Tolosa pierde a Iñaki Goikoetxea, uno de sus más queridos carnavaleros

Cada año, y cada carnaval, Goikoetxea era una caja de sorpresas. Sus creaciones han sido y serán auténticas obras de arte que no han pasado desapercibidas por su originalidad, y que los tolosarras y carnavaleros siempre recordarán. Desde finales de los noventa, inició su andadura carnavalera en solitario y preparaba números individuales que destacaban por su originalidad, vistosidad y, sobre todo, ingenio, ayudado por un pequeño grupo de amigos incondicionales. «Es mi hobby y por eso no reparo en los costes», aseguraba.

Su primer montaje individual fue de Rey Mago sobre un burro. «Me lo pasé en grande, y descubrí que en carnaval hay mil maneras para pasarlo bien. Con mi burro llegué a la 'diana' cargado de juguetes y aquello fue una explosión de júbilo, un momento inolvidable», explicaba a DV en una entrevista realizada en 2008.

King-Kong, quizá el montaje más impresionante creado por el decorador en los carnavales, amaneció el Domingo 'Zaldunita' de 2010, adosado a la fachada del Café Frontón, y él, caracterizado como la rubia Fay Wray, aparecía acurrucado y protegido en el regazo de la bestia. La cabeza de su imponente creación, de seis metros de altura, se encuentra hoy expuesta en el museo Topic desde 2015, fruto de la donación que realizó al Topic, llegando a formar parte de los fondos del museo internacional del títere, junto a 'Mariona', símbolo del Topic. «Me hace muchísima ilusión, aunque también sentiré un poco de pena por decir adiós al gorila. Creo que ha sido el disfraz más potente de cuantos he hecho, y esos minutos de sorpresa y felicidad de la gente compensan todas las horas de esfuerzo que hemos empleado mis amigos y yo en los últimos meses», decía.

Tolosa recordará 'La serpiente en el paseo San Francisco', 'El aviador', 'El marciano sobre la bola del Mundo', 'El caballero medieval', 'La Divinidad hindú', la avioneta estrellada contra un árbol, la popular casa 13 de la Rue del Percebe que hizo en 2007, el hundimiento del Titanic que en su centenario inmortalizó en una botella en 2012 tras ausentarse del carnaval un año antes, o a Harold Lloyd colgado de las agujas del reloj de la escena final de la película 'El hombre mosca' en 2006.

En 2016 realizó una de sus últimas apariciones carnavaleras con uno de sus habituales montajes, convirtiendo su querido tejado del restaurante Frontón, simulando la mítica escena de la fotografía 'Almuerzo sobre un rascacielos' que fotografió el legendario estadounidense Charles Clyde Ebbets en la planta 69 del edificio Rockefeller Center en 1932, conocida como «la mejor foto de Nueva York». Iñaki había conseguido reproducir la escena en tan solo quince días.

Descanse en paz.