Los vascos y la independencia de EE UU

El Museo Naval recoge ahora en esta exposición diversos objetos como maquetas de navíos, planos de embarcaciones, armas de diversos tipos, documentos oficiales y abundante material gráfico de aquella época, y que se podrán visitar hasta el 30 de septiembre. Algunos de los objetos expuestos proceden de particulares e instituciones como Koldo Mitxelena Kulturunea, Aquarium, San Telmo Museoa, Museo de la Industria Armera de Eibar, Ayuntamiento de Hondarribia y Association Hermione, entre otros colaboradores.

Tal y como se explica en la propia muestra, el País Vasco constituía, con una de las más avanzadas tecnologías navales y sus diversas actividades y empresas, una verdadera potencia marítima. Los comerciantes vascos, además, contaban con rutas de comercio y contrabando establecidas con los colonos británicos. En ese contexto aduanero ventajoso, los marinos enviaron desde los puertos vascos -sobre todo desde Bilbao- armas, munición, uniformes y ayuda técnica que resultarían decisivas para la victoria de aquellos que reclamaban la independencia de las trece colonias que en aquel momento había en Norteamérica.

Tuvo especial relevancia en este conflicto la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, fundada en San Sebastián en 1728 y que poseía el monopolio del comercio de cacao de Venezuela. Fue, junto con la Real Fábrica de Armas de Placencia, uno de los principales proveedores de los recursos bélicos de los que requería esta guerra por la independencia. También tienen cabida en la exposición personajes que fueron clave en la resolución de este conflicto internacional, tales como el Marqués de Lafayette y el bilbaíno Diego María de Gardoqui y Arriquibar.

‘La búsqueda de la felicidad’ contextualiza también la relación que los vascos durante siglos han tenido con América y explica asimismo las consecuencias que la declaración de independencia de los Estados Unidos tuvo en todo el mundo; estalló la Revolución Francesa, el monopolio de la Compañía de Caracas entró en declive, muchas colonias españolas se independizaron y la fractura social del País Vasco dio lugar a las Guerras Carlistas, por mencionar algunas.

La muestra busca «poner en valor la aportación marítima e histórica de Gipuzkoa», explicó Raúl Pérez Iratxeta, el Director General del Museo Naval, en la presentación celebrada ayer junto con el director científico del centro, Xabier Alberdi Lonbide; la Directora de Cultura de la Diputación, María José Telleria; y la alcaldesa de Pasaia, Izaskun Gómez.

Esta última recalcó además que, mediante esta exposición, el Museo Naval enriquece el proyecto cultural del Festival Marítimo de Pasaia que se celebrará en mayo, dado que ayuda a contextualizar la visita de la réplica de la fragata L’Hermione, que se realizará en el marco del certamen. Fue en 1780 cuando, a bordo de esta fragata, Lafayette viajó desde Pasaia a los Estados Unidos para unirse a los insurgentes de las antiguas colonias británicas. Además de ayudar a «conmemorar esta efeméride», Gómez recuerda que la muestra «rememora y nos ayuda a conocer nuestro patrimonio marítimo, tantas veces olvidado».

Asimismo, Telleria ha valorado el trabajo que se ha hecho entre diversas instituciones para la realización de esta muestra: «Así hay varios puntos de vista y se muestra la importancia que tiene que trabajemos juntos».

Tras la clausura de esta exposición a finales de septiembre, el centro cerrará sus puertas en octubre para acometer una reforma que se alargará hasta febrero del año que viene. Durante este mes, sin embargo, y según informa Pérez, se ultimará la labor de transformación de la planta baja del museo en un taller de carpintería de ribera, que se utilizará para mostrar cómo se construyen de manera artesanal las embarcaciones de madera. Para el periodo estival desarrollarán además un «proyecto cultural» en el desván del edificio.