«Nunca había podido ir en autobús con mi hija, ha sido un momento especial»
«Ahora puedo dormir tranquila sin despertar pensando 'a quién le puede tocar hoy'»
PPLL
Lunes, 26 de diciembre 2011, 02:51
El anuncio de cese definitivo de la violencia de ETA supuso un importante alivio personal para Rafaela Romero y Jesús Eguiguren, quienes llevan años escoltados por la amenaza terrorista.
- Primeras Navidades sin violencia de ETA. ¿Cómo ha cambiado su vida?
- Ya llevaba tiempo cambiando a mejor porque todos los que vivimos en este país sabíamos que estábamos tocando con la punta de los dedos la situación de pacificación y normalización que se vive el resto de Europa. Pero ahora puedo decir que vivo un momento feliz, un momento de libertad. Es duro que con cuarenta años tenga que decir eso, pero es que estoy descubriendo muchas cosas que me he perdido en los últimos diez años. Ahora hasta afronto con optimismo y ganas de trabajar el reto de solucionar la situación de crisis económica. Si los vascos y vascas centramos todo nuestro potencial en vez de en enfrentarnos, en construir progreso, somos imparables.
- ¿Qué experiencias vitales se ha perdido?
- Acabo de venir en el autobús urbano con mi hija, que está de vacaciones. El poder estar con la gente de la calle, poder disponer de mi tiempo y de mi vida, ha sido un momento muy especial. Tengo que conciliar y tenía que subirla a Juntas. Ha sido un momento muy bonito, nos hemos reído mucho. Nunca había podido hacer eso, ni mi hija conmigo. Sé que hay gente a la que le puede parecer incómodo tener que coger el autobús pero yo nunca había podido hacerlo. Ha sido especial. También ahora puedo dormir tranquila sin tener que levantarme angustiada, pensando en 'a quién le puede tocar hoy' y si era algún compañero o amigo.
- ¿Cómo ha pasado estas fiestas?
- En familia, con mi hija y mi marido, que son las tres mejores cosas que tengo.
Isaías y el resto de víctimas
- Supongo que habrá pensado en mucha gente.
- Me hubiera gustado que Isaías Carrasco (exconcejal socialista de Arrasate asesinado por ETA en 2008) hubiera podido cenar en Nochebuena con su familia. Era mi amigo. Su mujer, Marian, y sus hijos, Sandra, Ainara y Adei, le echan de menos. Pero también me acuerdo de todas las víctimas del terrorismo, y de sus familias, que no pueden celebrar con ellos estas fiestas.
- Su marido, el presidente del PSE-EE, Jesús Eguiguren, también ha estado en el ojo del huracán de las críticas del PP y otros sectores.
- Eguiguren es un político de raza, de los de toda la vida. Y es una figura controvertida, a veces oportuna, a veces inoportuna. Pero nadie cuestiona que ha tenido en el proceso de paz buena voluntad, buena fe, cariño y amor a su país. Eso le ha guiado, y eso lo sé yo, lo sabe el partido y, afortunadamente, lo sabe una mayoría de la sociedad vasca, aunque no sea socialista.
- Después de todo lo ocurrido, ¿dónde puede estar el punto de encuentro con el mundo de la izquierda abertzale?
- En el respeto. Reconocimiento significa respeto y consideración del diferente. En este país todavía no reconocemos ni respetamos al diferente, y eso necesita tiempo. En este sentido, una institución potente como es la Diputación de Gipuzkoa, la veo paralizada por la izquierda abertzale, y el diputado general siempre ha sido algo más que un mero gestor y comunicador de decisiones de otros.
- ¿Es pronto para hablar de una futura alternativa vasca de izquierdas entre el PSE-EE y el mundo de Batasuna?
- Se necesita tiempo. Deben reconocer lo que nos han hecho durante cincuenta años, no tratarnos como ciudadanos de segunda, como en Arrasate, donde a Isaías no le llaman por su nombre. Deben considerarnos como iguales, como representantes legítimos de la izquierda vasca, en este caso como socialistas. Ese día llegará, pero todavía no ha llegado.
- ¿Un deseo para 2012?
- Que todos podamos sentarnos en la misma mesa para decidir la gestión del final de la violencia.
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