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Parte Vieja, plan de acción, segunda fase2025 y 2026 pueden ser años relevantes para definir el futuro de la Parte Vieja. El Ayuntamiento sigue adelante con su Plan Integral de Revitalización, que marcará una hoja de ruta y que se ejecutará en cinco fases. En los presupuestos de este año ... se ha incluido una partida de 60.000 euros para elaborar ya un 'Plan de Acción' de la segunda fase, con definición de propuestas concretas, e incluso con la ejecución de algunas de ellas.
Al comienzo de todo este proceso, el Ayuntamiento y la empresa Paisaje Transversal recopilaron documentación y definieron un planteamiento de los ámbitos de actuación. Este pre-diagnóstico del Casco Histórico se llevó a cabo tras consultar numerosos planos, ordenanzas, datos y estadísticas. Para ello, se realizaron entrevistas durante este periodo con representantes municipales, personal técnico y otros agentes, definiendo así los ámbitos de actuación a partir de las conclusiones obtenidas.
El recorrido es largo y ahora se halla inmerso en su segunda fase. Se trata de desarrollar los nueve ámbitos de trabajo que se definieron en la primera, y que ayudarán a lograr una visión global de la Parte Vieja, con el objetivo de definir la hoja de ruta para realizar mejoras y proyectos en función de las prioridades.
En la tercera fase se revisará la estrategia de forma participativa y se desarrollará el plan de acción de los proyectos. Se analizará el presupuesto y se acordarán las prioridades. En la cuarta se empezarán a desarrollar los proyectos y para la quinta, y última fase, el objetivo es que sea permanente y de carácter anual, en la que se ejecute la estrategia y se vaya adaptando a las nuevas necesidades que vayan surgiendo. Este año podrían comenzar a iniciar algunas de las actividades o proyectos fijados.
La puesta en marcha del Plan no implicará que durante este periodo de análisis no se lleven a cabo antes otras intervenciones en dicha área. Aspectos como mejora de la iluminación de las calles, la limpieza, las obras de regeneración de la plaza Gorriti..., están en marcha, con independencia del propio Plan Integral.
En la presentación del diagnóstico de la siuación del Casco, se dieron a conocer conclusiones reveladoras y que, en parte, no resultan demasiado sorprendentes y eran bastante esperadas.
Así, la Parte Vieja está perdiendo diversidad poco a poco, ya que no atrae a los jóvenes, y las condiciones para alquilar viviendas no son propicias debido a diversas carencias que no cumplen con las condiciones de habitabilidad.
En relación a la rehabilitación de viviendas, se observa que la inercia térmica de los sistemas de cerramiento de fachadas y tejados es escasa, y muchos edificios no presentan ningún tipo de aislamiento térmico. Además, las viviendas son muy antiguas y están en mal estado.
Los vecinos observan que la gente no quiere ir a vivir al Casco Histórico, y destacan la falta de subvenciones para viviendas y obras, además de la creciente exigencia de acceso al alquiler social.
En el diagnóstico se constató que red de bidegorri no está completa, y se evidenció la falta de aparcamientos, con altos niveles de saturación de vehículos en la intersección del puente de Arramel y Rondilla, falta de aseos públicos, o el mal estado actual de la calle Soldadu.
Dentro del punto población y cohesión social, se determina que el barrio es cada vez más vulnerable: es el más pobre y con mayor tasa de migración. Los establecimientos hosteleros y los comercios están en peligro debido a la degradación que provoca su desuso, lo que está generando la pérdida de atractivo y su conversión en un espacio únicamente destinado al ocio.
El desarrollo económico es otro de los ámbitos de actuación, en el que se hace referencia a la «decadencia comercial y de hostelería que este barrio ha experimentado en los últimos años, lo que está provocando el cierre de muchos locales», lo que incide en la estructura productiva, ferias y comercio de proximidad, turismo y formación.
Los distintos modelos de rehabilitación de viviendas, el equilibrio entre la diversidad de usos y la convivencia, las dinámicas para reforzar la cohesión de la comunidad o la flexibilidad en la gestión municipal son algunas de las claves de este proceso, que debe realizarse de forma conjunta entre instituciones y ciudadanía.
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