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Ibon Taberna y Julen Chiapuso con el trofeo y la txapela del Campeonato de Gipuzkoa. I.C.

Si no es por Eple qué sería del trinquete...

Finalistas. Chiapuso y Taberna se imponen a sus compañeros de club, Aranburu y Azpiroz, en el Campeonato de Gipuzkoa

Iker Castaño

Errenteria

Miércoles, 1 de febrero 2023, 00:12

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La final disputada este sábado en el frontón Ametsa de la localidad de Irura tenía una peculiaridad. Ganara quien ganara, la txapela iba a caer para Eple. Las dos parejas del club errenteriarra que disputaron el Campeonato de Gipuzkoa de Trinquete mano parejas de Primera, Julen Chiapuso (Donostia, 1996) e Ibon Taberna (Lezo, 1992) por un lado, y Antton Aranburu y Xabier Azpiroz por otro, se colaron en una final que fue «durísima», coinciden todos ellos.

Los primeros fueron los vencedores, si bien los otros dos podían haberse calado también la txapela. La merecieron los cuatro, pero solo había dos para repartir. Las dos parejas se dejaron todo en cada punto y hubo fases dominadoras para unos y otros. Hasta el tanto veinticinco, Taberna y Chiapuso se mantuvieron por delante, pero después Azpiroz y Aranburu le dieron la vuelta para ponerse tres tantos por delante (28-31). Con el empate a 32, Taberna acertó en unos cuantos saques que fueron determinantes y acabó siendo la clave para finalizar el choque de hora y media con un resultado de 40-34.

Tres días han pasado desde entonces, pero aún siguen molidos. No obstante, los campeones se sientan para atender a este periódico por un momento. Lo agradecen, ya que no están acostumbrados a ver noticias sobre esta modalidad. «La realidad del trinquete no es la mejor en Gipuzkoa desafortunadamente», exponen.

«La confianza, el cambio de pelota y el cansancio fueron determinantes», coinciden los ganadores

Antes de pasar a hablar sobre la situación actual del deporte, repasan su papel en el torneo. «Menos en el primer partido de fase de grupos –ante Eple 1–, lo demás fue un trámite», destacan. Y tanto que les fue bien. Ganaron todos los encuentros y tres de los cuatro rivales con los que se vieron las caras no pasaron de los veintidós puntos sobre cuarenta. «Solventamos los partidos rápido y con buen juego», detalla Chiapuso. ¿Uno de los motivos? «Muchos son de frontón y se apuntan a trinquete por participar, no como nosotros que le damos preferencia», agrega Taberna. La final «no fue sencilla», coinciden, «sufrimos mucho», admiten. Incluso dejó secuelas, ya que Chiapuso acabó con «la mano hinchada y el cuerpo machacado».

Al final, vencieron y se marcharon «alegres y satisfechos, ya que entrenas todas las semanas para que lleguen estos días y puedas ganar competiciones», reconoce el donostiarra. También por la pareja que se quedó a las puertas de la txapela. «Para Eple es muy satisfactorio que dos finalistas seamos del mismo club. Es un orgullo», admite Taberna. «Luego nos fuimos de cena los cuatro», desvela Chiapuso, que si para él la pelota es un deporte de «buena relación con el rival, el trinquete también lo es. Más si cabe si los cuatro somos del mismo club...», expone. Comentaban hasta los puntos entre ellos.

La clave no es una sola, hubo varios factores para que el encuentro cayera de su lado. «Primero la confianza y el no bajar los brazos, después el cambio de pelota y finalmente el cansancio, que pudo influir mucho. Estuvo muy parejo», recuerdan.

Ahora disfrutan del trofeo y la txapela mientras rememoran cómo llegaron hasta aquí. «Hace cuatro-cinco años empezamos a tener un entrenamiento a la semana. Si no entrenas con constancia, después la pierdes», echa la vista atrás Taberna. Continúa el camino. «Poco a poco fuimos mejorando, consiguiendo mejores resultados y subiendo de categoría, hasta que hace dos años nos apuntamos en Iparralde, donde hay más nivel», ratifica.

«La federación tendría que hacer un esfuerzo por realizar tecnificaciones», confirma Taberna

En el caso de Chiapuso se lanzó más tarde. «No empecé a jugar hasta los 20-21 años y además no entraba en mis planes. Me apunté como hace mucha gente, sin entrenar ni nada, pero me enganchó y por mis características me fue mejor. El verte bien te empuja a seguir jugando», reconoce satisfecho.

«Aquí se juega muy poco»

Tanto uno como otro entrenan un día por semana –excepcionalmente dos– y en Hendaia, ya que el escenario tiene las condiciones para practicar el trinquete. «Aquí en Gipuzkoa hay pocos», lamenta el donostiarra, quien confiesa que «desde la federación se tendría que apostar más, ya que en Hegoalde se juega poco. En Bizkaia algo más que Gipuzkoa, pero para empujar a la gente tiene que haber mayor apoyo de los clubes. Habría que cambiar la mentalidad», aclara.

Taberna cree que «la federación tendría que hacer un esfuerzo por realizar tecnificaciones. En Euskadi solo se hacen en Abadiño», apunta. «Hay que tomar cartas en el asunto porque no solo pasa aquí, en la pelota muchos críos lo dejan y se pasan a otros deportes», lamenta.

De cara a lo próximo, ambos disputarán ahora el Campeonato de Gipuzkoa mano a mano individual. «Taberna es el máximo favorito», sostiene Chiapuso.

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diariovasco Si no es por Eple qué sería del trinquete...

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