Del boom a pensar en bajar la persiana
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El repunte del virus, las nuevas restricciones y el desgaste de siete meses de pandemia abocan a algunos alojamientos de Gipuzkoa a plantearse un cierre temporalCerrar. No cerrar. Cerrar... Los hoteles de Gipuzkoa están deshojando una margarita nueva casi cada semana sin saber qué determinará ese último pétalo con el que se queden en la mano. No es que lo estén echando a suertes, sino que la incertidumbre a corto plazo es tal, que tomar decisiones a quince días vista en estos tiempos es una osadía y además roza la pérdida de tiempo.
El sector hotelero guipuzcoano lleva prácticamente todo 2020 echando cuentas. Primero, para mentalizarse de las pérdidas que iban a suponer aquellos 15 días de cierre inesperado, que terminaron siendo cuatro meses. Y ahora, ante el embate de un nuevo tsunami, para ver qué decisión es la más pertinente para subsistir: seguir con el establecimiento abierto, cerrar hasta que la situación mejore, o un formato intermedio, en el que se echa la persiana los días flojos entre semana y se intenta recuperar el ritmo de viernes a domingo.
Elena Estomba, presidenta de Hoteles de Gipuzkoa y directora del hotel de Londres y Villa Favorita, augura que a final de mes muchos hoteleros adoptarán decisiones en esta línea. «En verano vimos que la gente quería moverse. Pero en septiembre nos pegamos un sopapo impresionante y las previsiones para final de año son complicadas. Ahora veo mucho más factible que hace un mes el cierre temporal de los hoteles, sin una fecha de reapertura clara», reconoce.
En los últimos cinco años en Donostia se han inaugurado 46 establecimientos entre pensiones y hoteles
el dato
«Ahora veo más factible que hace un mes el cierre temporal de los hoteles sin fecha de apertura clara»
Elena Estomba | VIlla Favorita y Hotel de Londres
«Hay pocos eventos y no atraen público de fuera. La pregunta que nos hacemos es cuánto tiempo más vamos a poder aguantar»
Fran González | Hotel Codina
Mientras que hasta hace pocos meses el objetivo era no parar, en la capital guipuzcoana se empiezan a escuchar decisiones que van en sentido contrario, aunque comunicaciones oficiales de cierre, según dice, hay pocas. Al hotel Villa Soro, que lleva con la persiana echada desde verano y al hotel San Sebastián, que ha cerrado recientemente, se suma Villa Favorita, que se inauguró a mediados de julio y que ha optado por abrir exclusivamente el fin de semana. «Al haber muchos servicios que son transversales del hotel de Londres, podemos mantener esta fórmula. Un hotel cerrado, sin usar, envejece mucho y muy rápido, y ponerlo en marcha de cero cuesta mucho», reconoce.
En el caso concreto de Donostia, a la situación generada por la crisis sanitaria, se le suma además la particularidad de ser una ciudad que ha inaugurado, según datos del Eustat, 46 establecimientos, entre pensiones y hoteles, en los últimos cinco años. Por lo que deben lidiar con un incremento considerable de la oferta y una demanda casi inexistente.
La ocupación actual para noviembre y diciembre es del 4 y el 3%, en el caso de Villa Favorita, y algo más ventajosa en el caso del Londres, que tiene ocupadas un 13 y un 10% de sus plazas para los próximos dos meses. «Enero ni me lo planteo y la campaña de Navidad dependerá de cómo evolucione todo», lamenta.
Los índices de ocupación el mes que viene en el caso del hotel Astoria 7, uno de los alojamientos más grandes de la ciudad, que supera el centenar de habitaciones, «el 7%, y del 2% en diciembre». Y pese a que tanto reservas como cancelaciones se producen «más a ultimísima hora que nunca», todo apunta a que no vienen buenos tiempos. El director de este alojamiento, Fernando Soto, ya tiene asumido que «las pérdidas van a ser descomunales» y se replantea cada semana si al hotel le compensa más seguir abierto o no. «Ahora mismo perdemos más estando cerrados, aunque la ocupación sea casi nula, pero todas las semanas monitorizo los datos para establecer si en algún momento tengo que cambiar de escenario», confiesa.
Estomba y Soto coinciden en que uno de sus objetivos es tratar de perjudicar a las plantillas lo menos posible, pero ante la incertidumbre y el panorama tan cambiante no permiten hacer planes a medio plazo, y por ese motivo, considera el director del Astoria 7, que las medidas laborales, fiscales y financieras por parte de las administraciones «son más necesarias que nunca» en este sector.
«Todas las semanas monitorizo los datos por si en algún momento hay que cambiar de escenario y cerrar»
ernando Soto | Hotel Astoria 7
«Surgió la oportunidad de alojar a personas que no tienen espacio para aislarse en casa, y al no haber turistas, aceptamos»
Carlos Odriozola | Hotel Santuario de Arantzazu
Fran González, director del hotel Codina, también se ha tomado octubre para recapacitar, y una vez que finalice el mes, «tomaremos una decisión».
El repunte de contagios y los cierres perimetrales «solo generan más incertidumbre», y si los pocos eventos, ya sean deportivos o culturales, apenas atraen público de fuera y muchos se emiten por streaming a los hoteles nos sirve de poco» . «La pregunta que nos hacemos todos es hasta cuándo vamos a poder aguantar».
Hotel social
La pandemia ha propiciado la reconversión de muchas empresas y el hotel Santuario de Arantzazu, que Carlos Odriozola dirige en Oñati es una de ellas. Las perspectivas de verano eran malas y «nos llegó la oportunidad de participar en un programa de Osakidetza para alojar a personas que no tienen opción de hacer el aislamiento preventivo en sus casas, y aceptamos».
Actualmente, tiene 8 personas, pero a comienzos de mes la ocupación de sus 45 habitaciones era del 100%. Solo recibe positivos en covid que son asintomáticos o contactos estrechos. «En el momento en el que presentan síntomas son derivados a un hospital», señala.
El Departamento vasco de Salud corre con los gastos y los huéspedes no pueden salir de la habitación. Odriozola exploró esta vía con intención de recuperar en octubre la actividad turística, «pero viendo como están las cosas, creo que va para largo».