandes pasiones. Me parece emocionante sentir que desde 1925 diferentes generaciones hayamos disfrutado de la misma experiencia en un mismo paisaje», asegura. Y ofrece su opinión de por qué enganchan tanto las XIV Horas: «Yo vivo el montañismo como una actividad para compartir tanto el espacio natural como la buena compañía y mejor conversación. Por eso conecto totalmente con su filosofía, porque es una marcha popular, para ponerse a prueba una misma y disfrutar de la naturaleza. El encuentro de los montañeros antes de amanecer es mágico, y la celebración a la llegada en Berazubi también. La marcha responde a ese espíritu de que para que cada vez más mendizales disfruten de la prueba, otros tantos trabajen tanto en la organización como el mismo día».

Con sólo 18 años, Sara Goenaga 'debuta' con ilusión en su primera participación. «En casa es una prueba que siempre ha estado presente, mi aita ha participado en numerosas ediciones y sentía que yo también quería salir», comenta. A Sara le atrae especialmente que las XIV Horas sean una marcha y no una carrera. «Es verdad que a muchos jóvenes, si no hay palmarés ni clasificación, les atrae menos participar, pero yo he practicado otros deportes y he conocido su parte competitiva. Ahora me apetecía mucho salir sin la necesidad de esta presión de la competición».

«Mantener el nivel»

Los organizadores de Aralarko Adiskideak tienen claro que el reto de mañana «es mantener el buen hacer de ediciones anteriores». También destacan la importante inscripción de gente joven. «Por razones evidentes, las carreras de monte atraen a más jóvenes que una marcha regulada, pero en esta ocasión la distribución por edades está muy equilibrada». Y aseguran convencidos de que la prueba tiene futuro. «Las nuevas generaciones siguen colaborando. La Marcha de las XIV Horas sigue siendo atractiva».

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