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BENITO URRABURU
Martes, 24 de agosto 2010, 10:37
Se mire por donde se mire, la Vuelta a España de 2010 parece llamada a ser la de la confirmación de Igor Anton. El corredor vizcaíno (Galdakao, 27 años) cumple su quinta temporada en el mundo profesional.
Parece metido de lleno en ese complicado camino en el que confluyen la experiencia, la edad y los resultados. En Euskaltel-Euskadi no lo dicen, ni él tampoco quiere hacerlo, pero Anton va muy rápido. Está en un gran momento de forma y ha mantenido una regularidad llamativa a lo largo de toda la campaña.
Si se mira su palmarés de 2010 sólo se encuentran dos triunfos: la tercera etapa de la Vuelta a Castilla y León, junto a la última etapa de Vuelta a Romandía por descalificación de Valverde. Llaman más la atención sus puestos de honor: segundo en la general de Castilla y León, segundo en la Clásica de Primavera, cuarto en la Flecha Valona, sexto en la Vuelta a Madrid, séptimo en la Lieja-Bastogne-Lieja, noveno en la Vuelta a Burgos y décimo en la Vuelta a Romandía.
Igor Anton se va instalando cerca de los mejores, donde se cuecen los triunfos: «Sí, me encuentro mejor de forma que otros años que he ido a la Vuelta. No correr el Tour te permite tener una frescura que se nota. Otra cosa es lo que luego pase en la carretera, pero me encuentro bien, con ganas. Siempre tienes dudas antes de comenzar una carrera de tres semanas. Tengo más experiencia. Conozco lo que es una prueba tan larga», explica Igor, que ha tenido una temporada no muy cargada de carreras con un objetivo claro: llegar lo más entero posible al mes de septiembre.
La senda de 2008
«Comencé la temporada en Mallorca y luego corrí Algarve, Murcia, Amorebieta, Estella, Castilla-León, las clásicas belgas, Romandía y una carrera por etapas en Alemania. Yo diría que ha sido un calendario selectivo». Si a nivel físico dice encontrarse perfectamente, también a nivel mental parece preparado. «Llego descansado. No correr el Tour se nota. Estoy mentalizado para hacer una buena carrera».
Su referencia será la Vuelta a España de 2008, en la que se vio obligado a abandonar en la etapa que finalizaba en el Angliru, en el descenso del puerto de El Cordal. Sufrió una complicada fractura del trocánter y de la clavícula.
Han pasado dos años y acumula más experiencia y también exigencias: «La mayor exigencia me la marco yo mismo, aunque la gente también te la marca de forma inconsciente y te puede encumbrar antes de tiempo. Yo sé que ganar la Vuelta a España, meterte en el podio, es complicado».
Maneja una idea en la cabeza, la de «recuperar la senda que tenía establecida en 2008. Entonces también tuve responsabilidades, también estaba luchando por la general. Más que en la clasificación final, pienso en conseguir una etapa. Una cosa puede llevar a la otra. Lo más importante es que me vea con los mejores y, luego, veremos a dónde soy capaz de llegar».
Tanto él como buena parte de su equipo conocen la mayoría de las etapas a las que van a hacer frente, sobre todo las de montaña: «La única que no he visto es la de Andorra. Conozco todas las demás. ¿La Bola del Mundo? Sí, es dura, pero a mí la más complicada me parece la de Cotobello, en Asturias. Llevaremos para entonces quince etapas encima y será un día muy complicado. La Bola del Mundo es dura, pero a esas alturas la carrera puede estar decidida y lo que hará mucha gente, más que atacar, es conservar lo que tiene. Puede pasar algo parecido a lo que se ha visto con el final del Tourmalet en el último Tour».
Los Schleck, peligrosos
Respecto a la etapa asturiana, Igor cree que «la carrera llegará después de subir los Lagos de Covadonga y Peña Cabarga los días anteriores. Hay tres puertos seguidos encadenados y se hará muy dura. Para mí, es la etapa más complicada de toda la carrera».
Es prudente con sus aspiraciones. Se limita a decir que «si me veo delante buscaré una etapa. Luego, ya veremos». Espera una Vuelta a España complicada, «muy dura, con etapas peligrosas por el sur, con una llegada en alto el segundo día, con la Cresta del Gallo (Murcia), con Xorret de Catí. La más exigente de todas, repito, es la de Cotobello».
Su lista de favoritos tiene un nombre marcado en verde: Vincenzo Nibali: «Entre la Clásica de San Sebastián y la Vuelta a Burgos le he visto una gran mejoría. En el Giro de Italia terminó tercero, pero para mí es como si hubiese hecho segundo. Depende de cómo llegué Menchov. Si se ve delante, disputará la carrera. Para mí, el gran favorito es Nibali». Tampoco se fía de los dos hermanos Schleck: «Frank tendrá ganas de resarcirse de la caída que tuvo en el Tour. Su hermano Andy también será peligroso. Empezar bien la carrera es importante, lo mismo que tener objetivos reales más que imaginarios».
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