«Al dueño no le es fácil hacer feliz a su perro y éste tiene derecho a serlo»

Residencia canina Igeldo. Entre Mendizorrotz y Kukuarri. Más que un hotel de lujo para perros: un lugar de adiestramiento, adopción y estudio de la etología. Un lugar que mañana recibe a Pere Saavedra, gran campeona mundial de agility, para que imparta, a dueños y perros, un cursillo de habilidades caninas.

Jon, ya perdonará, pero la idea de algo que se llama dog dancing me causa escalofríos.

¿Por? ¿No te gustan los trabajos de agility?

Hombre, sí pero porque ahí el perro es un auténtico atleta canino. Eso de danza de perros suena a caniches circenses sobre dos patas.

Estás equivocada. El dogdancing, a pesar del nombre, es la culminación coreográfica de esa especialidad para el desarrollo de las habilidades caninas llamada trickdogging.

Seguimos en la pista del circo: trick significa truco.

Pero se trata del desarrollo de unas series de actividades deportivas que se pueden realizar con el perro.

¿Por ejemplo?

Aquellas que sirven para entrenar a tu perro divirtiéndoos los dos, sin afán de competir, aprovechando las habilidades que él tiene como lo que es, como perro. Jugar con discos, aros, pelotas, frisbees. No hace falta que bailéis. Ni él ni tú. Sólo que no os aburráis. Ni él ni tú. Es un adiestramiento. Para tí. Para él.

Buena falta nos hace. A los dueños, quiero decir.

Bastante sí. Los dueños solemos tener dificultades para hacer felices a nuestros perros y estos, por su parte, tienen todo el derecho a serlo.

Nos debemos equivocar mucho cuando resulta que ustedes organizan jornadas de socialización.

No sabemos ni ejercer de líderes ni liderar la energía del perro, sus necesidades como animal. Olvidamos que deben ejercitar su mente...

Por Dios, ¿su mente?

Por supuesto. Un perro piensa.

No.

Si. Piensa. Asocia. Deduce. En nuestra residencia canina donde los que no necesitan cuidados especiales por estar viejos o enfermos viven al aire libre, en campos vallados, les hacemos jugar con aparatos en los que para conseguir la comida, el regalo, el premio escondido en su interior, tienen que reflexionar, coordinar estrategias, elucubrar.

Vaya. Es normal que acabemos por no estar a su altura.

El problema es que los tratamos como lo que no son, humanos. Si te vas a ir de casa no puedes acariciarle y lanzarle un discurso diciéndole que te vas un ratito pero que cuando vuelvas le sacarás y le darás una galleta. Él no te entiende nada de lo que le dices y en realidad, con tus carantoñas le estás creando falsas expectativas porque lo que él cree es que tú vas a seguir jugando con él y cuando descubre que no, se pone nervioso, ladra y se queja.

Antes, los dueños de los perros sabíamos todas esas cosas como por ciencia infusa.

Porque entonces les entendíamos como animales y sin embargo ahora les consideramos eso, nuestros niños y les transmitimos nuestras neuras. A veces ni les dejamos que se acerquen a otros perros ni que se comportan como tales. Y claro, les rompemos sus esquemas... caninos.

Y entonces piensan, asocian y deducen de forma enloquecida.

Más o menos. Por eso acaban en clases de readiestramiento. Un perro cuyo amo sabe que lo es, un perro que conoce su lugar en la casa y se divierte, como un perro, saltando, brincando, ejercitando sus habilidades propias no es sólo un perro feliz sino sano y más inteligente.

Readiestramiento del dueño...

Debe recordar que no a todo el mundo le gustan los perros y que si les tienes miedo, decirte no te preocupes, no hace nada sirve más bien para poco. O para nada. Por cierto, aquí en Igeldo también aplicamos terapias para poder liberarte de esa fobia hacia los perros.

¿Quiénes sois vosotros?

Un puñado de amantes de la Naturaleza. Criadores también. Estamos dentro de la red europea Adopta. Tenemos convenios con varios ayuntamientos guipuzcoanos y hemos llegado a rescatar a un 30% de los perros abandonados por aquí.

¿Quién es Sua?

Una doberman recogida de la calle, especializada en el trato con niños autistas. Trickteamos juntos practicando can cross. Ella corre, yo corro. Nos divertimos.