En Navidad, solos en casa
Personas mayores. Son el colectivo más vulnerable frente al Covid y mantenerles en espacios seguros también en estas fechas se ha convertido en el reto de muchas familias
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Mari Puy Gómez de Segura. Vuelta a la videoconferencia
«Este año cada uno en su casa y Dios en la de todos»
Esta no es una Navidad para hacer experimentos y Mari Puy Gómez de Segura dice tenerlo muy claro: «Este año cada uno en su casa y Dios en la de todos». Aún faltan veinte días para Nochebuena, pero esta familia ya ha tomado la decisión de celebrar las Navidades cada uno por su lado, independientemente de lo que determine el Gobierno Vasco, coinciden esta mujer, su hija Elsa Fernández y su sobrina, Miren Gómez de Segura.
«Nos va a dar mucha pena a todos, porque son fechas en las que te gusta juntarte», reconoce Elsa, «aunque paseos durante el día seguiremos dando». El mayor temor, fundamentalmente a la hora de juntarse con los más mayores de la casa, es «el momento de las comidas y cenas, que te quitas la mascarilla, y luego llegan los contagios», una situación a la que reconocen que no quieren arriesgarse.
Por eso, para celebrar los días importantes, «ya lo arreglaremos de alguna manera», comenta. Por ejemplo, según señala esta familia, en Nochevieja no solo conectará cada uno en su respectiva vivienda la televisión para comer las uvas a golpe de campanada, sino que «seguramente haremos videollamada para entrar en el nuevo año juntos», apunta Mari Puy.
El brindis y los abrazos para festejar el comienzo del 2021 «serán digitales», un esfuerzo que esperan que al menos sirva para que el próximo año por estas fechas, el debate quede resuelto, y puedan recuperar la tradición de juntarse toda la familia.
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Mº Dolores Etxeberria. Sin Santo Tomas
«Yo me apunto a todo, pero me frenan mis hijas»
Si fuera por María Dolores Etxeberria estas Navidades organizaba la fiesta de todos los años. Bien es verdad que cada vez dice cansarse más si le toca cocinar, pero si en el apartado gastronómico algún familiar le releva, no tendría mayor inconveniente en juntarse con cuantos más mejor. «Pero son mis hijas las que me frenan», dice sonriente. Este año no van a juntarse la familia al completo como solían hacer en Santo Tomás, y los «días importantes», los pasará en casa de su hija María Isabel. «Vivimos al lado, así que no hay problema para que cumpla con el toque de queda, y tendremos en cuenta abrir las ventanas de vez en cuando para ventilar. Lo tenemos todo pensado», aseguran.
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Agustín Pintado y Asun González. Matrimonio.
«Diga lo que diga Urkullu, no nos vamos a juntar»
A este matrimonio donostiarra no le hace falta seguir atento cada paso que dé el Gobierno Vasco en relación a las medidas para estas Navidades. «Diga lo que diga Urkullu ya hemos decidido que no nos vamos a juntar. Lo celebraremos en casa, los dos solos», afirman.
Agustín Pintado y Asun González tienen tres hijos y señalan que han sido ellos «los que nos han convencido para pasar estas fechas separados». Echan números y estiman que otros años se han llegado a juntar alrededor de ocho personas, «que podríamos estar dentro del número permitido», pero la idea no les termina de convencer. O mejor dicho, «si lo piensas fríamente te das cuenta de que no es la mejor opción», reconocen. «Además, ya hemos comprado turrón y champán para dos, y con eso sí que ya no hay vuelta atrás», bromean.
Naturalmente, el factor sentimental tiene su peso, y más aún en unas fechas, cuyo valor principal es juntarse en familia. Asun reconoce que la decisión que ha tomado la familia le da «mucha pena», pero también asume que «tal y como están las cosas hay que cuidarse, y ya dicen que estar en una casa, comiendo y sin mascarilla no es lo ideal, y no queremos sustos», subrayan.
Las videoconferencias no van a conseguir sustituir las tradicionales comidas de Navidad, pero también en su caso será la alternativa en estas fiestas tan atípicas.
Su esperanza, de cara al año que viene, está puesta en una vacuna que cada vez parece estar más cerca.
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Luis López y José Luis Bravo. Amigos
«Solo deseo que en 2021 podamos ser libres de nuevo»
Estos dos amigos paseaban ayer por la capital guipuzcoana, pero no terminaban de ponerse de acuerdo con el plan familiar para estas navidades. Ahora bien, ambos coincidían en el hartazgo de una situación que se hace cada vez más pesada, que parece no tener fin, aunque la idea de que la vacuna puede estar al caer les da cierta esperanza.
Luis López espera a su hijo que vendrá con su familia desde Barcelona, «aunque aún no tiene muy claro cómo va a venir», y está decidido a pasar estas fechas de la misma forma que en años anteriores. «Nos juntaremos los que somos y no creo que vayamos a mantener ninguna medida especial», comentaba, dispuesto a pasar unas Navidades en familia.
Por su parte, su colega, José Luis Bravo, también tiene las ideas claras, pero contempla justamente el escenario contrario. «Nosotros normalmente nos juntamos 16 personas, pero este año hemos decidido que vamos a pasar las fiestas mi mujer y yo solos en casa. Preferimos no juntarnos en casas con nadie», reconoce.
La siguiente pregunta es obligada. «¿Si me da pena? Ninguna», dice sin lugar a dudas. «Por una vez no pasa absolutamente nada, y además que a estas alturas de la vida, ya no me da pena nada», comenta ante la risa cómplice de su amigo. «Ahora mismo lo único que deseo es que el año que viene podamos ser libres para hacer lo que nos dé la gana», exclama.
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