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«Mi padre era albañil, ETA le asesinó y le acusó de chivato para dar miedo»

Los 12 de CC OO ·

Comisiones Obreras reúne mañana en un homenaje a familiares de los afiliados asesinados por la banda y pide «perdón colectivo» por no haber estado «antes cerca» de ellos

A. GONZÁLEZ EGAÑA

San Sebastián

Jueves, 9 de diciembre 2021, 06:39

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Hace 43 años, el día siguiente al asesinato, a manos de ETA, del guardia municipal de Tolosa Antonio García Caballero, compañeros del sindicato llevaron su camisa ensangrentada al I Congreso de Comisiones Obreras que se celebraba en Madrid. Los 1.500 asistentes al cónclave guardaron un minuto de silencio por el sindicalista al que, horas antes, tres miembros del comando Gamboa habían disparado más de catorce tiros, nueve de los cuales le alcanzaron y acabaron con su vida en el acto. Este crimen, ocurrido el 21 de junio de 1978, fue el primero de una negra lista de hasta doce sindicalistas de CC OO asesinados por ETA entre ese año y 2001, a los que esta agrupación de trabajadores, que hoy lidera Unai Sordo, tributará el primer homenaje conjunto, mañana, en el Palacio Europa de Vitoria. Ocho de los atentados ocurrieron en Gipuzkoa y los otros cuatro en Bizkaia, Araba, Sevilla y Barcelona.

El sindicalista navarro Joseba Eceolaza, secretario de Políticas Sociales y Públicas de CC OO, comenzó a preparar el homenaje en marzo. Contactó, una a una, con las familias de las víctimas y antes de invitarles a asistir al acto en su memoria, les transmitió «el perdón colectivo» del sindicato «por no haber estado antes cerca» de ellos. Mañana, ese perdón se escuchará en público en el acto en Vitoria. «Recordar a estos compañeros asesinados por ETA es una obligación moral y sindical porque la bandera de la memoria y la deslegitimación de la violencia forman parte de CC OO desde sus inicios», afirma el sindicato crítico con ETA desde 1973. Su primera reacción llegó ese año, en pleno conflicto laboral en Torfinasa, cuando la banda secuestró en Pamplona al dueño de la empresa. La mayoría de la plantilla apoyó un comunicado crítico con ETA por «autoerigirse en representante de la lucha obrera».

Además del policía municipal de Tolosa, recibirán el tributo los albañiles Francisco Medina Albala y Antonio José Martos Martínez, el soldador Mario González, el comercial Pedro Conrado Martínez, el panadero Cándido Cuña González, el trabajador naval Félix Peña Mazagatos, los funcionario de prisiones Manuel Pérez Ortega y Máximo Casado Carrera, el periodista José Luis López de Lacalle, el exgobernador civil de Gipuzkoa Juan María Jáuregui y el cocinero Ramón Díaz. Familiares de muchos de los homenajeados agradecen la iniciativa y estarán mañana en Vitoria, también hay quienes prefieren mantenerse al margen e incluso alguno confiesa, con pesar, no estar listo para volver a Euskadi.

«Iban metralleta en mano»

«Mi padre era albañil. No le pilló una bomba, fueron tres tíos con metralleta en mano. Se lo cargaron así. Después leí en el Egin que la banda terrorista dijo que era 'un chivato' y que le mataron por eso. Creo que lo decían para dar miedo a la gente de allí, para avisarles de lo que les podía pasar, si se chivaban. Pero es que da igual, aunque hubiera sido un chivato, que tampoco creo que lo fuera... ¿Chivarse de qué?». El testimonio de Francisco Medina, hijo de la segunda víctima de esta docena de asesinados, forma parte de los relatos grabados para el vídeo que se proyectará durante el acto de memoria en Vitoria, bajo el título 'Los 12 de Comisiones. Nunca más'.

Las claves

  • Memoria El acto en recuerdo de los 12 sindicalistas asesinados tendrá lugar mañana, a las 11 h. en el Palacio Europa

  • Diez asesinados en Euskadi Ocho de los atentados ocurrieron en Gipuzkoa y los otros cuatro en Bizkaia, Araba, Sevilla y Barcelona

  • Homenaje debido «Llamé una a una a las familias y pedí perdón en nombre del sindicato», cita el sindicalista Eceolaza

Francisco Medina padre fue acribillado a tiros por ETA en la avenida de Ametzagaña, en San Sebastián, el 22 de junio de 1979. Medina fue peluquero antes que albañil y en el postfranquismo «se subió» al norte con su mujer «a ganar más dinero de lo que ganaba en Andalucía». «Tenía dos opciones, Madrid no tenía playa y acabó en San Sebastián, que sí la tenía», rememora Medina hijo mientras repasa el tiempo en el que su padre trabajaba en las obras de «unos edificios de viviendas que se estaban construyendo para la Guardia Civil en Intxaurrondo». Aquella mañana del 22 de junio, Francisco se trasladaba en un ciclomotor desde el barrio donostiarra de El Antiguo donde residía. Al llegar a la altura del número 44 de Ametzagaña, un coche con tres terroristas se cruzó en su camino. Murió ametrallado.

