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Sin goles que valgan no hay paraíso
Amordazado. Un Eibar poco amenazante cede su tercer empate en Ipurua en un derbi más peleado que vistoso, en el que se le anuló un gol a Stoichkov por un fuera de juego milimétrico
LETIZIA GÓMEZ
EIBAR.
Domingo, 20 de noviembre 2022, 22:34
Ni para unos ni para otros. El único derbi vasco que acogerá Ipurua esta temporada terminó con el Eibar pidiendo la hora para quedarse al menos con un punto que no le sirve ni para recortar su desventaja frente al Alavés, ni tampoco para dar un salto hacia el paraíso que conduce al ascenso directo. Sin goles que valgan no es posible ganar, y aunque al conjunto armero se le anuló uno en la primera mitad, el empate que los vitorianos discutieron tanto al inicio como al final del choque, se antoja el resultado más justo para lo que los más de 6.500 espectadores vieron en un duelo con poca alma y escasa emoción.
La falta de mordiente e ideas que se tradujeran en ocasiones claras pasó factura a una escuadra armera que, una vez más, tuvo que resignarse a ver cómo le invalidaban el gol que Stoichkov anotó a los 17 minutos de juego al aprovechar un rechace de Sivera a disparo de Imanol, por un fuera de juego milimétrico del gaditano cuando el zumaiarra probó fortuna desde fuera del área babazorra.
Pese a que hacía falta un microscopio para resolver las dudas que dejó ver la línea trazada desde el VAR en el monitor, en la sala de videoarbitraje tiraron por el camino fácil y optaron por mantener la decisión inicial del propio Arcediano Monescillo.
Eibar
Quique (Stoichkov, m. 71), Troncho (Corpas, m. 84), Bautista (Blanco-Leschuk, m. 84) y Nolaskoain (Javi Muñoz, m. 88).
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Alavés
Laguardia (Aqbar, m. 46), Toni Moya (Salva Sevilla, m. 66), Alkain (Jason, m. 66), Rober González (Guridi, m. 81) y Hara Taichi (Miguel, m. 90).
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Árbitro: Arcediano Monescillo (comité castellano-manchego). Anuló un gol a Stoichkov pasado el primer cuarto de hora por un fuera de juego que el VAR certificó. Únicamente amonestó al albiazul Miguel de la Fuente en la primera mitad.
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Incidencias: El único derbi vasco que se disputará esta temporada en Ipurua acogió a 6.517 espectadores, cerca de 400 de ellos llegados desde tierras vitorianas para apoyar al Alavés.
Nada nuevo bajo el sol para los azulgranas y en especial para Stoichkov, al que se le han invalidado cuatro de los seis goles que se le han revocado al Eibar en las 16 jornadas disputadas.
Pese a que se mantiene como el máximo goleador del equipo con cinco tantos, no está siendo precisamente una temporada de ensueño para el sanroqueño, que junto con el penalti que marró ante el Lugo podría llevar ya diez dianas en su haber.
Confinados atrás
Se esperaba un derbi más dinámico y apasionado, pero el miedo a perder marcó una cita que tuvo dos partes bien diferenciadas, pero con nulo acierto por parte de ambos.
Con solo las bajas de Arbilla y Aketxe tras varias semanas condicionado por numerosas ausencias, Gaizka Garitano puso en liza ante el líder un once que se puede considerar de gala, con Blanco-Leschuk como referente ofensivo en lugar del enrachado Quique, algo que suele ser habitual en los planes de acción del de Derio en Ipurua.
Un equipo a priori ofensivo, que sin embargo, se vio maniatado de inicio por el Alavés, que utilizando las mismas armas que caracterizan a los armeros, imprimió más intensidad y más profundidad a sus llegadas.
Una estrategia que le permitió confinar a la escuadra azulgrana en su área hasta que llegó el mencionado gol cancelado a Stoichkov que tuvo una réplica inmediata por parte de Jason, que anteriormente ya había desperdiciado otras dos buenas opciones.
Visiblemente incómodo, el conjunto eibarrés se afanó en solventar los apuros generados no solo por el empuje rival, sino también por errores como el fallido despeje de Venancio que deparó un disparo de Guridi que, por suerte, no quiso enfilar hacia la portería local, porque habría sido poco menos que imposible pararlo.
Ese susto sirvió precisamente para activar la palanca que impulsó al Eibar a subir hacia los dominios vitorianos con algo más de decisión, aunque antes del descanso solo hubo que apuntar un centro de Imanol que no encontró rematador y un disparo final de Javi Muñoz que forzó un córner de Sivera que el árbitro no permitió botar.
Y por cómo comenzó la segunda parte, dio la sensación de que esos brotes verdes que se vieron en los últimos instantes de la primera mitad tarde o temprano florecerían, porque esta vez eran los azulgranas los que tenían a su rival metido en su área achicando balones.
Pero con Stoichkov carente de inspiración y los centros paseándose por delante de la portería albiazul sin que Blanco-Leschuk consiguiera empujarlos al fondo de la red, a Garitano no le quedó más remedio que buscar otras alternativas en su banquillo.
De hecho, todos sus cambios fueron ofensivos, propiciando incluso la reaparición de Bautista después de casi un mes ausente por lesión. Sin embargo, el único que llegó a amenazar a Sivera fue Tejero, que remató de volea un centro de Imanol que el meta repelió a córner.
Pero al final, el que más cerca estuvo de llevarse el triunfo fue el Alavés, que primero estuvo a punto de sorprender a Luca Zidane con un remate de Toni Moya que se fue cargando de veneno, y por ultimo, con una tentativa de Alkain que se desvió al rebotar en un jugador azulgrana.
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