«Ganemos o perdamos, el trabajo que hemos hecho no acabará en un cajón»
La candidatura donostiarra entrega mañana en Madrid su programa cultural
ALBERTO MOYANO
Lunes, 18 de abril 2011, 09:40
La concejal de la candidatura Donostia 2016 viaja mañana a Madrid, junto al resto de la delegación que entregará en el Ministerio de Cultura el proyecto definitivo para la Capitalidad Cultural Europea. Garmendia considera que se han hecho las cosas bien y asegura que «ganemos o perdamos, todo el trabajo colectivo que hemos realizado no acabará en un cajón. Las dinámicas de colaboración que ya se han generado entre diferentes agentes, creadores y empresas deben continuar. Y la celebración del bicentenario de la ciudad, en 2013, sería una buena ocasión», asegura.
- Estamos en vísperas, ¿nerviosa?
- Mmmmm, hombre, más que nerviosa, lo que siento es mucha responsabilidad. El trabajo ya está hecho. El proyecto lo entregamos mañana en el Ministerio de Cultura con muchísima responsabilidad porque ha sido un trabajo muy intenso en muy poco tiempo.
- ¿Se refiere a estos dos años?
- Más bien al último tramo, que creo que ha sido más corto que un embarazo. Nos dijeron que pasábamos en septiembre y entregamos el proyecto en abril. Ha sido un trabajo durísimo en el que ha participado muchísima gente. Es casi como entregar al 'hijo' y a ver cómo te lo cuidan. Creo que lo hemos hecho bien, con un buen proyecto, muy coherente. El día 28 de junio sabremos si en 2016 seremos la Capital Europea de la Cultura.
- ¿No cree que la clave será la ronda de preguntas del 27 de junio?
-Sí, lo que vamos a hacer mañana es sólo el comienzo de una serie de acontecimientos que culminan el 28 de junio. Es muy importante lo que entregamos mañana y va a serlo también la visita del jurado el 31 de mayo.
- ¿En qué consistirá exactamente esa visita?
- Vendrán a ver la ciudad, a respirar el ambiente, ver los apoyos institucionales y especialmente, los de la ciudadanía. Que paseen por la ciudad y se encuentren con esas olas de energía ciudadana que nos apoyan.
- ¿Y habrá que hacer algo especial para que las vean? Porque de lo contrario igual se encuentran con gente que va y viene de su trabajo.
- Claro, es un martes, pero todo el mundo nos ha dicho que en esa visita lo que menos importa es que les llevemos a ver cosas porque todas las ciudades tienen museos, proyectos e infraestructuras. Lo que quieren es estar con gente y percibir que la ciudad se entusiasma con la candidatura. Hay que hacerles que se enamoren de este proyecto.
- ¿Cómo?
- Bueno, estamos ahora preparando esa visita. También nos han dicho que no les agobiemos y que les dejemos tiempo de descanso. Por eso, estamos preparando los encuentros institucionales. Es verdad que, paralelamente, podríamos aprovechar algo del festival para vestir la ciudad. Es verdad que, afortunadamente, hay muchísimos bares y restaurantes cuya gente utiliza la camiseta, así que no va a ser algo súbito. De todas formas, sí que haremos algo especial. Lo importante es que el jurado vea que no es una cosa forzada.
- Hablábamos de la importancia de la entrevista con el jurado.
- Tenemos media hora de presentación y una hora de preguntas y respuestas.
- En las que irán a cazar los puntos débiles de cada candidatura.
- Sí, bueno, espero que no vayan a cazar, pero sí que van a ir a constatar y comprobar que todo está bien pensado y planificado. Que tenemos prevista cualquier contingencia. Nos van a preguntar: «¿Y si pasa esto?» «¿Y si pasa lo otro?» «¿Y si se os va al garete la financiación privada?» «¿Y si las instituciones no sé qué...?» Todo va a ser «y si...», «y si...», «y si...». Hay un trabajo enorme de preparación de esas respuestas. En la primera fase sabíamos que iban a ser muy incisivos, aunque afortunadamente no lo fueron porque se sorprendieron tanto con la presentación, que más que preguntas, nos hicieron comentarios y reflexiones. En esta segunda ocasión, no va a ser así. Han comprado nuestra idea, les gusta mucho pero ahora tenemos que demostrar que somos una candidatura sólida, no sólo en nuestro proyecto cultural, sino en otros aspectos como el financiero o el de evaluación. Son aspectos más áridos, pero que en estos tiempos de crisis, les dan a ellos las garantías.
