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JUANMA VELASCO jmvelasco@diariovasco.com
Sábado, 1 de diciembre 2012, 03:43
Familias cuyos progenitores se quedan en paro de la noche a la mañana, ancianos que dejan la residencia y vuelven a sus hogares donde su pensión es el principal sustento, madres con hijos a cargo que no llegan a fin de mes... La crisis económica se recrudece en Gipuzkoa y el perfil de personas que hasta ahora llamaba a la puerta de Cáritas Gipuzkoa ha cambiado. «El concepto de pobreza se extiende. Nos está llegando un nuevo tipo de personas de clase media que nunca hubieran imaginado verse en esa situación», aseguran en la ONG de la Iglesia.
Si en los últimos años Cáritas ha visto cómo se multiplicaba la cifra de guipuzcoanos que pedían ayuda -en 2011 se rozaron las 25.000 personas-, este año la pobreza se ha agudizado y se están viviendo «situaciones dramáticas». Hasta septiembre, Cáritas ha aumentado un 22% el montante de ayudas a los necesitados de Gipuzkoa. «Y la crisis va a durar más de un año», aseguró ayer el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla.
Ante este panorama «que va a peor», la ONG de la Iglesia ha preparado un «plan de choque» contra la pobreza para paliar los efectos de la crisis, que arranca con la campaña de Navidad. Para llevarlo a cabo, de entrada destinará un millón de euros de sus fondos, que esperan «se multiplique por la regla de los panes y los peces». Para ello, apelan a la solidaridad de los guipuzcoanos para que colaboren como voluntarios en la organización -actualmente son cerca de mil- o apoyen económicamente la causa, bien cediendo la paga extraordinaria de Navidad, realizando un donativo puntual o sumándose a la iniciativa por la cuál 1.500 guipuzcoanos -la mayoría sacerdotes- están donando cada mes un día de su sueldo a Cáritas. El próximo 23 de diciembre se realizará una colecta especial en las parroquias.
Munilla compareció ayer en la sede de Cáritas de Donostia, acompañado de los nuevos cargos en la ONG. Por un lado, Asun Maisterrena se convierte en la primera mujer laica en el cargo de delegada episcopal -hasta ahora siempre han sido sacerdotes- y sustituye a Joserra Trebiño; por otro, José Ramón Aramendi releva a Alfonso Muro como director de la organización. Se crea asimismo la figura del sacerdote consiliario de Cáritas, en la figura de Joxin Arregui, cura de la parroquia de Fátima de Errenteria.
«El colchón familiar»
En la comparecencia, Munilla criticó que los recortes aplicados han provocado unos efectos «colaterales no deseados» en los «más débiles e inocentes». En este contexto, Munilla ensalzó el papel de la familia. «Es el gran colchón», señaló. Pero no todos los ciudadanos tienen ese apoyo. Por este motivo, Cáritas propone extender el modelo de familia, «hacerla más grande», para dar una respuesta a la crisis.
Así, la ONG de la Iglesia concreta en una campaña los mensajes lanzados desde el verano por el propio obispo, en los que pidió un «esfuerzo solidario especial» para ayudar a quienes están padeciendo los efectos de la crisis.
La «respuesta organizada» de la ONG de la Iglesia en este momento «tan acuciante» se concreta en un plan de acción que comienza este mes y que se prolongará durante todo 2013. De entrada, la ONG destinará de sus «fondos propios», un millón de euros a su presupuesto de ayudas directas a los necesitados, que el año pasado ascendieron a 2,3 millones de euros.
En el plan aparecen ayudas «novedosas» hasta ahora en Cáritas, como las destinadas a apoyar a madres gestantes «para que puedan atender en las mejores condiciones el nacimiento de su hijo».
La vivienda se ha convertido en el «principal problema» para muchas familias. Tanto es así, que las ayudas de Cáritas destinadas a pagar alquileres han crecido un 100% este año con respecto a2011. El plan de choque incide en este tipo de ayudas para pagar el arrendamiento.
Además, las medidas hacen hincapié en el problema de los desahucios. Así, se ayudará de forma «subsidiaria» al pago de las hipotecas, se ofrecerá apoyo jurídico a las familias para gestionar sus deudas e impulsarán la iniciativa legislativa popular para modificar la actual legislación sobre desahucios. «Que las cajas que han sido rescatadas con dinero público se estén atreviendo a hacer desahucios es una gran inmoralidad», criticó el prelado.
Asimismo, Munilla explicó que la Iglesia dispone de viviendas que cede a personas que se han quedado sin hogar o las ofrece en alquileres sociales, aunque no detalló la cifra de pisos con las que cuenta. «Estamos haciendo un estudio al respecto», señaló.
El plan de choque se completa con ayudas a la formación y para obtener servicios sanitarios como odontología, óptica y farmacia. «Hay mucha gente que no tiene dinero para gafas», aseguró el director de Cáritas. Además, la organización de la Iglesia «se compromete a incrementar» las ayudas habituales para llegar a fin de mes, pago de recibos de luz, gas...
La campaña especial de ayuda a la población de Gipuzkoa más necesitada no significa que Cáritas aparque la solidaridad con el Tercer Mundo. El obispo Munilla quiso dejar claro que la ONG «no va a levantar el pie del acelerador en la solidaridad internacional» y recordó que Cáritas visitará este mes Etiopía para entregar 400.000 euros donados por los guipuzcoanos en el plan de choque contra la hambruna en el cuerno de África.
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