Lasarte-Oria
Antonio Mercero, el genio de la 'caja tonta'Aniversario. Falta menos de un mes para que se cumpla el sexto año sin el director lasarteoriatarra, autor de series como 'Verano azul'
Da nombre a un espacio de Askatasuna plaza, donde se albergan diferentes exposiciones itinerantes y se realizan conferencias, pequeñas obras de teatro, conciertos u homenajes. Tal vez un desconocido para las nuevas generaciones, pero un tierno recuerdo para todos los que vivieron los primeros años de la tele en color siendo niños. Antonio Mercero, director y guionista lasarteoriatarra, falleció hace casi seis años tras batallar con el alzhéimer, el 12 de mayo. Su figura imponente invita al ciudadano a acercarse a ver los tesoros artísticos que contiene, con una gran sonrisa y apoyado sobre la baranda, mirando desde lo alto de la fachada. Uno de los nombres ilustres de la localidad que muchas veces pasa desapercibido.
Su historia con lo audiovisual comienza tras su paso por la Escuela Oficial de Cine en 1962. Tras varias producciones amateur, da el salto ese mismo año al cortometraje profesional con 'Lección de arte', que es la primera seña de identidad de Mercero: humor y emoción. El cariño llegaría más adelante, pero en esta su ópera primera en los cortos le vale la Concha de Oro en Zinemaldia. Aunque al año siguiente se estrenó en el largometraje con 'Se necesita chico', no es hasta 1972 cuando un telefilme le da la fama: 'La cabina'. Una locura escrita junto a José Luis Garci para Televisión Española que arranca con el encierro de un hombre en una cabina telefónica, una pesadilla angustiante convertida en clásico que todavía se recuerda, como en la Semana de Cine Fantástico y de Terror de 2021. Bien le valió el Emmy a la mejor película para la televisión.
Años después, en 1981, llega la que sería su serie más conocida, 'Verano azul'. Diecinueve episodios que acercaban la Costa del Sol y que encandilaba a los espectadores para vivir las aventuras de la pandilla de jóvenes durante sus vacaciones de verano. La muerte de Chanquete o su tema de inicio son los elementos que perduran hasta hoy en día. Una producción de la que fue su creador y con la que conmovió a familias enteras, sumando la ternura a sus señas de identidad anteriores. Además, abordaba temas tan duros como el fallecimiento de un ser querido o la pérdida de la inocencia, lo que en su última etapa como director de largometrajes para cine se convierte en necesidad.
Sus señas de identidad fueron el humor, la emoción y la ternura, además de su cuidado con protagonistas infantiles
Tras volver a triunfar con 'Turno de oficio', aunque se planteó alejarse de las series de televisión, siguió en la década de los noventa, ya en lo privado, con 'Farmacia de guardia', en Antena 3.
A pesar de centrarse en la 'caja tonta', no paró de producir largometrajes para las grandes pantallas, donde contaba historias como ningún otro. Podían tacharse de extrañas, pero contenían narraciones cuidadas sobre cuestiones de peso, como en el caso de 'Tobi', un niño alado que tiene que aguantar las reacciones del resto de la sociedad sobre su condición.
Durante su última etapa, ya en el siglo XXI, destacan 'Planta 4ª' y '¿Y tú quién eres?', con las que continúa con el objetivo de «contar las cosas tan tremendas que nos rodean y que ocurren en nuestra sociedad». En la primera, de 2002, bajo su visión delicada y humorística retrata las desventuras de Los Pelones, un grupo de niños ingresados en el hospital con cáncer. En cuanto a la segunda, de 2007, los azares de la vida le llevarían a contar «el drama humano del alzhéimer», que finalmente perdería la vida a causa de esta enfermedad, once años después de su estreno.
Legado a buen recaudo
Lo cierto es que el apellido Mercero continúa ligado a lo audiovisual, y en la televisión, con su hijo Ignacio, quien se ha encargado de dirigir series como 'El comisario', 'Tomboy' o 'Entrevías'. Su hijo Antonio Mercero, en cambio, es uno de los escritores tras el seudónimo Carmen Mola, ganador del premio Planeta con la novela 'La Bestia'. Su legado como genio de la televisión perdura a buen recaudo en su familia, pero también en la memoria de tantos espectadores de la época.
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