

Secciones
Servicios
Destacamos
J. ARTOLA
Sábado, 2 de octubre 2010, 20:17
La Guardia Civil descubrió ayer tres bombas lapa y setenta kilos de cloratita escondidos en un trastero de San Sebastián. El hallazgo se produjo apenas dos días después de la desarticulación del comando Imanol -sus tres miembros fueron arrestados el miércoles- y en presencia de uno de los detenidos en esa operación, Javier Atristrain, quien fue conducido en helicóptero desde Madrid a la capital guipuzcoana.
Según informaron fuentes de la lucha antiterrorista, el explosivo, perteneciente a esta célula, integrada en el denominado complejo Donostia, se encontraba oculto tras una pared falsa, que los activistas habían construido con placas de pladur en una local ubicado en un sótano del inmueble número 9 de la calle Katalina Eleizegi, en el barrio donostiarra de Puio. Expertos en desactivación de explosivos, los Tedax, continuaban a última hora de la tarde de ayer sacando bolsas cargadas con material del local.
Con este trastero son ya dos los arsenales descubiertos al comando Imanol. Tras la detención de los tres presuntos etarras que conformaban el talde, la Guardia Civil localizó el miércoles una local en Villabona donde los sospechosos almacenaban más de cien kilogramos de explosivos, así como un turismo Renault 19 blanco robado en el año 2001 y una pistola.
Además de la cloratita, en el zulo descubierto ayer había tres bombas lapa, media docena de detonadores, un telemando, munición y numerosas herramientas y material para la fabricación de artefactos explosivos.
La operación comenzó sobre las tres de la tarde. El presunto miembro del talde, Javier Atristain, 'Golfo', fue trasladado en helicóptero desde Madrid, donde se encuentra encarcelado, para ser testigo del registro. El aparato llegó a la comandancia de Intxaurrondo y poco después Atristain fue conducido hasta el sótano de la calle Katalina Eleizegi para ubicar el escondite. El zulo estaba oculto en un trastero de pequeñas dimensiones, tras una pared que simulaba formar parte de la habitación.
Puerta secreta
El escondite construido por los presuntos miembros de la organización terrorista disponía de una puerta secreta con un sistema de apertura disimulado. Para abrirla, había que retirar unos objetos que ocultaban varios tornillos. Después, había que desenroscar los tornillos y sólo entonces se abría la portezuela que daba acceso al agujero.
Tras confirmar la existencia del material explosivo, los agentes de los Tedax y los de la Policía científica trabajaron conjuntamente para buscar huellas y pruebas que pudiera haber dentro del zulo y, al mismo tiempo, retirar el material con garantías de seguridad. Esta operación se prolongó a lo largo de más de cuatro horas, ante la mirada curiosa de decenas de vecinos, a quienes no se permitió aproximarse más allá del cordón de seguridad.
La existencia de dos zulos pertenecientes al comando Imanol se conocía desde el pasado mes de febrero, a raíz de la captura del presunto miembro 'liberado' (no fichado) de ETA Ibai Beobide, que presuntamente tenía a sus órdenes a los supuestos activistas de este talde. El entonces detenido declaró a la Guardia Civil que la célula que dirigía controlaba dos locales con material explosivo, pero no proporcionó datos para su localización. Los agentes han tenido que trabajar durante los últimos siete meses para identificar a los supuestos integrantes del comando y ubicar los dos escondites.
«Tensión ETA-Batasuna»
Sobre la situación de ETA habló ayer el consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, que sostuvo que la organización terrorista «no ha cambiado en nada», a pesar de sus últimas comunicaciones. La única «novedad» que aprecia Ares es «la situación de tensión y el conflicto» evidenciado entre ETA y el mundo de Batasuna, afirmó.
En una conferencia ofrecida en Bilbao, Ares dijo a la izquierda radical abertzale que «no basta con dar pasitos» sino que debe «dar el paso» para conseguir, o bien «que ETA lo deje, y no parece» que no lo vaya a lograr, o bien para «independizarse de ETA, si aspira a incorporarse a las instituciones». El consejero socialista explicó que el comunicado en el que la banda notificaba un parón de sus «acciones armadas ofensivas» contenía ya «numerosos indicios de que había sido redactado debido a necesidades coyunturales, por la misma ETA de siempre, la ETA que no está dispuesta a dejar la actividad terrorista si no consigue contraprestaciones políticas». A su entender, «esos indicios se han confirmado» y «por mucho que algunos se empeñen en ver lo contrario, los últimos mensajes de ETA son incluso menos contundentes» que los que anunciaron treguas o altos el fuego anteriores.
En la misma línea, la vicepresidenta del Gobierno central dejó ayer claro a ETA, a Batasuna, a los independentistas vascos y a los llamados mediadores internacionales que no hay nada de qué hablar mientras la organización terrorista no anuncie el cese definitivo de la violencia. María Teresa Fernández de la Vega resumió el mensaje en una sola frase: «ETA y los amigos de ETA ya saben lo que piensa el Gobierno y esta misma semana se ha visto con hechos». La número dos del Ejecutivo aludía, entre otras cosas, a la nueva petición de los mediadores internacionales para que decrete un alto el fuego permanente y verificable.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.