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JAVIER GUILLENEA
Jueves, 27 de mayo 2010, 04:41
Su objetivo vital es el aprendizaje a lo largo de la vida y trata de aplicar este término no sólo a las personas, sino también a las regiones y ciudades. Norman Longworth es el referente de una nueva filosofía que defiende la necesidad de abrir una nueva era en la educación. Participó ayer en San Sebastián en una jornada organizada por la Diputación de Gipuzkoa, que ha puesto en marcha una estrategia para implicar al territorio en el mundo del aprendizaje.
- Usted ha escrito una dura frase que a mis hijos les encantará. Ha dicho que 'la era de la educación y la formación ha muerto'. ¿Eso significa el fin de los colegios?
- No quiere decir eso, pero sí que los colegios van a ser muy diferentes. Lo que quiero decir es que lo que ha surgido hoy por hoy y está muy vivo es la era de la educación a lo largo de la vida. En este tipo de educación todos aprendemos donde queremos, lo que queremos y como queremos. También vemos que el aprendizaje es algo placentero, y esto no es nada nuevo, porque parece que nos quieren convencer de que aprender tiene que ser difícil, que es un deber complicadísimo. Lo que va a cambiar es la forma en la que se va a proporcionar la educación, que tiene que ser más divertida. Es un cambio de filosofía, un cambio en la forma en la que hacemos las cosas.
- ¿Debemos aprender a enseñar?
- Todos deberíamos aprender a ser profesores de una forma u otra, aunque es verdad que eso llevará su tiempo. Lo que tenemos que aprender no es tanto las asignaturas, sino más bien las habilidades y las destrezas, por ejemplo la resolución de problemas, la toma de decisiones, todas esas habilidades que son importantes para la vida y que no se enseñan en los centros escolares. Nos fiamos de las notas o de cuántos certificados y títulos tiene una persona. La gente consigue recordar y reflejar lo que recuerda sobre un papel; juzgamos la memoria, no las destrezas. Todo esto quiere decir que los colegios están ahí para conseguir que algunos alumnos suspendan y fracasen.
- ¿Seremos estudiantes toda la vida?
- Desde luego, lo seremos toda la vida, como yo. Pero no quiero decir estudiante de un modo formal. No es que vayamos a tener que hacer un curso y otro y otro, vamos a aprender en situaciones formales o informales. La vida está llena de situaciones de aprendizaje a las que hay que responder.
- La Diputación de Gipuzkoa ha puesto en marcha una estrategia de apoyo al aprendizaje a lo largo de toda la vida en la que sus ideas son muy tenidas en cuenta.
- Me impresiona cuando me explican lo que se va a hacer en Gipuzkoa. Me parece impresionante. Las regiones del aprendizaje se suelen centrar casi siempre en el desarrollo económico. Buscan capital financiero, industrial, quieren desarrollar también el capital humano desde el punto de vista intelectual con el objetivo final del desarrollo económico. En Gipuzkoa no veo el desarrollo económico como único objetivo, veo que va de la mano con el desarrollo social. Insisto, en Gipuzkoa no estáis buscando sólo el capital industrial o financiero. Queréis desarrollar el capital personal de las comunidades, de los lugares concretos para promover la diversidad y el capital emocional, algo que es fundamental en todo esto. Cuando los individuos trabajan en desarrollarse como personas viene el desarrollo económico.
- ¿Cómo ve Gipuzkoa en el futuro?
- No va a ser algo que vaya a ocurrir dentro de una semana, ni siquiera el año que viene. El proceso va a ser gradual y lleva años. Durante mi presentación de hoy mostraba una gráfica de las regiones de aprendizaje desde el cero al cien por cien. La mayor parte de las regiones están en el 10%. Moverse hacia la derecha en esa gráfica lleva tiempo y aquí nos encontramos con la paradoja de que nunca llegaremos al cien por cien porque si dejas de aprender ya no vas a ser una región de aprendizaje.
- ¿Y si los ciudadanos no quieren aprender?
- No lo van a poder evitar. Tenemos que intentar convencerles de que es bueno hacerlo, que tienen que hacerlo. Supongo que el truco sería hacerles entender que no es un privilegio sino una necesidad económica. Necesitan aprender, pero también es verdad que si se niegan no se les puede forzar.
- El conocimiento y la información es poder. ¿Por qué compartirlo?
- Porque compartiendo conocimientos lo que conseguimos es que aumente la cantidad de información que tenemos en nuestra propia región. El trabajo conjunto, que los políticos se sienten en una mesa con otros políticos de otros lugares, que los representantes de las administraciones hagan lo mismo, eso es lo que promueve la mejora.
- ¿Es lo que quiere decir cuando habla de una comunidad de aprendizaje?
- Sí. Lo importante es que todos estamos implicados, todos somos activos en ese proceso, los museos, las bibliotecas, las familias. En el norte de Inglaterra hay iniciativas muy interesantes de aprendizaje en la familia y en Japón también. Es muy interesante recordar que en Japón cuando se cumplen años el cabeza de familia explica al resto de los familiares lo que va a aprender en los próximos doce meses.
- Me temo que yo diría lo mismo todos los años.
- No le creo, eso no es verdad. Todos los años aprendemos muchas cosas.
- Gracias. En plena crisis económica ¿estamos en un buen momento para aprender?
- Es el mejor momento porque es la forma de salir de la crisis. ¿Cómo vamos a salir de una crisis a escala global? Pues aprendiendo, es que no se puede hacer otra cosa. Tampoco tiene que ser un proceso particularmente caro. Al fin y al cabo no estamos para gastar una cantidad tremenda de fondos.
- ¿Todos estos estudiantes de los que hablamos en qué van a trabajar en el futuro?
- Yo también me lo pregunto. Un 40% de los trabajos que tenemos hoy en la sociedad no existirán en 2020. Tenemos que ser creativos, innovadores, imaginativos, debemos tener una visión. Ayer leí un folleto titulado 'Gipuzkoa, una región para la innovación'. Hablaba de los parques tecnológicos, de su tejido empresarial. Gipuzkoa parece que va a crear todos esos nuevos trabajos que van a hacer falta porque está invirtiendo en el futuro.
- ¿Una persona mayor puede aprender?
- Míreme a mí, tengo 74 años. Nadie deja de aprender.
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