«Siempre hay cosas nuevas sobre la Shoah»

Fiel a su fama de personaje arisco, después de desdeñar algunas de las propuestas de los fotógrafos, Claude Lanzmann compareció ayer ante los medios de comunicación guipuzcoanos tranquilo, pero retador. El escritor y director francés participa en el programa Literaktum de Donostia Kultura, para presentar su libro memorialístico 'La liebre de la Patagonia', en la que relata su vida como periodista, miembro de la resistencia, amante de Simone de Beauvoir, amigo de Jean- Paul Sartre, director de 'Les Temps Modernes' y autor de una obra cinematográfica sin igual sobre el Holocausto, encabezada por 'Shoah', la película de nueve horas y media en la que, a través de la palabra de víctimas, verdugos y testigos, recorre el proceso de exterminio de los judíos europeos durante la II Guerra Mundial. Además, presenta también 'El informe Karski', su virulenta y certera respuesta a un libro del escritor francés Yannik Haenel en el que el autor suplantaba la vida y la voz del que fuera correo clandestino del Gobierno polaco en el exilio durante la ocupación nazi. Jan Karski protagoniza uno de los momentos más intensos de 'Shoah' cuando evoca ante la cámara de Lanzmann su visita clandestina al guetto de Varsovia. «Karski logra revivir con sus palabras y sus gestos lo que allí vio. Transforma sus emociones y transmite de forma emocionante y conmovedora su testimonio», recuerda Claude Lanzmann.

Lanzmann considera que «siempre hay cosas por descubrir sobre la Shoah» y, en este sentido, aprueba novelas como 'Las Benévolas' de Jonathan Litell o, al menos, algunos de sus pasajes. El director y escritor recuerda que antes de ponerse en marcha las cámaras de gas, 1,2 millones de judíos habían sido exterminados mediante disparos en la nuca. Su película 'Shoah' no aborda este aspecto del Holocausto, porque «una superviviente que encontré en Israel no quiso hablar, de tan perturbada que aún estaba, y los miembros de los 'einzastgruppen' a los que intentó filmar con cámara oculta, le descubrieron. «Y acabé hospitalizado» tras ser agredido.