«Perdí el habla y dejé de sentir»

Emocionada comparte su relato Nuria Camí, la pareja del también albañil Martos Martínez, asesinado el 19 de marzo de 1992 en Sant Quirza del Vallés, en Barcelona. ETA colocó un coche bomba en la autopista A-18 que comunica Sabadell con Terrasa y advirtió de que estallaría entre las 8.45 y las 9.00 horas, pero explotó 50 minutos antes, mientras las Fuerzas de Seguridad hacían lo posible por localizar el vehículo estacionado en un túnel. Martos pasaba junto al lugar, de camino a su trabajo. Nuria y el joven albañil se habían conocido en el sindicato. «Era una persona muy luchadora, muy reivindicativa, peleaba por los derechos sociales, estaba en la secretaría de Jóvenes contra el paro», evoca. Tras el atentado perdió el habla. «No sabía expresarme, sufrí muchos ataques de ansiedad, me quedé sin sensaciones, sin emociones, simplemente me quedó un sentimiento de odio», relata.

«El último adiós a José Luis»

«Yo jamás salía al balcón a decirle adiós y aquel día salí. Y como no estaba acostumbrado, no miró. Entonces le hice '¡chist, chist!', miró y este fue el último adiós... Ese fue el último adiós...», se emociona Mari Paz Artolazabal, viuda del columnista de El Mundo José Luis López de Lacalle en su testimonio ante la cámara. Su vida «dio un giro de 180 grados» el 7 de mayo de 2000 cuando aquella mañana el etarra Guridi Lasa disparó cuatro tiros en la cabeza y el tórax de su marido. Los asesinos no le han pedido perdón. «Y me da mucha pena porque el que le pegó los tiros era una chaval de 21 o 22 años y se ha echado toda la vida por la borda, me da mucha pena, no puedo sentir otra cosa más que compasión por él», expresa mientras recuerda que «le mataron porque escribía».

Los homenajeados

Policía Municipal. Tolosa

Antonio García Caballero

21 de junio de 1978. Tres miembros del comando Gamboa de ETA le dispararon catorce tiros cuando se dirigía a su domicilio, desarmado y vestido de paisano. El congreso de CC OO guardó un minuto de silencio.

Albañil. San Sebastián

Francisco Medina Albala

22 de junio de 1979. Se trasladaba en un ciclomotor a trabajar en la obra de unas viviendas para la Guardia Civil en Intxaurrondo cuando tres etarras lo ametrallaron desde un coche en la avenida de Ametzagaña.

Soldador. Eibar

Mario González Blasco

2 de agosto de 1980. Salió de trabajar en el pozo minero Bodo Valle y cuando iba en coche a su domicilio, varios encapuchados interceptaron el vehículo y lo secuestraron. Un eibarrés encontró el cuerpo sin vida en el suelo.

Comercial. Tolosa

Pedro Conrado Martínez

28 de marzo de 1982. Trabajaba junto a otros dos comerciales como vendedor a domicilio de libros, discos y material para aprender euskera. Comieron en el Beti Alai y al regresar al vehículo acribillaron a los tres.

Panadero. Errenteria

Cándido Cuña González

20 octubre de 1983. Había tomado una consumición en un bar cerca de su casa y al salir dos individuos encapuchados se le acercaron y le dispararon a bocajarro. Se desplomó y lo remataron sobre la acera.

Trabajador naval. Portugalete

Félix Peña Mazagatos

5 de mayo de 1987. El 25 de abril se encontraba con un amigo en la casa del pueblo de Portugalete cuando ocurrió un brutal ataque con cócteles molotov. Sufrió graves quemaduras y murió días después en el hospital.

Funcionario de prisiones. Sevilla

Manuel Pérez Ortega

28 de junio de 1991. A las 11.20 horas llegó a la prisión un paquete dirigido al director que explosionó matando a cuatro personas, el propio Pérez Ortega, dos reclusos y un familiar que iba a visitar a un interno.

Albañil. Barcelona

Antonio José Martos Martínez

19 de marzo de 1992. ETA avisó de un coche bomba colocado bajo un túnel, que estallaría entre las 8.45 y las 9.00. Explosionó casi una hora antes, alcanzando a Martos que iba camino de su trabajo.

Periodista. Andoain

José Luis López de Lacalle

7 de mayo de 2000. De regreso a su casa después de comprar más de media docena de periódicos, se topó con el etarra Guridi Lasa, que le disparó dos tiros en el pecho. Cayó al suelo y le remató con otros dos en la nuca.

Directivo de Aldeasa y exgobernador civil. Tolosa

Juan Mari Jáuregui

29 de julio de 2000. ETA había situado a Jáuregui en su punto de mira, situación que le obligó a marcharse a Chile. Pasaba unos días de vacaciones en Euskadi cuando fue asesinado en el bar Frontón.

Funcionario de prisiones. Vitoria

Máximo Casado Carrera

22 de octubre de 2000. Salió de su domicilio vitoriano para acudir a su puesto de trabajo en la cárcel de Nanclares de Oca y nada más subir a su vehículo hizo explosión una bomba colocada en los bajos.

Cocinero. San Sebastián

Ramón Díaz García

26 de enero de 2001. Se despidió de su familia en el domicilio del barrio de Loiola para ir a su trabajo en la Comandancia de Marina. Al poner el motor en marcha, estalló una bomba lapa adosada en los bajos de su coche.

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