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FERNANDO SEGURA
Domingo, 15 de diciembre 2013, 10:40
El aplazamiento del cierre de los tres vertederos que siguen activos en Gipuzkoa (Lapax, Sasieta y Urteta) está caldeando el ambiente en las comarcas afectadas. A la polémica por el puerta a puerta se suma ahora la de los basureros. Los presidentes de las mancomunidades de Sasieta y Urola Kosta (no ha sido posible hablar con el de Urola Erdia) han manifestado a este periódico que los ciudadanos deben estar tranquilos, porque las instalaciones se encuentran lejos del colapso. Las tres entidades están gobernadas por Bildu.
Por el contrario, la oposición responde que se están llenando sin que la coalición se comprometa a una fecha de clausura, debido a que ha paralizado la incineradora sin disponer de un plan de infraestructuras alternativo viable. Denuncian que desde las mancomunidades no se facilita información sobre este problema y añaden que estas entidades están subordinadas a las directrices que marca la Diputación.
Esta inquietud se ha trasladado a los consistorios donde se asientan los basureros. En los de Zarautz y Beasain se han vuelto a aprobar mociones para que las instalaciones se cierren en la fecha comprometida, es decir, a finales de 2014. En Azpeitia, la interpelación al alcalde sobre este tema, planteada recientemente por la oposición, se pospuso. Además, la Mancomunidad de Sasieta se reunirá maañana para tratar esta cuestión, después de que alcaldes y concejales del Urola y del Goierri hicieran pública su queja por la falta de información sobre el futuro del vertedero.
Menos residuos
El presidente de Sasieta, Azeari Andonegi (alcalde de Lazkao), resta importancia al aplazamiento del sellado. Explica que el menor ritmo en la generación de residuos, debido a la crisis y al incremento del reciclaje, permitirá alargar la vida del vertedero. «Tiene capacidad hasta 2016-2017. El hecho de que dispongamos de este margen quiere decir que estamos haciendo las cosas bien en materia de reciclaje».
Andonegi se muestra optimista respecto al desarrollo de las plantas de tratamiento que permitirán el sellado de los basureros. «Los grupos políticos tenemos que evitar las polémicas y centrarnos en los puntos de encuentro». Respecto a la incógnita sobre los plazos para el desarrollo de las plantas de tratamiento previstas por Bildu, Andonegi señala que «lo verdaderamente preocupante sería que la gente no recicle y que se siga echando al vertedero materia orgánica que se podría compostar o residuos susceptibles de ser reciclados».
Aitor Aldasoro, concejal del PNV en Beasain y miembro de la mancomunidad, dibuja un panorama opuesto al de Andonegi. «El vertedero no se va a poder cerrar en 2014, se está colmatando con rapidez y no hay soluciones previstas para el tratamiento de las basuras».
El portavoz jeltzale denuncia la «imposición y falta de transparencia» en la mancomunidad. «En un año no ha habido ni una sola reunión, cuando se han tomado decisiones de calado, como no cerrar los vertederos o la implantación del puerta a puerta».
La discrepancia también está asentada en Urola Kosta, donde radica el vertedero de Urteta, barrio de Zarautz donde sus vecinos se han quejado en numerosas ocasiones de las molestias que genera la instalación.
La presidenta de la mancomunidad, Amaia Guruzeta (concejala de Aia), es consciente de este enfado, pero pide serenidad. «El vertedero no se va a desbordar. Al ritmo actual de llegada de residuos, disponemos de un margen de dos años».
Guruzeta añade que «una vez terminadas las infraestructuras de tratamiento de los residuos, los vertederos se cerrarán inmediatamente. Pido a los vecinos que estén tranquilos, en un plazo corto terminarán los treinta años que llevan de infierno viviendo cerca de Urteta».
La presidenta de Urola Kosta admite que los trámites administrativos son lentos, pero confía en que la red de nuevas infraestructuras se acometa al ritmo adecuado. Preguntada sobre si la mancomunidad tenía previsto pedir a la Diputación y al Consorcio que acelere los trámites, indicó que esta iniciativa no se ha planteado.
Sin información
Gloria Vázquez, concejala socialista en Zarautz y miembro de Urola Kosta, señala que los vecinos «están hartos, quieren que el cierre se produzca ya, pero ven que es algo que no va a ocurrir». Añade que la entidad comarcal se caracteriza por el ocultismo. «Desde que la preside Bildu, no nos hemos reunido ni media docena de veces, cuando los estatutos estipulan que la asamblea debe convocarse una vez cada dos meses. Por tanto, desconocemos si disponen de un plan B para la prórroga de Urteta. Dudamos que lo tengan, porque tampoco existe para el tratamiento de la basura en Gipuzkoa».
La tercera comarca afectada por la prórroga es Urola Erdia, donde se ubica el vertedero de Lapatx. Este periódico intentó hablar con la presidenta de la mancomunidad, Leire Etxaniz (concejala de Azpeitia), pero no ha sido posible. No obstante, Etxaniz hizo público un comunicado el miércoles, un día después de que Pleno pospusiera la interpelación de la oposición al alcalde.
Etxaniz indicó en la citada nota que Bildu no se opone al cierre de Lapatx e instaba al PNV a que rompa el bloqueo en las Juntas Generales. La concejala conmina a los jeltzales a acordar en la Cámara foral el desarrollo de las infraestructuras que permitirían la clausura de los vertederos. «Está en vuestras manos cerrar Lapatx. No cabe el planteamiento de 'la incineradora o nada'. No cabe bloquear por un lado y exigir por otro», concluía la presidenta de Urola Erdia.
Aitor Gorrotxategi, concejal del PNV en Azpeitia y miembro de la mancomunidad, circunscribe en Bildu la responsabilidad del cierre del vertedero. «Están navegando en la indefinición. Han paralizado la incineradora, pero no han mostrado un calendario para el desarrollo de las infraestructuras alternativas. En consecuencia, no hay fecha para el sellado de Lapatx. Tampoco dicen qué van a hacer con la fracción resto. Hablan de vertederos de inertes, es decir, de vertederos».
Gorrotxategi recuerda que Bildu aprobó en el Ayuntamiento de Azpeitia una moción exigiendo el cierre. «Se han pillado los dedos. El diputado de Medio Ambiente, Iñaki Errazkin, fue alcalde de Azpeitia. Tanto en el poder como en la oposición fue uno de los promotores del cierre. Pues bien, ¿ahora qué? Tocará seguir aguantando el olor putrefacto que llega a Azpeitia cada vez que sopla viento sur».
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