«Soy ateo, así que tengo que dejar una traza en esta vida»

- Hace dos años protagonizó la llamada 'subasta del siglo' al sacar a la venta la extraordinaria colección que había formado con Saint Laurent. ¿Sigue coleccionando algo?

- Ahora ya solo colecciono libros. Siempre lo he hecho y tengo una gran biblioteca de ediciones originales. Acabo de adquirir un ejemplar de 'El Quijote' en su primera edición original de 1605.

- ¿Qué va hacer en el futuro con esa biblioteca?

- Dentro de algunos años organizaré una subasta. Son libros que adquirí de una manera inteligente. Por lo tanto, está bien que se vendan y los compren otras personas. Habrá un catálogo magnífico que perdurará en el tiempo.

- Por cierto, sorprendió que usted mencionara al sexo y no al arte como el auténtico motor en la formación de la colección que compartió con Saint Laurent. ¿Qué motor tiene ahora en la vida?

- He llegado a una cierta edad en la que tengo la suerte de disponer de dinero, de haber hecho lo que quería hacer casi siempre. Ya no tengo motor. Pero mantengo mis convicciones. Todo lo que hacemos en la vida, e incluyo el coleccionismo, es para aplazar la fecha de nuestra muerte. Pienso que la sexualidad es el mejor medio de luchar contra la muerte. Yo no creo en el más allá.

- ¿Es usted ateo?

- Soy completamente ateo, de manera que no tengo más solución que intentar dejar una traza en esta pequeña vida. No será una gran huella, porque no soy un político, ni escritor. No se va a hablar de mí dentro de cuatrocientos años. Por eso quiero dejar un pequeño rastro a través de estas colecciones. Estoy absolutamente a favor de la eutanasia. Si las cosas se ponen feas, espero que pueda ir a Suiza para tomar una pastilla, una poción.