«Erlaitz por fin es de primera»
La Itzulia transitó ayer por cuarta vez por un enclave en el que tan protagonista es la subida como la bajada
Erlaitz nunca defrauda. La Itzulia cruzó ayer por cuarta vez un enclave situado en el Parque natural de las Peñas de Aia, de ... corta pero interesante trayectoria en el ciclismo profesional. No así en el campo amateur, ya que es un lugar por donde transcurre habitualmente la Vuelta al Bidasoa desde hace unas tres décadas.
Antxon Mendia, organizador de la ronda bidasotarra e impulsor de su introducción en aquella carrera, ha visto por fin cumplido su deseo: «Las anteriores veces que la Vuelta al País Vasco pasó por su cima catalogaron la ascensión como de segunda categoría. En su día reclamé que la pusieran de primera. Me han hecho caso. Erlaitz por fin es de primera».
Afrontada desde Irun, presenta una primera porción de 3,9 kilómetros de dura ascensión en el que la pendiente prácticamente no baja del 9%. El kilómetro inicial es a ese porcentaje. Pasa al 11% en el segundo, aumenta al 11,8% en el tercero y se 'suaviza' ligeramente al 10,1% en el tercero. Sus rampas más empinadas, repartidas en un par de tramos, llegan al 14%. No tiene descansos.
Una vez coronada la zona más dura, la carretera sigue otres tres kilómetros y medio hasta el Castillo del Inglés por un falso llano en el que la velocidad de los ciclistas combinada con peraltes engañosos y un asfalto humedecido crea situaciones de riesgo que han derivado en caídas en más de una ocasión.
Mendia apunta que «el nombre del Castillo del Inglés tiene su miga. Se refiere a un edificio que en realidad no era un castillo. Albergaba unas oficinas y una cantina que correspondían a una explotación de minas. Y la persona responsable no era inglés, sino un ingeniero francés».
Laurent Jalabert coronó en cabeza Erlaitz en la primera visita de la Itzulia a esta cima, en 1998, por delante de Casagrande y Zulle. Les acompañaban Belli y Rebellin. En ese tramo peligroso anterior al descenso, tres de ellos acabaron en el suelo: Zulle y Belli, ambos del Festina, junto al propio Jalabert, que saltó de la bici. Casagrande echó pie a tierra. Solo se salvó Rebellin. Era la primera etapa de aquella edición, Hondarribia-Hondarribia, de 116 kilómetros y vencida por Jalabert (Once).
La Vuelta al País Vasco regresó a Erlaitz en 2003 con ocasión del primer sector de la quinta etapa, Doneztebe-Hondarribia, de 91 kilómetros. Llovía y le precedieron los puertos de Agiña y Aritxulegi. Defendía Valverde el maillot amarillo y cedió en Erlaitz ante la fuerza de Mayo, primero en coronar y ganador aquella mañana, a quien acompañaron Dario Frigo, descolgado en el descenso, Samuel Sánchez y Tyler Hamilton.
55 fuera de carrera
Muchos ciclistas no han olvidado la tercera visita de la Itzulia a Erlaitz con ocasión de la quinta y penúltima jornada de la edición de 2007. Entre corredores retirados y fuera de control sumaron 55. Lluvia incesante desde la salida en Lekunberri hasta la llegada a Oiartzun.
Subían por este orden Huitzi, Usategieta, Agiña, Aritxulegi, Jaizkibel y Erlaitz. En uno de los días más duros que se recuerdan en la historia reciente de esta prueba, Juanjo Cobo cimentó su victoria final con un ataque en las rampas finales de la última ascensión para despojar del maillot amarillo a Vicioso, entrar vencedor en Oiartzun y rematar al día siguiente la victoria en la general de la prueba. Por supuesto, hubo caídas una vez cruzada la cumbre. Afectaron a Koldo Gil y José Ángel Gómez Marchante, corredores importantes en aquella edición.
José Luis Arrieta, responsable de los recorridos de la Itzulia en aquellos años, señala que «Erlaitz formaba parte de los recorridos de la Vuelta al Bidasoa. Está cerca de Hondarribia y no digamos ya de Oiartzun, por lo que vimos la oportunidad de incorporarlo a nuestra prueba. La primera vez terminaba la etapa en Hondarribia. La otra alternativa era Jaizkibel, pero nos decidimos por incluir esta subida inédita entonces».
Añade el actual presidente de la Federación Vasca que «junto a la dureza que presenta, posee zonas en las que conviene andar con sumo cuidado. De hecho, hemos visto más de una caída. También tuvimos problemas con la conexión de televisión a causa de la meteorología. Creo que el día que se llegó a Oiartzun ni siquiera pudieron dar imágenes de televisión».
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