«Nunca hemos estado cómodos ubicados en el polo nacionalista»
Arana cree que EB tiene que volver a ser «puente entre las dos sensibilidades en que se divide este país»
A. GONZÁLEZ EGAÑA a.gonzalez@diariovasco.com
Domingo, 21 de febrero 2010, 02:48
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Mikel Arana (Ordizia, 1973) afronta una nueva etapa como coordinador general de EB tras el debate interno de la coalición de izquierdas del pasado fin de semana y tiene claro que ahora toca unir fuerzas para salir adelante. «Lo importante ahora es Ezker Batua, sacar adelante el proyecto y dejar de lado las diferencias que históricamente hemos tenido en el seno de la organización», apunta.
- ¿Satisfecho con el resultado del debate interno que ha realizado Ezker Batua?
- Es la primera vez que hemos sacado un texto por unanimidad y eso pone de manifiesto que todos entendemos que lo importante ahora es Ezker Batua, sacar adelante el proyecto y dejar de lado las diferencias que históricamente hemos tenido en el seno de la organización. Hemos sido capaces de llegar a un documento de síntesis, que lógicamente no representa al cien por cien las posturas de nadie, pero en el que todos nos hemos encontrado cómodos. Marca un antes y un después en la forma interna de hacer política en Ezker Batua.
- ¿Cuáles han sido los principales logros de la convención política del pasado fin de semana?
- El principal ha sido ponernos todos de acuerdo, entender que estamos en una situación complicada después del descenso electoral y que necesitamos unir fuerzas para salir adelante. Todo esto más allá de los contenidos del propio documento que en el capítulo de alianzas destaca que la única opción posible a día de hoy es reforzar EB como organización de izquierdas, federal y vinculada con IU federal, descartando cualquier alianza o coalición global con otros partidos y optando por acuerdos puntuales.
- ¿Por qué ese giro ahora?
- Las conclusiones si se toman precipitadamente pueden generar más crispación que solución. Era el momento de poder reflexionar tranquilamente, visto que no tenemos elecciones hasta dentro de quince meses. Tras unos malos resultados, lo primero que se tiene que hacer es superarlos y, a partir de ahí, ponerse a pensar de manera reflexiva y abrir el debate a toda la organización.
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- ¿Con qué formación podrían darse esos acuerdos puntuales?
- La responsabilidad y quienes deben o no aprobar esos acuerdos son las asambleas locales en cada uno de los municipios, y ahí las realidades son muy diferentes. Lo que sí tenemos claro es que cualquier acuerdo puntual debe hacerse sobre una base programática, con elementos progresistas muy claros y siempre con formaciones del ámbito de la izquierda.
- ¿Se va a romper algún pacto antes de que culmine la legislatura?
- No. La convención lo que ha pedido a las asambleas que mantienen acuerdos de gobierno en ayuntamientos es que hagan particular esfuerzo en que las señas de identidad de EB no se diluyan. Que no se retraigan si en algún momento entienden que hay cuestiones que deben ser planteadas en el pleno municipal y a los socios no les gusta.
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- ¿La escisión les ha hecho más daño del que preveían?
- Yo no le llamaría escisión, porque no tiene entidad numérica para llamarle así. El abandono por parte de algunos compañeros de EB, lógicamente, influye porque las formaciones políticas con problemas internos siempre retraen y somos conscientes de que no ha ayudado a los resultados electorales.
- El cambio de rumbo suena a una búsqueda apresurada de apoyos ante la cita electoral de 2011.
- No. Precisamente si este debate se ha podido hacer sin prisas, sin tener en la cabeza la cita electoral era justo ahora, cuando quedan 15 meses todavía para las elecciones y cuando ha transcurrido un año desde la última cita electoral.
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- ¿Cómo explica su afirmación de que la entrada en el tripartito ha sido la peor trampa para EB?
- El análisis que hemos realizado es que en el ámbito de gestión en el departamento de Vivienda y Asuntos Sociales hemos hecho un trabajo interesante, se han puesto en marcha políticas que de otra manera no se hubieran emprendido. Sin embargo, en el Gobierno tripartito, muy marcado por lo político, es cierto que de alguna manera nuestro perfil se ha desdibujado, nos hemos ubicado en uno de los dos polos que este país parece condenado a tener: el nacionalista español y el nacionalista vasco. Entendemos que ése no es nuestro sitio y tenemos que volver a recuperar el lugar que nos piden nuestros electores que es hacer de puente entre ambas sensibilidades, basando el discurso en lo social. Nosotros en ningún caso nos sentíamos cómodos ni siquiera entendíamos que formábamos parte de ningún polo, pero es verdad que la percepción social ha podido ser esa. Lo que hay que hacer ahora es un esfuerzo por eliminar esa percepción porque nunca hemos querido estar ahí.
- Dice que no estaban cómodos, pero se han dado cuenta tarde...
- Es cierto que las dos legislaturas del Gobierno no han sido las mismas. En la segunda, sobre todo PP y PSE tuvieron un interés de identificar al Gobierno como un gobierno frentista y de exclusión lo cual es absolutamente incierto. Ésa fue su estrategia política, hubo gente que les creyó y mediáticamente han tenido un eco para dar la sensación de que existía. También es cierto que estábamos muy centrados en el ámbito de la gestión y cuando uno está ahí no se da cuenta de las percepciones que se están teniendo alrededor.
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- Habla de gestión, pero apoyaron el plan Ibarretxe. ¿Cómo se explica eso?
- Ahí es donde decimos que nuestro perfil quedó desdibujado en el Gobierno. Se adoptaron determinadas decisiones en un ejecutivo lideradas por el PNV que como parte del Gobierno que éramos nos vimos abocados a apoyar. De otra parte, nosotros siempre hemos creído en el derecho a decidir, lo seguimos creyendo y lo seguimos defendiendo.
- ¿Entonces no fue un error dar ese paso de apoyo a Ibarretxe?
- No, lo que no fue un error es apoyar que la ciudadanía pudiera expresarse libremente y lo seguimos defendiendo. La participación ciudadana no puede limitarse exclusivamente a las citas con las urnas. Otra cosa es cómo se generó aquel referéndum, mediáticamente qué reflejo se le dio y qué ocurrió después. Quizás no debíamos haber ido tan en primera persona a defender ese modelo con el que seguimos estando totalmente de acuerdo.
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