Borrar
ECONOMÍA

Las batallas políticas también han arruinado a Bankia, además del ladrillo

Rato llegó a la presidencia de Caja Madrid tras una enconada batalla entre las familias del PP

M. J. ALEGRE

Domingo, 13 de mayo 2012, 04:17

Caja Madrid y Bancaja, las entidades que lideran la hoy nacionalizada Bankia, acumularon gruesas facturas de impagados por dedicarse a lo que, desde su nacimiento, se concibió como su función principal. Prestar a las familias de clase media baja y a los inmigrantes, con el objetivo de evitar su exclusión financiera, invertir en industrias locales y tomar posiciones en empresas de servicios nacionales así como dar crédito a los promotores inmobiliarios era, hasta que llegó la crisis, una prueba de arraigo en el tejido social del propio territorio.

Junto a esa cara amable de la vinculación a las raíces, la peculiar fórmula jurídica de las cajas potenció la injerencia política. Por eso se financiaron muchos proyectos sin justificación económica. Y Rodrigo Rato llegó a la presidencia de Caja Madrid tras una enconada batalla entre las familias del PP. Más tarde, la adscripción popular de los gobiernos de las comunidades madrileña y valenciana fue un factor decisivo en la integración con Bancaja, que adolecía de males financieros similares. Las batallas por el poder también han contribuido a la ruina de Bankia.

La de Caja Madrid es un paradigma. En el otoño de 2009, ya en plena recesión económica, y cuando todavía las autoridades españolas se permitían alardear ante el resto del mundo de la fortaleza de la banca nacional, la presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, echó un pulso al líder del PP, Mariano Rajoy, al promover para la presidencia de la entidad a Ignacio González, su mano derecha.

Se trataba de remover a Miguel Blesa, antiguo amigo de José María Aznar, que había perdido los favores de la lideresa. Pero quedaban heridas de una batalla anterior, ocurrida en vísperas del verano de 2008, cuando se desarrolló el debate interno del Partido Popular sobre el liderazgo de Mariano Rajoy, sobre el cual tanto Esperanza Aguirre como Ignacio González mostraron reticencias. Incluso se produjeron acusaciones de presunto espionaje entre facciones rivales. Una vez consolidado, Rajoy sacó a González del Comité Ejecutivo popular, junto con otros críticos.

Rencillas

Hoy día, con el sistema financiero patas arriba, y el segmento de las cajas de ahorro en medio de una profunda transformación, cuesta entender la importancia de lo que en aquellos momentos se ventilaba. Caja Madrid había conquistado importantes cuotas de poder en empresas y medios de comunicación, no solo territoriales. El entonces alcalde de Madrid y actual ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón -claro enemigo político de Aguirre- no estaba dispuesto a perder posiciones en la entidad.

Entonces apareció Mariano Rajoy postulando a Rodrigo Rato para la presidencia de Caja Madrid. Incluso se barajó la idea de una tercera vía. Luis de Guindos, ahora ministro de Economía, apareció en algunas quinielas como candidato de consenso, para presidir la entidad de ahorro, para el caso de que otros intentos de entendimiento fallaran.

Esperanza Aguirre dio una batalla en toda regla. En un espectáculo que fue calificado por sus críticos de 'bochornoso', cambió la ley autonómica reguladora de las cajas. La modificación le permitió no solo desalojar a Blesa de su silla, sino rebajar la cuota de poder del alcalde, al reducir la representación del municipio. Después peleó con gran dureza durante todo el proceso electoral antes de tirar la toalla.

Rodrigo Rato ocupó la presidencia de Caja Madrid, y la salida de Blesa coincidió con las primeras muestras de seria debilidad de la entidad de ahorro. El beneficio que presentó en 2009 fue un 68,4% inferior al del año anterior, y el más bajo de todo su mandato, mientras la morosidad ya escalaba el 5,4%.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco Las batallas políticas también han arruinado a Bankia, además del ladrillo