
Arrasate-Mondragón
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Arrasate-Mondragón
'Mundraue', nombre originario de la villa¿Cómo se dice Mondragón en euskera? La respuesta «no es Arrasate. Mondragón en euskera se escribe Mondragoe y se pronuncia Mundraue». Así lo afirma el historiador Ramón Ugalde en su investigación sobre el origen supuestamente castellano del topónimo que da nombre a la villa.
Este profesor de historia jubilado aventura una curiosa hipótesis en torno a la etimología de Mondragón y su raíz autóctona. Es sabido que la primera mención conocida de este nombre de nuestro municipio se remonta a la Carta Puebla otorgada por Alfonso X de Castilla en 1260. Los eruditos que han tratado el tema «dudan entre dos versiones», señala Ugalde. Unos consideran que el nombre provendría de un tal Guillem de Mondragon, caballero provenzal de la orden de San Juan que tuvo cierto ascendiente en la corte de Fernando III. Otros, en cambio, opinan que Alfonso X el Sabio se inspiró en la leyenda del dragón que «descendía cada año de Mandoña a Arrasate, concretamente a Txozagorri». Ugalde reseña en su estudio que un tal Berezibar le contó a José Miguel de Barandiarán que el nombre de Mondragón le fue puesto «porque el dragón con su gran cola había excavado un profundo camino desde Olandixo hasta la zona de Arrasate». Y Ugalde cree que esa historia encerraría la «clave» del nombre.
De entrada, Mondragón es una denominación que se «aleja de la forma en que se bautizaron» las nuevas villas de la Edad Media: Vilanueva, Villarreal, Belmonte, Salvatierra...
Juan Carlos Guerra «algo debía sospechar cuando escribió que el nombre de Mondragón cuadraba mejor a los sensibles oídos de poeta galaico que era Alfonso X». Este rey escribió sus famosas Cantigas en gallego. «¿Quería decir acaso que para una persona de habla romance era más fácil pronunciar Mondragón que Mundraue?» especula Ugalde.
Lo cierto es que no existen dragones, pero «sí existe el camino ahondado» por el imaginario dragón con su cola. Pero resulta que ese camino, apunta el autor, «no está en un monte sino en un ribazo, en un resalte del terreno». Por lo tanto tenemos un saliente y un camino ahondado: dos elementos. En euskera elevación o montículo se dice 'muna', y «en Arrasate tenemos topónimos como Munapeta en Gesalibar o Munar en las faldas de Santa Barbara».
Drag, drau, dra, drai... es la onopatopeya del trabajo intensivo. 'Dra-dra' es, por ejemplo, el movimiento continuo que se hace con las uñas para arrancar la costra de la piel; draga es el freno que se le ponía a las ruedas del carro cuando transitaba cuesta abajo; draina tubo de drenaje.
Ramón Ugalde señala que próximo a 'dra' tenemos 'tra', y «con este lexema nos salen palabras con un significado similar: estrata o estarta, es decir, surcos alargados y profundos que provoca el agua de lluvia en terrenos de materiales arcillosos».
Incluso el viento de la Tramontana se caracteriza por realizar surcos alargados en la arena de las playas de la Costa Brava y el Mistral de la Provenza erosiona los farallones de arenisca. En inglés tenemos el verbo 'to drag', arrastrar, y 'drag marks', marcas de arrastre. Dra, drag, tra ... es, concluye este investigador, un lexema que indica una «acción continuada de arrancar y arrastrar materiales, de desgastar».
Llegados a este punto, el historiador Ramón Ugalde opina que se puede sostener «con evidencias suficientes que Mondragón es la forma romanceada de decir Mundraue, y que Mundraue sería una denominación anterior a Mondragón». Y desde luego Mondragón no significaría el monte del dragón sino el ribazo excavado: Mun-draue».
En tiempos antiguos ese largo canal que baja de Olandixo a la zona de Arrasate sería el elemento geomorfológico más destacado en la comarca, en la confluencia de los valles de Leintz y de Ugaran, con los cursos fluviales del Deba y Aramaio. El nombre «tenía que ser preciso, que ayudase a la geolocalización» afirma Ugalde. Cree el autor que algo similar pasaría cuando rebautizaron a Hondarribia como Fuenterrabia.
«Términos cuya pronunciación les resultaba dificultosa, eran modificados y adaptados al hablar romance, alterando su significado. Tal vez ocurrió lo mismo cuando Sancho el Sabio de Navarra rebautizó la aldea de Gastehiz como Nova Victoria. Pero resulta que aparecen personajes como Joan de Vitoria y Pero de Vitoria antes de la fundación de la ciudad. ¿La liaron los reyes sabios?» se pregunta Ugalde.
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Elisa Belauntzaran e Izania Ollo | San Sebastián
Miguel González | San Sebastián y Oihana Huércanos Pizarro
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