La trágica galerna de 1890
Se cumplen 124 años del fenómeno que barrió la costa cantábrica. Solo en el puerto de Pasaia perecieron ahogadas cinco personas y catorce más en Santander
JAVIER PEÑALBA ,
Domingo, 27 de abril 2014, 19:27
No alcanzó ni mucho menos las proporciones de la histórica galerna de 1912, aquella que se cobró la vida de 150 personas sólo en la costa vizcaína, pero el fenómeno que se desató hoy hace 124 años hizo que el luto se extendiese entre muchas familias arrantzales vascas y cántabras. Solo en Pasaia perecieron ahogadas cinco personas.
Sucedió el 25 de abril de 1890. El fenómeno, según el historiador y profesor de la UPV Ramón Ojeda San Miguel, autor del trabajo 'Recuerdos de galernas', Pasaia fue una de las poblaciones castigadas. En este puerto perecieron ahogados cinco hombres que iban a bordo de una embarcación y que se vieron sorprendidos por la rapidez con la que se gestó la galerna. A estas pérdidas hubo que añadir la desaparición de otra persona en otro fenómeno atmosférico similar que se había registrado el día anterior.
Según la información obtenida por Ojeda San Miguel, se temía que incluso hubiera alguna otra lancha perdida entre Pasaia y Hondarribia, pues no había noticias de que otro barco tripulado por cinco personas hubiera entrado en San Juan de Luz.
En Donostia, los vapores de pesca 'Churruca' y 'Mamelena' lograron refugiarse en el puerto de la capital guipuzcoana. El segundo de los barcos lo hizo con un tripulante menos, después de que las olas empujaran al marinero al agua cuando se hallaba en cubierta.
Al agua en La Concha
También en San Sebastián, los «grandes esfuerzos» que realizaron algunos arrantzales, que incluso se lanzaron a La Concha, permitieron salvar una embarcación de vela, la 'Guadalupe', sin que hubiera desgracias personales.
En la costa vizcaína, en Ibarrangelua, dentro del municipio de Lekeitio, naufragó la balandra 'Angelita' y a consecuencia del siniestro perdieron la vida el patrón y un tripulante.
En Cantabria, los efectos fueron todavía más dramáticos y los telegramas de la época hablaban de «jornada de luto». Algunas embarcaciones buscaron abrigo en Santoña y Quejo. Al primero de los puertos entraron los barcos 'Amparo II', 'Juan Cruz' y otra cuyo patrón era conocido como el 'Chicharra'. A Quejo arribaron el 'Matilde', 'Santa Lucía' y 'Virgen del Camino'.
Sin embargo, nada se supo del 'Santa Catalina', que naufragó y dejó un balance de catorce tripulantes ahogados. Tres hombres más desaparecieron.
Los despachos destacaron en Cantabria el comportamiento de las autoridades de marina así como el trabajo de los vapores de la empresa La Corconera y la Junta de Obras del Puerto que lograron salvar el vapor 'Hércules' y tres barcos más de cabotaje. Solo el 'Hércules' llevaba a bordo una tripulación de treinta hombres. En otro de los barcos rescatados la tripulación estaba compuesta por dieciocho personas.
Las crónicas del momento aseguraban que los hombres de mar no recordaban «haber conocido un temporal tan violento». Los marineros destacaron igualmente la rapidez con la que la galerna se desarrolló. Fue considerado como el temporal «más importante que ha sufrido este invierno la costa cantábrica».
La historia arrantzale de Euskadi está salpicada de tragedias causadas por temporales, especialmente por galernas, cuya rápida gestación no daba casi tiempo a reaccionar a los pescadores, máxime en tiempos en los que las predicciones meteorológicas brillaban por su ausencia.
Margarita Martín, delegada de la agencia Aemet en Euskadi, señala que aun cuando las galernas no son frecuentes en esta época del año, es posible que cuando se manifiesten, lo hagan de forma muy violenta. «En abril ya se pueden dar una serie de circunstancias que permiten que se desencadenen esta clase de fenómenos. En veinte minutos se pasa de una mar entre llana y rizada, provocada por el viento sur, a otras con 3 ó 6 metros de altura de oleaje, según sea la violencia de la galerna. En algunas se ha dicho que la mar llegó a catorce metros de altura. Este tipo de galernas, no son propiamente galernas, sino ciclogénesis explosivas. La ciclogénesis tiene otra gestación diferente, aunque su aparición se parece bastante a la galerna».
Junto a la galerna de hace 124 años y la histórica de 1912 en Bizkaia, hay un tercer episodio igual de dramático. Sucedió el 20 de abril, Sábado de Gloria del año 1878, y dejó más de mil huérfanos. Fallecieron más de trescientos trabajadores de la mar vascos y cántabros.