Zurutadas
Iraila, frutero, alegre y festeroHoy récord: cinco posdatas y una zurutada. ¿La culpa? De la marcha que tiene mi pueblo, gracias a personas que nos alegran la vida a cambio de nada
Javier Zurutuza
Miércoles, 10 de septiembre 2025, 20:12
Kaixo, cuadrilla. Los refranes casi siempre tienen razón. El sábado en el mercado, viendo los higos, me acordé de lo feliz ... que era mi amatxo comiendo los que le traía de su caserío Rosario, la lechera de Montezkue. ¡Qué rica la nata que le salía después de cocerla! Que sí, aquello era leche. Y encima de un pan con azúcar... ¿Qué quieres? Soy esclavo de mis recuerdos.
PD1. No tengo dudas. El octavo mes del año mi pueblo es alegre y fiestero. Si no, ¿cómo le llamas a lo vivido estos cinco días en la plaza Euskal Herria? Todas estas noches los jóvenes han vuelto a casa con arena en las zapatillas. Porque sí, aquí hay playa: las terrazas llenas, buena música con DJ Bull, riquísimas las croquetas de Arruti (Lanbroa) que preparaba Coyote. Por cierto, Arru, increíble que unos carrozones como vosotros hayáis quedado semifinalistas. ¿Y la noche del sábado qué? ¿Fue para tanto? Dicen que parecía Jueves Gordo. Zorionak a Tolobolei.
PD2. Pero yo esa noche tenía otra cita. Bajé la cuesta y me alegré de que cientos de personas cruzarais el puente para disfrutar de un espectáculo increíble que fue el tributo a Sabina de los gallegos La Penúltima Sabinera. Lo primero que pensé cuando le oí a Carlos, el cantante, fue: «Joder, ¡si este canta igual que Sabina cuando tenía 20 años menos!». Me sentí tan a gusto que tenía que escribirles una canción.
PD3.Sabina, en la calle Melancolía, conoció a una chica llamada Princesa. Se fueron a vivir juntos, pero lo suyo duró lo que dos peces de hielo en un vaso de whisky. Ella dijo hola y adiós, se fue y le robó el mes de abril, y durante 19 días y 500 noches deambuló por el bulevar de los sueños rotos. Hasta que, una noche de verano, después de un concierto, se volvió a enamorar. Ponle tú la música.
PD4. El concierto, que estuvo soberbio, gran parte del éxito se lo debe a Molatu y su montaje de luz y sonido. Tuvo un momento divertido, Carlos pidió un trago y brindó por Berazubi. «¡Salud para todos! –dijo–, ¿cómo se dice eso en euskera?». Y un clamor que cantó todas sus canciones respondió: «¡Osasuna!». Ante la sorpresa general, gritó: «¡Real Sociedad! ¡Nico Williams!». El cantante se llevó una cariñosa pero merecida pitada.
PD5. Total, que volví a casa en bicicleta, pero como una moto, y eso que no había bebido ni fumado nada. No podía dormir, tenía tantas cosas en la cabeza... Y pensé en lo que dice la canción: «Ojalá que todas las noches sean noches de boda, y todas las lunas sean lunas de miel». Ojalá Berazubi sea la llave para que esta banda tributo a Sabina actúe en Euskadi por segunda vez. Se lo merece.
Mi zurutada hoy se va a Betelu. Ramón, en cuanto tu hija Arantxa me dijo que cumplías cien años y me leías todos los jueves, pensé en felicitarte. Qué día pasaste, ¿eh? El cura hizo una misa, hubo txistularis, te bailaron el agurra, detallazo del alcalde de tu pueblo, Lazkao, felicitándote y el de Betelu te entregó un ramo de flores. Seguro que te emocionaste con los bertsos que Peñagarikano te mandó, recordándote cómo te conoció a los 14 años cuando trabajó en Muguerza. ¿Cuál es tu secreto para llegar al 101? ¿Esas mil pedaladas diarias que das en la estática? ¿Comer tus yogures? Tu nieta Lore, mi vecina, me ha prometido que te tocará con la trikitixa el 'Zorionak' de Kaxiano. Ondo izan.
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