Productos marcados por la calidad

Las lluvias y las bajas temperaturas están marcando el ritmo de esta Semana Santa en toda la península. En nuestra zona, la devoción se vive con más recogimiento, y no se dejan de lado las labores necesarias en el día a día. Ayer, fueron muchos los que, tomando esa premisa, se dieron la vuelta de rigor por las calles del Zerkausi y de la plaza Berdura para abastecerse de todos esos productos que hacen la vida más agradable y más fácil.

Los productores no dejan de traer las cosechas que obtienen de sus huertas y explotaciones, y hay muchos elaboradores que demuestran su gran hacer en los listados de venta que ofrecen. Solemos hablar muchas veces de la propuesta que semana tras semana se encuentra disponible en los puestos, al margen de la estacionalidad y de los productos de temporada. Hablamos sobre todo de los elaborados, de aquellos que los productores manufacturan cada semana para presentarlos en los puestos. La panadería artesanal es uno de ellos, y está presente en dos puestos de sobra conocidos que tienen cada vez más éxito. Hay más y más clientes que ponen en valor la diferencia de consumir un producto que, siendo un básico de nuestra dieta diaria, muestra a las claras unas cotas de calidad y cuidado que lo sitúan en una cúspide inalcanzable para las elaboraciones industriales. Se podría decir que se trata de otro producto distinto. La selección del grano a moler, el cuidado puesto en escoger el método y el lugar de molienda, el uso de levaduras naturales, o el mismo método de cocción del pan hacen que la calidad del producto final sea de otro nivel. No dejen de dar la vuelta de rigor por los puestos de pan artesanal del Zerkausi y prueben; seguro que repetirán.

Hubo ayer productos propios de estos días como son los caracoles. Cada vez son menos los que se atreven a tomarse el trabajo de elaborarlos desde cero, pero para esos valientes se venden en la Azoka las redes de a ciento. Vimos también a las estrellas de la primavera, las zizas, que ya llevan unas cuantas semanas en la lista y se están vendiendo a cada vez menor precio.

Ya hay algo, poco todavía, de guisante del país. Esa exquisita delicia que muchos esperan y que a buen seguro van a acabar disfrutando. Combinados con las pequeñas patatitas nuevas presentes en varios puestos se erigen en dura competencia a las antes mencionadas zizas. Los espárragos frescos locales y las habas están también haciendo aparición incipiente, y han venido para quedarse y disfrutarlos.