Los retratos de una infancia marcada por el horror
Una exposición de la Comisión para la investigación de malos tratos a mujeres muestra el impacto de la violencia en los menores a través de sus dibujos
En lo que va de año tres menores han muerto por casos de violencia de género ejercida contra sus madres en el Estado, 27 en total desde 2013. Además, 44 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas este 2018, unas muertes que han dejado huérfanos a 35 menores de edad. Los niños y niñas son víctimas directas de la violencia machista que se da en el seno de sus familias, en ocasiones como parte y en otras como testigo, y arrastran secuelas físicas y psicológicas durante el resto de sus vidas. Estrés post-traumático, alteraciones del desarrollo afectivo y emocional, retraso escolar por bajo rendimiento, baja autoestima, ansiedad, interiorización de roles de género sexistas, aprendizaje de modelos violentos y posibilidad de reproducirlos en el futuro... Son solo algunos de los problemas comunes de conducta que presentan, según un estudio elaborado por la ONG Comisión para la investigación de malos tratos a mujeres basado en la terapia psicológica con menores víctimas de violencia doméstica.
Ningún territorio está libre de la lacra del maltrato familiar. Tampoco Gipuzkoa. Según datos del servicio para mujeres víctimas violencia machista de la Diputación, que ofrece atención psicológica, asesoramiento jurídico y recursos de acogida, en lo que va de año el equipo de psicólogos forales ha atendido un total de 653 casos, de los cuales 278 eran correspondientes al 2018 y el resto, 375, otros provinientes de años anteriores. Este año 24 menores, -18 chicas y 6 chicos-, han recibido tratamiento psicológico por parte del servicio foral.
Por otro lado, 47 menores de edad han ocupado entre enero y octubre los recursos de acogida para víctimas de malos tratos, 40 de ellos -21 chicas y 19 chicos- en el centro Urrats, dirigido a la acogida inmediata o de corta estancia, y el resto en el centro Bidean, que acoge a mujeres y niños víctimas de violencia de género para estancias de media o larga duración. Asimismo, de las 77 personas atendidas por violencia machista en lo que va de año en el servicio foral de Coordinación de Urgencias Sociales, 17 eran menores de edad.
El dato
-
24 menores han sido atendidos por el servicio foral de psicólogos entre enero y octubre de este año, de los cuales 18 eran chicas y 6 eran niños. Además, 17 menores de edad fueron asistidos por el servicio de Coordinación de Urgencias Sociales de la Diputación de Gipuzkoa en esos meses.
Detrás de estas cifras se esconden los nombres de niños y niñas que han sufrido el horror del maltrato en primera persona. El impacto que tiene la violencia sobre ellos ha sido el núcleo del Proyecto de Intervención Psicosocial con Menores elaborado por la ONG Comisión para la investigación de malos tratos a mujeres, basado en las terapias psicológicas con 283 niños entre los 4 y los 17 años realizadas desde el año 2003 por esta organización estatal, que cuenta con delegación en Euskadi. El estudio analiza las consecuencias psicológicas y sociales que tiene la violencia familiar en los menores a través de los dibujos elaborados en dichas sesiones.
Los menores víctimas interiorizan roles sexistas y tienen baja autoestima y ansiedad
«Los niños y niñas se expresan fundamentalmente a través del juego y el dibujo», recoge el informe, cuyo objetivo es «visibilizar y sensibilizar sobre los terribles efectos que la violencia tiene sobre los menores y que no pueden expresar con palabras». Para ello se han seleccionado un total de 60 pinturas elaboradas por menores mientras esperaban para ser atendidos en terapia. Se les pide que describan lo que es el miedo, la familia, las emociones, cómo perciben la violencia o que realicen dibujos libres. Muchas de las imágenes transmiten un mensaje tan claro que apenas necesitan explicación. Bajo la temática 'El derecho a la vida', un niño de 10 años dibujó a un hombre que está acuchillando a una mujer mientras grita: «¡Muere!». El pequeño explicaba que tenía «miedo» por su madre. Otro menor de 8 años que sufría maltrato físico y psicológico por parte de su padre se dibuja a sí mismo llorando. «Padre y gritar, igual a llorar», escribe debajo.
Cocodrilo, gorila y tigre
En algunos dibujos los niños muestran la imagen que tienen de su familia y qué sería cada miembro si fueran animales. «Mi padre sería un cocodrilo», dice un pequeño de 7 años. «Un gorila. Tranquilo, pero si se enfada se vuelve agresivo», dice otro de 11 años. «Un tigre, una fiera», retrara una niña de 9 años que dibuja a su madre como un delfín volador que quiere escapar y al que separa de su padre con una línea, a modo de protección.
«Está suficientemente demostrado que los niños aprenden e interiorizan el modelo familiar observado», explica el informe. «Los varones pueden aprender que la violencia es un medio lícito de resolver los conflictos y las niñas pueden asumir el maltrato como algo 'normal' en una pareja. El modelo sexista, que genera violencia, se transmite de generación en generación», añade. Es por ello que el trabajo terapéutico con menores víctimas de violencia de género sirve no solo para «paliar los efectos de la misma», sino también como «medida preventiva para evitar que el modelo desigual de relaciones entre hombres y mujeres se reproduzca en el futuro». «Educando en la igualdad estaremos previniendo la violencia de género», se afirma en las conclusiones.
«Educando en igualdad estaremos previniendo la violencia de género», concluye el estudio
Entre los objetivos cumplidos dentro del programa de intervención psicosocial con menores, destaca además el de «iniciar la sensibilización de los estamentos judiciales sobre el papel de los niños en el maltrato, gracias a los contactos con los juzgados y a los informes psicológicos facilitados en los juicios». La exposición tiene carácter itinerante y podría llegar a Euskadi en un futuro, ya que el Gobierno Vasco se ha interesado por su contenido, tal y como afirman desde la ONG.