Take Kubo: La revancha de aquel «frío y apático» extremo

Afectuoso y sincero podrá ser el apretón de manos de Kubo a Javier Aguirre esta noche. La educación es un valor en Japón y ambos compartieron vestuario del Mallorca en la recta final de la temporada 21/22. Pero no dejará de ser auténtico el sentimiento reivindicativo del jugador hacia el míster que le relegó al rol de suplente en esos diez últimos partidos del curso. El nipón venía de jugar 17 partidos en el once inicial pero con el mexicano solo partió dos veces de inicio, salió en los minutos finales en seis ocasiones y se quedó sin siquiera calentar en una.

La química no llegó a prender entre el actual extremo txuri-urdin y el vasco Aguirre, que además defendió ante los medios sus decisiones acerca del emergente talento asiático con alguna que otra salida de tono. Aterrizó el míster en las islas y al segundo partido consecutivo que dejó a Kubo en el banquillo sintió el juicio de los plumillas baleares. Respondió en plena rueda de prensa con estas palabras: «En el entrenamiento decisivo no me gustó nada cómo entrenó: frío, apático, no encontró su sitio».

Volvieron a cuestionarle por lo mismo en la previa del siguiente partido, el tercero en el banquillo mallorquín, y el patadón hacia delante fue aún más contundente: «Kubo es un gran jugador y un gran muchacho, pero su corte de pelo es pésimo». Tampoco esta vez le puso de inicio, aunque le hizo saltar al césped tras el descanso. La relación terminó con más pena que gloria, con un partido final de liga en El Sadar en el que Kubo no jugó un solo minuto. Semanas después, sería anunciado como fichaje de la Real. Y viendo su rendimiento en Donostia, Aguirre ofreció su versión: «Kubo está jugando suelto arriba, está bien. Es un jugador que necesita libertad, ojalá encuentre su sitio de una vez por todas».

El japonés de la Real siempre ha sido querido en Son Moix, desde que llegó allí con 18 años. En su primera temporada en el conjunto balear jugó 35 partidos, 23 de ellos como titular, con un bagaje de cuatro goles aunque no pudo evitar el descenso. Pasó después por Villarreal y Getafe, para regresar a la isla, donde confiaban en que la segunda experiencia fuera mejor que la primera. Pero su aportación fue menor y Aguirre le dio la puntilla en la fase final de la liga.

La pasada campaña solo pudo jugar 9 minutos en la visita de la Real a Son Moix el 12 de marzo. Hoy es la segunda vez que vuelve a la que fuera su casa, recién aterrizado de la Copa Asia. Javier Aguirre y los suyos ya le sufrieron en el partido de la primera vuelta de esta liga. Salió del banquillo en el minuto 60 y puso el centro del único gol del partido a Brais Méndez. Hoy quiere ampliar su sana revancha.

Con la victoria de Baréin sobre Japón en los cuartos de final de la Copa Asia, el destino ha plantado en la trayectoria de Kubo esta oportunidad de rebelarse ante un microciclo de la histora en el que su carrera se entrecruzó con la de Javier Aguirre. Los plazos cuadran. Desde el domingo por la mañana, el nipón ya está inmerso en la expedición realista, donde se le mima como un elemento diferencial de la plantilla.

El otro futbolista que podrá estar hoy a disposición del míster gracias a su derrota en la Copa África del sábado es Hamarí Traoré. El de Mali llegó ayer por la mañana a Mallorca y se ejercitó en la ciudad deportiva Antonio Asensio junto a sus compañeros en la última sesión preparatoria para el duelo de esta noche.

El descanso de las últimas 24 horas le habrá venido bien. Su partido de cuartos de final ante la anfitriona Costa de Marfil en la Copa África concluyó a última hora de la tarde del sábado en Bouaké, localidad que se encuentra a cerca de 400 kilómetros de distancia de la capital Abiyán. El domingo aún amaneció en suelo costamarfileño, pero ayer por la mañana se unió al equipo. Seguro que supone una fuente de preocupación para un Javier Aguirre que desea no tener que volver a pronunciarse sobre Kubo y su corte de pelo.

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