«Valora mi trabajo, no mi discapacidad»
Inclusión. Javier González y Xabier Mantecón trabajan como Akademis, dentro del curso de formación de Gureak, que les ofrece «un salto gradual y con apoyo continuo» al mundo laboral
El currículum de Javier González es amplio. Su perfil profesional siempre ha estado enfocado en el mundo del metal. «He trabajado como operario, con máquinas GNC y punzadoras», explica, aunque confiesa que «han sido trabajos cortos, porque las personas discapacitadas no estamos valoradas fuera de las empresas de inserción», y define su trayectoria laboral como «un golpe tras otro». González ahora trabaja en Gureak, en el sector de inyección de plástico dentro del plan dual teórico-práctico Akademis, que les ofrece a personas como Javier un contrato de adaptación de un año, haciendo del salto al empleo uno «gradual y con apoyo continuado». Esta formación nació hace una década con el proyecto Akademi Kafe, donde a día de hoy se encuentra trabajando Xabier Mantecón. La pequeña cafetería se sitúa en mitad de las oficinas centrales de Gureak, en Donostia, donde Xabier da los buenos días detrás de la barra, con una sonrisa y con un café en mano. «Akademis me ha ayudado a coger más seguridad en mí mismo como trabajador», asegura.
El puesto de maquinista que tiene Javier es considerado un «puesto crítico» dentro de Akademis. «Las máquinas con las que trabajamos son serias, de estas con las que tienes que tener los cinco sentidos alerta a la hora de montar un molde. Hay muchos parámetros y cosas que tener en cuenta, y la puedes liar», asegura. «Que en un proceso de formación me otorguen estas responsabilidades me parece de valorar», expresa contento, ya que sus experiencias del pasado le dejaron un mal sabor de boca.
«La formación es primordial»
«He estado entrando y saliendo de trabajos, pero creo que esta es la oportunidad buena, la definitiva, porque se dan todos los condicionantes», afirma con una sonrisa. «Yo tengo una condición, pero a mí se me tiene que valorar por el trabajo. En cuanto he ido a presentar currículums a empresas ordinarias ya empiezan, 'y ¿dónde te voy a poner?'. A partir de ahí, te desechan. No están dispuestos a adaptarse».
Uno de los puntos más fuertes a su favor que le ofrece Akademis Inyección es el interés y el empeño que le ponen al proceso de formación. Un proceso definido por formar primero a las personas y después, seleccionar. «En la mayoría de los sitios donde he estado trabajando te ponían ahí, en un puesto a producir piezas sin interés en ti, en tu aprendizaje y evolución. Es primordial formar a la gente. Porque hoy en día, todo el mundo, y todas las empresas, son competitivas». Javier mira a su izquierda, donde le acompaña José Zorzano, quien asiente ante sus palabras. Zorzano es formador de la Akademis de Inyección, aunque Javier le llama «jefe». Él ha sido una parte «fundamental» para la adaptación de Javier, que entró en noviembre del año pasado. Tras su llegada, «lo principal era conocer las máquinas con las que iba a trabajar y la dinámica de trabajo», proceso que duró unos «dos meses». Así, el siguiente paso fue «hacerse con el lenguaje más técnico», entre otras cosas. «Me costó un poco aprenderme los conceptos», admite Javier entre risas, aunque a día de hoy afirma orgulloso que «ya no tengo problemas». Los siguientes meses también incluyeron «aprender cómo son los productos, las piezas... Aquí el trabajo consiste en inyectar, embalar, y cuando estás embalando, hacer el control de fibra, de las piezas... Me aseguro de que estén bien y luego ya van al cliente», detalla, y añade que «esto último tiene un peso importante».