- ¿Se ha sentido incómoda en una competición cultural, casi una contradicción 'in terminus'?
- Incómoda, desde el momento en el que han quedado atrás candidaturas que hubieran merecido estar donde estamos nosotros. Cuando abres una convocatoria, al final, hay que elegir una. Lo que pasa es que nos gusta más hablar de colaboración que de competición.
- ¿Y es posible?
- Tenemos la firme vocación de que si salimos elegidos vamos a rescatar proyectos de otras ciudades que hayan quedado en el camino para ver si podemos hacerlos juntas.
- Y si Donostia no gana, ¿ayudará a la que lo haga?
- Sí, claro, gustosísimamente. Al nivel en el que nos encontramos, las seis candidatas haremos buenos proyectos y el jurado lo tendrá complicado a la hora de elegir una. Seamos o no elegidas, estaremos encantadas de colaborar con el resto.
- ¿Cuál es el punto de fuerte de Donostia?
- Cultura para la convivencia y Olas de Energía Ciudadana. Nuestro punto fuerte es nuestra necesidad de una regeneración democrática en unos momentos en los que parece que puede atisbarse la esperanza de conseguir definitivamente, no ya la paz, sino la libertad.
-¿Y cuál es el punto débil ?
- En esta segunda fase hemos trabajado muchísimo todo lo relacionado con el presupuesto, con la organización y con la evaluación de los objetivos. Es una parte muy sólida del dossier, pero ellos preguntan cuáles son nuestros puntos fuertes y cuáles son los débiles, en nuestra opinión. Y hemos contestado que una de nuestras debilidades es la autocomplacencia como ciudad y como país, que nos lleva a pensar que lo tenemos todo, que somos los mejores del mundo mundial y que no estemos tan activos. Nos produce miedo el riesgo y esta capitalidad cultural sería una oportunidad tremenda para arriesgar en programaciones culturales y hacer cosas un poco más transformadoras.
«No son tecnócratas»
- ¿Qué le parece el hecho de que el jurado no esté formado por creadores, sino por tecnócratas?
- Si soy sincera, personalmente y tras el primer corte, creo que el jurado sabe muy bien lo que quiere. Y no son tecnócratas. Algunos son profesores, otros están trabajando en administraciones internacionales para la cultura o el desarrollo, saben de qué va la cosa. Saben lo que Europa necesita en estos momentos y saben que hay ciudades pequeñas y medias que están haciendo determinadas apuestas culturales. El resultado del primer corte me dio bastante credibilidad.
- Hubo alguna autocrítica sobre la forma en la que la candidatura ha comunicado su proyecto.
- Siempre se puede mejorar todo y, desde luego, la comunicación de este proyecto también, pero preguntas en otras ciudades candidatas y todo el mundo dice que no tiene ni idea. En Burgos, te dirán: «No sé, pero me encanta» y en Córdoba, lo mismo. El problema lo tenemos todos, lo que no quita para decir que lo podríamos haber hecho mejor. En estos momentos, la candidatura es uno de los proyectos ciudadanos que mayor apoyo concita.
- ¿Pero por convencimiento o por pura adhesión patriótica?
- No es una pura adhesión patriótica. Alguien encuentra algo que le da buena espina, que le hace creer que él es protagonista y que le da confianza en que estos chicos y chicas están haciendo algo que me entusiasma o que me provoca esperanza o ilusión. Entonces, tan mal, tan mal, no creo que lo estemos haciendo. El Rompeolas fue un buen termómetro del entusiasmo ciudadano por un proyecto que, es verdad, no se conoce en su máxima concreción.
