La Sade defiende un hotel nuevo que sea una 'réplica razonable' del Bellas Artes

La propietaria del edificio del Bellas Artes, la Sade, rompió ayer su silencio. Lo hizo en la comisión especial del Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbano Construido, (PEPPUC), que ayer, y bajo la presidencia del socialista Enrique Ramos, dio la oportunidad de participar a todas las personas o entidades que han presentado alegaciones a este Plan.

La gerente de la Sade, Coro Odriozola, compareció junto al abogado de la empresa, Javier Olaverri, para puntualizar algunas cosas. La primera, que su alegación no tiene que ver con el derribo del edificio sino con que el permiso de hacer cinco ventanas en la planta superior se amplíe a ocho porque este es el número de 'habitáculos' que habrá en ese piso.

Sin embargo, sí quisieron repasar tanto sus intenciones como la sentencia del Tribunal Supremo que declaró la ruina legal del edificio. La Sade persiste en su deseo de construir un hotel en un nuevo edificio que calificaron como «una réplica razonable» del que proyectara Ramón Cortazar. Se seguiría el ejemplo de los edificios de La Perla, también obra de Cortazar. «¿Cuánta gente se acuerda de que no son los originales, que fueron reconstruidos? El edificio del Bellas Artes es un edificio agotado y ningún ayuntamiento daría licencia para hacer nada por sus problemas en vigas, estructuras y estados del hormigón. Ni siquera la cúpula es la original».

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