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Psicóloga. Nerea Astigarraga ha escrito un libro sobre el trastorno bipolar. IÑIGO ROYO
Salud mental

«Me he hecho amiga de mi trastorno bipolar»

La psicóloga azpeitiarra Nerea Astigarraga emprendió un largo camino cuando en 2011 le diagnosticaron su enfermedad

JAVIER GUILLENEA

Jueves, 15 de septiembre 2022, 06:47

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Nerea Astigarraga emprendió en 2011 un camino con muchos nombres. Ella habla de cuesta arriba, cuesta abajo, montaña rusa, maratón y viaje de autodescubrimiento. Ese año ingresó por última vez en un psiquiátrico, donde permaneció dos meses antes de que le abrieran los ojos. Lo que le ocurría, ese tortuoso itinerario que le había obligado a ingresar varias veces en centros de salud mental, la primera a los 20 años por un episodio psicótico, se debía a que estaba enferma. Lo que esta azpeitiarra sufría era un trastorno bipolar, una enfermedad que se caracteriza por oscilaciones extremas en el estado de ánimo que pueden llevar a la euforia descontrolada o a la depresión. «Se me cayó el mundo encima. Es como si aquella persona que creía ser no fuera real», recuerda.

Lo primero que hizo fue quedarse paralizada. «Con los horarios estrictos, las batas blancas y pacientes con los que no conectaba, en el psiquiátrico tenía un sentimiento de deshumanización. Me quedé bloqueada». Pasó luego a una nueva etapa en la que le invadió un sentimiento de rabia. «Pensaba por qué a mí, si en mi familia nadie había tenido ese tipo de problemas». Fue aquella ira, «aquel enfado», lo que la llevó a emprender el camino, a «analizar más profundamente lo que me ocurría y empezar de cero».

Un año después se matriculó en la Universidad del País Vasco para estudiar psicología. Tenía 34 años. «Allí empecé a aceptarme, a liberarme», dice. Tuvo algunas recaídas, «momentos de oír voces», pero siguió adelante sin ocultar a sus compañeros y profesores que sufría trastorno bipolar. «Yo no soy partidaria de que la gente salga por obligación del armario y cuente su problema a todo el mundo, pero para mí fue terapéutico. Yo necesitaba quitar el ancla y empezar a navegar, para mí era necesario».

'Resetea tu vida'

Siguió adelante. Tras terminar la carrera se formó en musicoterapia, programación neurolingüística, liderazgo y desarrollo de personas, escritura creativa y poesía y mindfulness, autocontrol y reexperimentación emocional para tratar la ansiedad y la depresión, entre otras materias. Y también escribió un libro. «En unas prácticas que hice en 2017 estaba visualizando mi siguiente reto y de ahí salió 'Resetea tu vida'.

Es un libro de tintes autobiográficos en el que la psicóloga aporta herramientas basadas en su experiencia para convivir con el trastorno bipolar y que contiene «un programa de entrenamiento para mejorar la gestión emocional mental y comportamental». La publicación está dirigida especialmente a cualquier persona con trastorno bipolar, que no son pocas. «En 2018 había en Gipuzkoa 12.000 casos diagnosticados de lo que es el espectro trastorno del ánimo o trastorno afectivo o trastorno bipolar. El 51% eran mujeres y el resto hombres. Eso es mucho, y se dice que hay más sin diagnosticar», explica Nerea.

«Resetear significa empezar de cero, recuperar el espíritu de juego en la vida, abrazar la diferencia y desaprender», dice Nerea. Pero empezar de cero no significa olvidar. «No sé hasta qué punto es bueno dejar atrás todo lo que fuiste, olvidarlo todo. Yo creo que no hay que hacerlo, eres la suma de tus errores y tus fracasos, eres todo lo que te ha ocurrido. Todo eso sirve para darte un empujón y decirte que todavía estás aquí y quizás la guerra no la ganes, pero hay otra batalla».

Nerea se casó hace quince años. No hace mucho le dijo a su marido que a veces echa de menos «aquellos episodios de efervescencia creativa», cuando subía a lo alto de la montaña rusa. «Él me respondió que tranquila, que mejor no probar». El trastorno bipolar forma parte de su vida, la ha acompañado tanto tiempo que también forma parte de su familia. «Me he hecho amiga de mi enfermedad, es mi maestra, la que me prepara para enfrentarme a las vicisitudes de la vida».

Armonías y disonancias

«Es como cuando toco el piano. A mí me encantan las armonías pero las disonancias también están ahí. Las notas blancas son muy bellas pero los bemoles y los sostenidos están ahí y también hay que saber acariciarlos porque es algo representativo de ti. Es tu singularidad y tu toque especial», afirma Nerea. Pero también es una presencia que siempre está al acecho y que puede llevarte al abismo. «Hay que mantenerse alerta todo el rato, hay que estar hipervigilante. Más que miedo es respeto. Por ejemplo, en el trabajo no me puedo permitir caer en situaciones de estrés porque en mi caso hay un paso de ahí a la psicosis».

«Se puede llevar una vida normal», recalca Nerea, que reclama apoyo para que las personas con problemas como el suyo puedan acceder al mundo laboral. Para ella el trabajo «es casi el 80% de mi terapia. Me viene fenomenal porque levantarme a las seis de la mañana, entrar a las siete a la oficina y realizar tareas es algo que me estructura». Aunque ahora está en el paro, se siente afortunada. «He estado trabajando en el departamento de atención al cliente para una empresa inclusiva, en la campaña de la renta, en un proyecto de inteligencia artificial transcribiendo textos y desde hace tres años trabajo en Gureak, aunque no de forma permanente».

Desde que comenzó a recorrer su nuevo camino no ha parado. «Voy a al escuela de arte, dibujo, voy al teatro, canto en un coro y hago deporte. Trato de llevar una vida activa». También ha abierto un blog desde el que ofrece ayuda y acompañamiento a personas con trastorno bipolar «para prevenir la ocurrencia de episodios futuros de manía, depresión o mixtos».

«Ahora vivo mucho más calmadamente». Nerea Astigarraga no sale por las noches, tampoco conduce «porque cuando lo hago el nivel de cortisol se me acelera y no me conviene», y cuida al detalle sus relaciones personales para preservarlas. Mientras tanto, trata de averiguar quién es aquella persona que nació en 2011, cuando le diagnosticaron su enfermedad. «El autodescubrimiento es un camino hasta el fin de tus días», asegura. Y en ello está. «Para que no me arrastre la vida o la enfermedad emprendo proyectos. Se trata de seguir caminando».

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