- Si Donostia gana el 28 de junio,¿se comunicará el proyecto inmediatamente a la ciudadanía en todos sus detalles?
- Antes. De hecho, en la fiesta del Kursaal se dieron a conocer unos proyectos concretos...
- Es que la actuación del alcalde fagocitó aquel acto...
- ... y son proyectos que vamos a hacer si somos capital de la cultura.
- Si se gana, ¿seguirá Santi Eraso al frente del proyecto cultural de la candidatura?
- Eso no lo sabemos todavía. Primero tenemos que ganar y luego veremos.
- ¿Y qué pasará si se gana?
- Que lo vamos a celebrar... Y que tenemos cinco años por delante para poner en marcha esos procesos de transformación lenta, pero sin pausa, para empezar a trabajar con otras ciudades.
-¿Habría que reforzar la oficina?
- Hay que constituir una figura jurídica, que en nuestro caso sería un consorcio, entre las tres instituciones y entidades privadas sin ánimo de lucro -como Kutxa-que se encargaría de gestionar la oficina, que ya no dependería orgánicamente, como hasta ahora, del Ayuntamiento. Tenemos prevista una figura para posibilitar la participación de empresas privadas en la financiación y en los órganos directivos. Además, habría que elegir un delegado cultural, un director artístico... Hay todo un organigrama previsto.
- ¿Y si se pierde?
- Todas las instituciones están de acuerdo en que todo este esfuerzo, trabajo, ilusiones y compromisos -incluidos los individuales- no pueden quedarse en un cajón. Las tres instituciones somos conscientes de que este proceso que ya ha empezado tiene que continuar, aunque evidentemente, con menos recursos. Las dinámicas de colaboración que ya se han generado entre diferentes agentes, creadores y empresas deben continuar. Lo mismo que la colaboración transfronteriza. Y la celebración del bicentenario de la ciudad, en 2013, sería una buena ocasión.
- ¿Cómo va el Rompeolas?
-Muy bien, con muchas propuestas. Si el tiempo nos vuelve a acompañar será una auténtica gozada. Además, vamos a tener visitantes ilustres, como el primer teniente de alcalde de Estrasburgo con su equipo de participación de confianza porque allí les cuesta más activar a la gente en la calle. Están interesadísimos, a tal punto que vuelven sólo para ver el Festival.
- Precisamente, en los bares y locales de Estrasburgo hay actuaciones y conciertos casi todos los días de la semana. Aquí, parece que hay problemas para organizar este tipo de actividades.
-Ése es uno de nuestros puntos débiles. Tenemos una sociedad tan opulenta y vivimos tan bien que hay ciertos estatus y sinergias difíciles de cambiar. Sucede con el propio Rompeolas. Hay gente que se pregunta si sólo es posible hacer eso durante esos tres días, pero luego no se puede tomar la calle cívicamente el resto del año. Bueno, pues 2016 también va a ayudar a recuperar los espacios urbanos para la cultura, la convivencia y el disfrute. Hay que cambiar determinadas normativas y dar facilidades si lo que queremos es impulsar la creatividad. Poco a poco, la cosa empieza a cambiar. La última con Le Bukowski, en donde ha habido problemas con el vecindario... El Ayuntamiento intenta arreglarlo, pero hay que cambiar la normativa para que se puedan dar conciertos. Hay que incidir en ese tipo de cosas pequeñas, que son las que posibilitan después otro tipo de ambientes más creativos.
- Van a ir en tren a Madrid. ¿Es la forma habitual de moverse de la corporación municipal?
- La nuestra es una candidatura sostenible, tanto económica como medioambientalmente. De hecho, vamos a tener una auditoría con el IHOBE-Sociedad Pública de Gestión Ambiental de todas las actividades programadas. El Rompeolas también tendrá un análisis medioambiental. Donostia 2016 es una candidatura ecológica y ecologista. Nos moveremos en transporte público: iremos en tren y volveremos en autobús. Y la bicicleta es el vehículo oficial de la candidatura. Es una apuesta clara.
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