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MITXEL EZQUIAGA
Sábado, 20 de marzo 2010, 03:25
Tiene el aire de un caballero a la antigua usanza pero la inquietud de un adolescente del siglo XXI. Fernando Orlando nació en Getaria, vive entre Madrid y Donostia y durante toda su vida ha combinado la actividad profesional como empresario, vinculada directamente al mundo de la alimentación, con la creación literaria y el fomento de nuevos talentos. Y esas múltiples facetas se combinan hoy en un cóctel que él quiere celebrar con los lectores de este periódico. «Al menos, con los más veteranos; seguro que alguno me recuerda», ironiza con una sonrisa.
Hoy hace exactamente cincuenta años Orlando comenzó a escribir en EL DIARIO VASCO unas colaboraciones semanales que bautizó como «vivencias» y que fueron una crónica personal y poética del mundo y sus circunstancias. Firmaba como Orola, seudónimo que nace de sus apellidos, Orlando y Olasagasti. Y ese aniversario se une a otras dos celebraciones: en noviembre cumple ochenta años y conmemora también sus bodas de oro matrimoniales. «Vivo todos estos aniversarios como una anécdota porque yo sigo cargado de proyectos», puntualiza.
Un animador literario
«La inquietud por la escritura siempre estuvo presente en mi», explica Orlando. Fue director de la revista 'Véteres', que publicaban ex alumnos del colegio donostiarra de Jesuitas, y de ahí surgió el certamen de cuentos Ciudad de San Sebastián, que acaba de superar también el medio siglo de historia aunque su organización pasó hace tiempo a manos de Kutxa.
«Empecé a escribir en La Voz de España y un día el entonces director de El Diario Vasco, Juan Mari Peña, me animó a publicar aquí». Así, el 20 de marzo de 1960 surgió la primera colaboración. «Salía los domingos, en una página literaria en la que firmaban, entre otros, José Acosta», rememora Orlando. ¿Y ese nombre de 'vivencias'? «Es una invención de Ortega y Gasset que hice mía. Buscaba una forma de expresión moderna, con sentido poético, que mezcla la experiencia y la reflexión. En esos escritos hay muchas influencias, desde María Zambrano o Unamuno hasta las greguerías de Ramón Gómez de la Serna o las columnas de González-Ruano».
«Para mí la vida, el hombre y la literatura son misterio, y escribir es una forma de indagar en ese misterio», resume Orlando, que dice haber combinado su vida profesional y la escritura «con el espíritu que me enseñaron Santa Teresa o San Juan de al Cruz». Y es que la inquietud religiosa es otra constante en sus escritos, que están siendo analizados por su hijo, Pedro Orlando, en un estudio «que analiza tanto los textos como su época».
Orlando publicó cada domingo hasta 1977, pero luego siguió escribiendo, ya fuera del periódico. Ha editado cuatro tomos con antologías de sus 'vivencias' y ya prepara el quinto, que verá la luz en los próximos meses.
Fernando Orlando tampoco ha descuidado su faceta de animador literario. Hace cuatro años se embarcó en la creación de otro certamen, precisamente de vivencias esta vez, y el concurso ha vivido ya cuatro ediciones. «Lo importante es que gracias a ese certamen se han incluido en las antologías del certamen los escritos de más de cuatrocientos autores de todo el mundo de habla hispana, porque por medio de intenet en el concurso han tomado parte autores de todo el planeta del castellano».
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