1972 Raphael, «hasta siempre, jamás, amén»
MIKEL G. GURPEGUI
Miércoles, 7 de marzo 2012, 03:32
Semana musical la de hace cuarenta años en San Sebastián. Como se comprobaba fijándose en la publicidad de la edición de DV del 7 de marzo de 1972, «mañana miércoles, 8 de marzo, único recital de Raphael en San Sebastián». En el Victoria Eugenia, se aclaraba sobre una fotografía de aquel cantante que aún no había cumplido los treinta años.
Pero es que dos días después, habría más. «Teatro Príncipe. Viernes, 7.30 y 10.45. Actuación personal de Miguel Ríos. Conciertos de rock y amor». ¿Es que puede haber actuaciones no personales? En letra más pequeña, el anuncio completaba: «El más impresionante espectáculo de luz, imagen y sonido realizado para tu generación. Autorizado para todos los públicos. Localidades a la venta».
Por aquella época, nuestro periódico no publicaba críticas de los conciertos de música pop y rock, por lo que nos quedamos sin saber detalles de los mismos. Pero no nos resistimos a reproducir parte de la entrevista al arrollador Raphael que apareció al día siguiente de su recital, de la que se destacaban tres declaraciones: «Natalia y yo somos solteros, por tanto no es imposible que nos casemos». «Las pieles son una prenda masculina cien por cien. Mi primer abrigo de visón me lo regalaron en Méjico». «En Moscú nunca he necesitado un guardia. Tengo miles de 'fans' muy civilizados».
Puri San Martín ambientaba bien una entrevista cuyo texto comenzaba así: «Encuentro a Raphael con la mano ocupada por un vaso de líquido color fucsia claro que impregna todo el camerino de olor a menta. Está haciendo gárgaras. Luego produce un grito como 'Hiiiiiiiimiiiii'. 'Estoy haciendo el calentamiento de voz'. Un señor de traje gris y gafas, muy sonriente, se lima las uñas a su lado. Raphael me lo presenta como su médico: 'El doctor Barandiarán'. Habla unas palabritas en inglés con su secretaria a propósito de unas tazas de té que acaban de traer. Raphael está en pose de divo».
En otro momento, indicaba: «Se habla de que cobra mucho por actuación y Raphael argumenta que nunca le han pagado más de aquello que produce. Se dice que muchas jovencitas han gastado un montoncito de duros por verle desde las localidades más altas del Victoria Eugenia, Raphael dice que les compensará el desembolso. Y así, trotando por los escenarios y salas de fiesta, este chico que canta con las mismas maneras que habla, se ríe o hace gárgaras se mantiene tiempo y tiempo. ¿Hasta cuando?».
«Hasta siempre, jamás, amén». Palabra de Raphael.