La música vuelve a la calle en Tolosa

La 'vuelta' a la 'normalidad' ha supuesto una «motivación» y una «necesidad» para sus protagonistas. «Contenta» e «ilusionada» con su vuelta, la orquesta de Isidro Larrañaga actuó ayer en la plaza López Mendizabal. La pandemia ha obligado a parar su actividad durante este año y medio, y ha sido los dos últimos meses cuando ha retomado su dinámica de ensayos semanal. «Cuando tuvimos la oportunidad de empezar a ensayar percibíamos una falta de motivación, ya que después no podíamos ofrecer conciertos. En sanjuanes pudimos dar una actuación con muy pocos ensayos. Aunque el local no tenga ventilación, con las puertas abiertas, el aire acondicionado y la mascarilla podemos seguir ensayando todos los viernes. La gente estaba con ganas de volver. Un grupo de música existe y ensaya para poder ofrecer música en directo y actuaciones delante de un público, y MusikHerria es precisamente eso. Será, por lo tanto, el concierto que más cerca esté de la 'normalidad', y seguirá siendo para nosotros y nosotras una motivación para seguir adelante con nuestro proyecto», señala Irati Hartsuaga, miembro de la orquesta.

Los alumnos de acordeón, txistu, violín y percusión de la Escuela de Música Eduardo Mocoroa realizaron su habitual kalejira en el festival por las calles de la Parte Vieja con paradas en diferentes puntos. Koldo Tarragona, profesor del centro y coordinador de los grupos participantes, no escondía su emoción ante la vuelta a las calles. «En sanjuanes dimos nuestra primera actuación en el Tinglado, pero esta ha sido la primera kalejira más cercana a la 'normalidad'. Para todos nosotros y nosotras volver a salir a las calles es un premio, una motivación y una necesidad, ya que los músicos necesitamos el contacto con los demás»,

Amaia Lizaso, directora de la Musika Eskola, señala que el centro está ofreciendo clases presenciales al cien por cien, aunque todavía deben cumplir los protocolos. «Es muy importante que podamos participar en iniciativas como MusikHerria; es importante estudiar y aprender para algo, y en este caso actuar delante de la gente es una motivación. Los y las alumnas tenían muchísimas ganas de enseñar y compartir su trabajo. Para nosotros y nosotras no deja de ser una fiesta. Las actuaciones programadas durante el año se suspendieron, también los concursos de piano y acordeón, y hemos estado haciendo grabaciones. Parece que este año volveremos a recuperar nuestra actividad y estamos contentos», concluye.