Zorzano, como formador, añade que «lo bueno de hacer este proceso poco a poco es que puedes llevar un seguimiento y decir, 'esto es Akademis Inyección. ¿Quieres que sigamos? ¿Quieres que lo intentemos? ¿Cómo te has visto?'». De esta forma, se consigue sacar «lo mejor de cada uno» y que todos se sientan «cómodos. Porque hemos tenido casos en los en los que la persona en proceso de formación ha expresado que no se veía tan cómoda en planta. Entonces les aseguramos que no tienen de qué preocuparse, que entonces 'seguirás como embalador, porque ese es tu recorrido'». ¿Cómo se hace esto? «Dentro de Akademis trabajamos en estandarizar todo al máximo, para hacer posible la incorporación de un perfil que no sea tan cualificado. Bajamos un poco la cualificación para que sea más fácil la inserción. Yo creo que, con toda la complejidad que tiene este puesto, se está consiguiendo esto poco a poco», asegura.
Otra cosa a tener en cuenta es el esfuerzo físico que requiere. «Este trabajo tiene una dificultad a la hora de su ejecución que también nos ha limitado la incorporación de personas. Además, estamos hablando de tres turnos: trabajas mañana, tarde y noche. Con eso ya delimitas». Por eso, cuando «hablamos con personas con discapacidad, tenemos muy en mente la idea de reducir el gap, la brecha». Esta oportunidad para Javier supone un «gran cambio. Me siento bien. Veo una gran evolución en mí mismo, tanto técnicamente como a nivel personal».
«Un trabajo que me apasiona»
Son las once de la mañana y llega el «primer boom» de clientes a los que atiende Xabier Mantecón. Los trabajadores de las oficinas centrales de Gureak acuden al Akademi Kafe a coger algo de fuerzas para afrontar el día. Además de la cafeína, el positivismo de Xabier, al otro lado de la barra, es el ingrediente secreto para una dosis de energía.
Xabier estudió una «Formación Profesional básica de comercio», eso sí, confiesa que «yo no pensaba que me fuera a graduar, y encima, acabar en un trabajo que me apasiona». Su experiencia laboral es de lo más variada: «He trabajado en un taller que hacía montajes para coches, en una gasolinera, en una tienda de ropa de deporte, como camarero en un bar familiar...» enumera. Finalmente se ha decantado por trabajar de cara al público, aunque en un principio «me daba vergüenza, pero ahora estoy muy cómodo». Este cambio se debe a la buena relación y buen trato que recibe gracias al modelo Akademis. «Somos como una familia. Tratamos bien a los clientes, a los jefes, a los compañeros... Y no paramos de trabajar en equipo». Con los meses –empezó en julio– Xabier ha conseguido dejar la timidez a un lado, «me escondía en vez de dar un paso hacia delante, pero ya no me quedo quieto. Ayudo a los compañeros, hago los pintxos, pongo cafés...». Echando la vista atrás, el eibarrés se ha dado cuenta de que los «trabajos monótonos y repetitivos» no van con él. «Me veía más inseguro, yo quería tratar con la gente del exterior. Yo soy muy activo. Me gusta moverme, no paro», afirma. Lo que más le gusta de su puesto actual es «hacer los cafés y cobrar a la gente», trabajo que seguirá realizando hasta el verano que viene. Después, se tomará un merecido descanso «para celebrar el verano y luego, ya se verá» dónde Xabier continuará su formación y recorrido laboral.
Un proyecto que generará 2.000 oportunidades laborales
La asociación de entidades de iniciativa social de Euskadi, Ehlabe, ha activado un proyecto de inclusión sociolaboral de seis años de duración que formará y dará oportunidades laborales a más de 2.000 personas con discapacidad. El proyecto, denominado Lan-Aukera, y cofinanciado por la Unión Europea a través del programa operativo del Fondo Social Europeo Plus en Euskadi con la colaboración de la Diputación Foral de Gipuzkoa, dispone de un presupuesto de 10 millones de euros y se alargará hasta 2029. De este modo, el proyecto, en el que participan seis entidades integradas en Ehlabe (Gureak, Katea Legaia y Sutargi en Gipuzkoa; Lantegi Batuak y Apnabi en Bizkaia; e Indesa 2010 en Araba) permitirá reducir aún más el desempleo del colectivo de personas con discapacidad en Euskadi, que ya cuenta con el índice de paro de personas con discapacidad más bajo del Estado, según datos de 2022: el 16,5% frente al 23,9% de la media estatal.
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